sábado, 5 de marzo de 2022

Lenguaje de signos

 Seve Lázaro, sj

Abre la puerta, Señor y entra para quedarte.
Sin prisa, repíteme como a un niño eso que quieres decirme.
Porque ningún sordomudo de la vida puede entender a la primera.
Saca tú del baúl de mi alma, uno por uno, los delirios y sofocos escondidos.
Y enséñame a mirarlos con tu calma,
mientras dejo que los dedos de tu Espíritu
mitiguen la tensión que me provocan.
Destrábame la lengua,
para que pueda contarte los fastidios, rencores y reveses
que se llevan tu serena paz de mi existencia.
¡Pon saliva sobre ellos! No sea que endurezcan
y logren atascar el manantial de tu amor, de tu esperanza.
¡Tenme paciencia, Señor!
Algún día, aprenderé a vivir solo de silencio…

Dios es azúcar

Un día la profesora le preguntó a los alumnos quién sabía explicar quién era Dios.
Uno de los niños levantó la mano y dijo:
- Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella. Nos hizo como hijos de Él.
La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos:
- ¿Cómo sabéis qué Dios existe, si nunca lo habéis visto?
Toda la clase se quedó en silencio.
Pedro, un niño muy tímido, levantó sus manos y dijo:
- Mi madre, dice que Dios es como el azúcar en mi leche que me hace todas las mañanas, yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche, pero si no la tuviera, no tendría sabor. Dios existe, Él está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos, pero si se fuera, nuestra vida quedaría sin sabor.
La profesora sonrió y dijo:
- Muy bien Pedro, yo os enseño muchas cosas a vosotros, pero hoy tú me has enseñado algo más profundo que todo lo que yo sé. Ahora sé ¡que Dios es nuestra azúcar, y que está todos los días endulzando nuestra vida!.
Le dio un beso en la frente y salió sorprendida por la respuesta de aquel niño.
La sabiduría no está en el conocimiento, sino en la vivencia de Dios en nuestras vidas.
Teorías existen muchas, pero dulzura como la de Dios, aún no existe ni en los mejores azúcares.
No olvides colocar azúcar en tu vida. De este azúcar NO hay límites. Solo engorda el Alma y el espíritu, y te endulza el momento más amargo de tu vida.
Tenla siempre a la mano, y que nunca te falte ese buen azúcar... QUE ES DIOS.

viernes, 4 de marzo de 2022

En Cuaresma ayuna de…

Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas
Ayuna de descontentos y llénate de gratitud
Ayuna de enfados y llénate de mansedumbre y de paciencia
Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo
Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios
Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida
Ayuna de presiones y llénate de oración
Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría el corazón
Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás
Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación
Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a los otros
Si todos intentamos este ayuno, lo cotidiano se llenará de:
Paz, Confianza, Alegría y Vida

La Paz de Saberse en El Lugar Exacto



              Jorge Bucay

Cuentan que en un monasterio situado en un valle de alguna región de China había un monje en extremo dedicado. Trabajaba duramente día a día para incorporar los preceptos de la vida Zen y las enseñanzas de sus maestros.
Se esforzaba de forma constante en mejorar: leía y releía las parábolas que le habían indicado sus maestros intentando comprender a fondo su significado, buscaba resolver los intrincados koan (esas historias paradójicas de la tradición Zen) y cumplía al pie de la letra con los preceptos establecidos para la vida de un monje.
Sin embargo, si bien había avanzado en su camino de superación personal, el último escalón, el satori, la iluminación, se le escapaba. No conseguía llegar a ese estado de paz que otros monjes le relataban y sobre el que tanto había leído.
Había oído hablar de un viejo y sabio maestro que vivía en un pequeño templo ubicado en lo alto de la montaña, allí donde las nieves nunca se derriten, y, como no sabía qué más podía hacer, decidió emprender el viaje. Preparó unas pocas cosas, un abrigo que le sirviera para afrontar el frío de las cumbres, y partió.
Después de una ardua travesía, divisó, perdido entre la blancura del lugar, el pequeño templo. Al llegar, el viejo maestro lo recibió con una taza de té caliente y le preguntó qué lo había llevado hasta allí.
El joven monje le contó entonces todos los esfuerzos que hacía y cómo la paz interior se le escapaba una y otra vez.
El maestro permaneció en silencio un largo rato. De pronto, por las ventanas del templo comenzó a verse caer una suave nevada.
- “Ven conmigo”, propuso el maestro. Se levantó, salió del templo y caminó unos metros más hasta detenerse en plena ladera de la montaña.
- “Mira bien los copos de nieve”, le dijo el maestro haciendo un amplio gesto con el brazo para indicar los copos que caían lentamente a su alrededor.
- “Míralos. ¡Qué sabios son! Cada uno cae exactamente en su lugar”.
Luego volvió a quedarse en silencio, y dicen que allí, viendo caer cada copo de nieve, el monje dedicado se sintió finalmente en paz.

miércoles, 2 de marzo de 2022

15 sencillos actos de caridad para practicar en Cuaresma

1. Saludar. (siempre y en todo lugar)
2. Dar las gracias (aunque no "debas" hacerlo).
3. Recordarle a los demás cuanto los amas.
4. Saludar con alegría a esas personas que ves a diario.
5. Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor.
6. Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita.
7. Levantarle los ánimos a alguien.
8. Celebrar las cualidades o éxitos de otro.
9. Seleccionar lo que no usas y regalarlo al que lo necesita.
10. Ayudar cuando se necesite para que otro descanse.
11. Corregir con amor, no callar por miedo.
12. Tener buenos detalles con los que están cerca de ti.
13. Limpiar lo que uso en casa.
14. Ayudar a los demás a superar obstáculos.
15. Llamar por teléfono a tus padres, si tienes la fortuna de tenerlos.

Cambie su rumbo 20 grados

Dos acorazados asignados a la escuadra de entrenamiento, habían estado de maniobras en el mar, con tempestad, durante varios días.
Yo servía en el buque insignia y estaba de guardia en el puente cuando caía la noche.
La visibilidad era escasa; había niebla, y el capitán permanecía sobre el puente supervisando todas las actividades.
Poco después de que oscureciera, el vigía que estaba en el extremo del puente informó:
- Luz a estribor.
- ¿Rumbo directo o se desvía hacia popa?, gritó el capitán.
El vigía respondió que directo. Lo que significaba que nuestro propio rumbo nos estaba conduciendo a una colisión con aquel buque. El capitán llamó al encargado de emitir señales.
- Envía este mensaje: Estamos a punto de colisionar; aconsejamos cambiar 20 grados su rumbo.
Llegó otra señal de respuesta: «Aconsejamos que ustedes cambien 20 grados su rumbo».
- Contéstele: Soy capitán; cambie su rumbo 20 grados -dijo el capitán.
«Soy marinero de 2ª clase –nos respondieron–. Mejor cambie su rumbo 20 grados».
El capitán ya estaba hecho una furia, y espetó:
- Conteste: Soy un acorazado. Cambie su rumbo 20 grados.
La linterna del interlocutor envió su último mensaje: «Yo soy un faro».
Cambiamos nuestro rumbo.

Moraleja: Si sólo tomas decisiones basándote en suposiciones no son pocas las que tendrás colisiones. Tus creencias te gobiernan pero siempre tienes la posibilidad de cambiarlas. Especialmente cuando te das cuenta que te llevan a interpretar lo que te rodea alejándote de tus objetivos.

martes, 1 de marzo de 2022

Oración de compromiso

Señor Dios,
nos regalaste el mundo para que todos vivamos en él,
un mundo lleno de maravillas, belleza y plenitud;
una casa común donde nadie debería pasar hambre.
Te pedimos por todas las personas que se esfuerzan
por trabajar los campos y por los que cuidan los animales.
Que nuestro compromiso llegue a quien más lo necesita
y se transforme en alimento, enseñanza, cuidados médicos y esperanza.
Danos fuerzas para ser más generosos y unir nuestras manos,
para, juntos, conseguir que se acabe el hambre y el sufrimiento.
Señor, enséñanos a comprender
que todos los que vivimos en nuestro planeta, nuestra casa común,
somos una sola familia humana,
por ello debemos cuidar la tierra
y a nuestr@s herman@s que habitan en ella. Amén


Virgen María, que tu maternal auxilio nos haga valientes, pacientes y eficaces
para comprometernos a trabajar por la paz que todos buscamos y necesitamos.

A correr

Cierto día, estaban en el bosque un caballo y su potrillo, a los dos les gustaba correr sin rumbo fijo, solo por el placer de sentir el cálido aire sobre sus cabezas.
Padre e hijo disfrutaban mucho de estas carreras y el compartir sus conversaciones que tanto bien hacia a ambos, siempre eran diálogos de lo más ameno y realmente existía una comunicación constante entre ellos.
Una mañana salieron, como era su costumbre a correr, estaban felices porque era un día espléndido, cuando de repente el potrillo tropezó y cayó rodando, su padre se detuvo volviendo sobre sus pasos para ver que le había sucedido a su pequeño hijo.
Se acercó a él para ver si se encontraba bien; el pequeño no lograba levantarse. Muy asustado le dijo a su padre:
– Siento que no podré volverme a levantar, siento que mi pata está muy lastimada.
- Hijo, debes levantarte, acaso ¿te has roto algo?
- Padre, le dijo el potrillo, creo que no me he roto nada, sin embargo, un caballo nunca se cae y cuando lo hace, le resulta muy difícil levantarse.
- Hijo, estás equivocado, algunos animales como nosotros caen, pero vuelven a levantarse y tú te levantarás, porque tú no tienes nada roto, tu voluntad hará que te levantes y vuelvas a caminar y a correr como siempre lo has hecho. No permitas que tu mente te haga tomar una decisión equivocada, creyendo que por caerte no podrás levantarte, además, yo te ayudaré a hacerlo, porque yo necesitaré tu ayuda, cuando caiga y tenga que levantarme igualmente.
- Pero padre, ¿cómo podré yo ayudarte a levantar si soy tan pequeño?
- Hijo no se necesita fuerza física para esa clase de ayuda, solo se requiere un gran amor, esa es la clase de ayuda que necesitamos, sentirnos apoyados por nuestros seres más queridos, y yo te amo mucho y por esa razón te digo que te levantes, porque todavía tenemos muchos caminos que recorrer juntos.
Y el potrillo, se levantó, se sacudió el polvo, empezó a caminar junto a su padre y pronto empezaron a correr como era su costumbre.

CAERSE no es lo importante, lo importante es LEVANTARSE cuantas veces sea necesario.