sábado, 2 de septiembre de 2023

Salmo 26 2ª parte

Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

Ser feliz depende de ti

Durante un Encuentro para matrimonios, le preguntaron a una mujer:
– Te hace feliz tu esposo? ¿Verdaderamente te hace feliz?
En ese momento el esposo sacó pecho porqu sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado durante los años de su matrimonio.
Sin embargo la esposa respondió con un rotundo
– ¡¡No!!... no me hace feliz' ...
Y ante el asombro del esposo... continuó:
– No me hace feliz... ¡Yo soy feliz!... El que yo sea feliz o no, eso no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona, de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de alguna persona, cosa o circunstancia sobre la faz de esta tierra, yo tendría serios problemas.
Todo lo que existe en esta vida, cambia continuamente. El ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc. Y así podría decir una lista interminable.
A través de toda mi vida, he aprendido algo… decido ser feliz y lo demás lo llamo 'experiencias': amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar.
Hay gente que dice:
– No puedo ser feliz... porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque alguien me insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró...
Pero, lo que no sabe es que puede ser feliz... aunque esté enfermo, aunque haga calor, aunque no tenga dinero, aunque alguien te haya insultado, aunque alguien no te ame o no te haya valorado.
La vida es como andar en bicicleta... te paras sólo si dejas de pedalear.
Empieza tu día, tu semana, este mes, un nuevo año con una sonrisa y no permitas que nada ni nadie la borre de tu rostro. Porque ¡SER FELIZ ES ACTITUD!
¡¡¡La confianza en DIOS nos da la fuerza necesaria para lograrlo!!!

jueves, 31 de agosto de 2023

Hasta la última gota

        José María Rodríguez Olaizola, sj

¿Cuánto poner en juego?
Ni mucho ni poco… todo. Menos que eso no basta.
Toda la ternura que uno pueda sembrar en los gestos .
Todo el valor para volcarlo en los pasos.
Toda la verdad para plasmarla en versos.
Todo el furor para mostrarlo en la brega
contra lo injusto, contra lo hueco.
El corazón entero en la búsqueda
y la urgencia toda tras tus huellas.
La compasión no puede partirse en migajas,
ni la fe se puede celebrar a ratos.
Te estremece del todo el dolor
del hermano, o no basta.
No cabe en el amor el cálculo o la estrategia,
sino un salto al vacío radical, definitivo, tras tus huellas,
en tu nombre. A tu modo. O no es Amor

El Pino

        Noemí Weller

Éste era un pino que había nacido en medio de un bosque. Mirando a los otros árboles de espeso follaje y comparando sus hojas picudas y cortantes, se lamentaba:
– Todos mis compañeros tienen hermosas hojas carnosas y tiernas. Las mías son duras, tiesas y picudas. Sólo por causarles envidia -decía- quisiera yo que mis hojas fueran de oro.
A la mañana siguiente, cuando amaneció, se quedó maravillado. Las hojas de oro que deseaba adornaban sus ramas. Qué contento se sentía. Los árboles de los alrededores comentaban entre sí:
– ¡El pinito se ha vuelto de oro!
Y un ladrón que pasaba en esos momentos por el bosque dijo al oírlos:
– ¡Un pino de oro! Pues será mío.
Como temía ser visto a la luz del día, volvió por la noche con un saco y arrancó todas las hojas de oro sin dejar una sola. Las guardó en su saco y se fue. Al día siguiente, cuando amaneció, el pinito se vio desnudo de hojas y se puso a llorar:
– ¡Ya no quiero hojas de oro porque vienen los ladrones y se las llevan todas! Mejor las quisiera de cristal, porque el cristal brilla también y no es codiciado como el oro.
Al día siguiente, cuando amaneció, se vio cubierto con las hojas que deseaba. Muy contento se dijo en voz baja:
– En lugar de hojas de oro, tengo hojas de cristal, así nadie me molestará.
Y todos los vecinos lo miraban y decían:
– ¡El pinito se ha vuelto de cristal!
Por la noche se desencadenó la tempestad; sopló el viento con violencia y a pesar de las súplicas del árbolito, le rompió todas sus hojas de cristal. Cuando a la mañana siguiente el pinito se dio cuenta completa del desastre, volvió a llorar como la víspera:
– ¡Ay! ¡qué desgraciado soy! ¡Otra vez estoy desnudo! ¡Me robaron mis hojas de oro, me rompieron mis hojas de vidrio! ¡Qué desgraciado soy! Mejor quisiera tener hojas carnosas, verdes y tiernas como todos los árboles del alrededor.
A la mañana siguiente, cuando salió el sol, se vio adornado con las hojas que deseaba.
– ¡Qué contento estoy! Nadie me molestará .
– ¡El pinito está igual que nosotros!, decían los árboles vecinos
Al poco rato llegó una hermosa cabra con sus cabritillos y, viendo al pinito tan grande y apetitoso, llamó a sus pequeños y les dijo:
– ¡Venid, hijos míos, que he encontrado algo bueno!
Y entre la cabra y los cabritillos en un momento dejaron pelado al pobre arbolito. Al día siguiente, cuando amaneció, viéndose desnudo por tercera vez volvió a llorar como un chiquillo:
– ¡Qué triste estoy, ya estoy desnudo otra vez! Me han robado mis hojas de oro; me rompieron mis hojas de vidrio, y se comieron mis hojas verdes y tiernas ¡Qué triste estoy! Mejor quisiera tener mis hojas picudas y cortantes que a nadie se le antojan.
Cuando amaneció, los deseos del pinito se vieron cumplidos nuevamente. Mirando sus viejas hojas duras y cortantes se sintió feliz y satisfecho. Y los árboles vecinos, oyéndolo cuchichear, se dijeron en voz baja:
– El pinito ya está como antes, como debe ser un pino de su familia: Sin disfraces.

miércoles, 30 de agosto de 2023

Salmo 46: Alabanza a Dios

Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
Él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo: tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.

Volar juntos

Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que, una vez fueron a visitar al viejo brujo de la tribu, una pareja de jóvenes enamorados capaces de todo por su amor.
Toro Bravo, el más valiente y honorable guerrero, y Nube Alta la hija del cacique y la más hermosa de la tribu. Ambos, tomados de la mano, se presentaron ante el viejo y empezaron a hablar.
– Nos amamos -dijo Toro Bravo.
– ¡Nos vamos a casar! -continuó Nube Alta-. Pero tenemos miedo. Queremos un hechizo, un talismán, ¡algo! que nos garantice que estaremos juntos toda la vida.
– Por favor -repitieron ambos- ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los vio tan enamorados, pero a la vez tan desesperados, que se tomó su tiempo para responder.
– Hay algo... pero no sé... es una tarea muy difícil.
– ¡No importa! -dijeron los dos-. Haremos Lo que sea -añadió Toro Bravo.
- Bien. -dijo el brujo- Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos cazarás el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, lo traerás aquí vivo el tercer día después de la luna llena. ¿Has comprendido?
Nube Alta asintió en silencio.
– Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la Montaña del Trueno; cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, solamente con tus manos y una red, la atraparas sin herirla y la traerás ante mí viva, el mismo día que Nube Alta... ¡Salid ahora mismo!
Los jóvenes se miraron nerviosos, pero seguros de poder lograrlo. Y corrieron a cumplir su misión cada uno por su lado. Ella hacia el norte, él hacia el sur.
Al tercer día, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes heridos y magullados, esperaban con las redes que contenían sus respectivas aves.
– Sacadlas con cuidado- dijo el Viejo.
Eran verdaderamente hermosas, sin duda lo mejor de su estirpe.
– ¿Volaban alto? -preguntó el brujo.
– Sí, sin duda, como tú nos lo pediste... -dijo Toro Bravo. ¿Y ahora? ¿los matamos y bebemos los dos de su sangre?...
– ¡Noooo! -dijo el viejo-.
– Entonces… ¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne? - propuso Nube Alta.
– ¡Nooooo! -claro que no-. Haréis lo que os digo: Tomad las aves y atadlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayáis anudado, soltadlas y que vuelen libres.
Cuando El águila y el halcón intentaron volar por su cuenta solo consiguieron revolcarse en el suelo. Incapaces de volar, las aves empezaron a picotearse entre sí hasta herirse.
– ¡Jamás olvidéis lo que acabáis de ver! ¡No os daré ningún hechizo! Vosotros sois como un águila y un halcón; si os atáis el uno al otro, aunque lo hagáis por amor, no solo viviréis arrastrándoos, sino que además, tarde o temprano, empezaréis a lastimaros uno al otro. Si quereis que el amor entre vosotros perdure... ¡Volad junto, pero jamás atados!

Recuerda: El amor no es posesivo, sino que da libertad. Nunca por encima de ti, nunca por debajo de ti, siempre a tu lado.

lunes, 28 de agosto de 2023

Tarde te amé

        San Agustín. “Confesiones”

Habiéndome convencido de que debía volver a mí mismo,
penetré en mi interior, siendo tu mi guía,
y ello me fue posible porque tú, Señor, me socorriste.
¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo.
Me retenían lejos de ti aquellas cosas
que, si no estuviesen en ti, no existirían.
Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera;
brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo;
gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti;
me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.

El loro grosero

Ricardo recibió un loro por su cumpleaños; ya era un loro adulto, con muy mala actitud y vocabulario. Cada palabra que decía estaba adornada por alguna palabrota y además tenía muy mal genio.
Ricardo, trató desde el primer día de corregir la actitud del loro diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación, le ponía música suave y siempre lo trataba con mucho cariño.
Llegó un día en que Ricardo perdió la paciencia y le gritó al loro, el cual se puso más grosero aún, hasta que en un momento de desesperación Ricardo puso al loro en el congelador.
Durante un par de minutos pudo escuchar los gritos del loro y el revuelo que causaba en el congelador, hasta que de pronto... todo fue silencio.
Ricardo, arrepentido y temeroso de haber matado al loro, abrió la puerta del congelador. El loro salió y con mucha calma dio un salto al hombro de Ricardo y dijo:
– Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido me disculpes y te prometo que en el futuro vigilaré mucho mi comportamiento.
Ricardo estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro y estaba a punto de preguntarle qué es lo que lo había hecho cambiar de esa manera, cuando el loro continuó :
– ¿Te puedo preguntar una cosa?
– ¡Sí, cómo no! -contestó Ricardo-.
– ¿Qué es lo que hizo el pollo?

domingo, 27 de agosto de 2023

¿Quién decimos que eres, Señor?

        Mari Patxi Ayerra

Decimos que eres Dios, pero seguimos a otros dioses:
el poder, el prestigio, la eficacia, la salud,
la casa, el dinero, las cosas, el ocio...
Decimos que eres Padre, pero vivimos como huérfanos:
tristes, desorientados, agobiados, cansados,
indiferentes al otro, como si no fuera hermano.
Decimos que eres el Camino, pero seguimos otras rutas,
no encontramos tiempo para Ti, no reflexionamos,
no hablamos contigo, ni te disfrutamos.
Decimos que eres la Verdad, pero nos engañamos:
nos creemos todas las mentiras que nos ofrecen.
Decimos que eres la Vida, pero vivimos de forma rutinaria:
arrastramos la vida sin entusiasmo ni plenitud.
Decimos que eres Todo, pero no se nota en nuestro comportamiento:
no vivimos como personas habitadas por Ti.
Llénanos de tu Vida en abundancia,
ocúpate de que nuestra vida recupere su sentido y tu Amor.

Educando a los hijos

Omar de cinco años había dibujado en toda una pared de su casa, el abstracto dibujo era un regalo para su padre que llevaba varios días de viaje por trabajo.
Al regresar el padre, encontró a Omar rayando la pared.
Al observar esto, su padre decidió no regañarlo. Al contrario, decidió explicarle con amor que le gustaban sus dibujos y le regalaría un cuaderno especial para dibujar en él todo lo que quisiera.
Ese regalo sería como un recuerdo para que cada vez que él tuviera que salir, le hiciera un dibujo y mandárselo o esperar a que regresara y dárselo para ponerlo en su oficina.
Le dijo que estaba orgulloso de su talento y de su destreza, pero que la próxima vez lo hiciera en el cuaderno y no en la pared porque no podía llevarla consigo y habría que limpiarla después.
Agradeció mucho el regalo y ambos se abrazaron.

Tú decides cómo quieres que te recuerden tus hijos... ¿Qué quieres lograr? ¿Miedo o respeto? Decide construir, decide enseñar desde el amor... ¡Las paredes siempre se pueden volver a pintar!