sábado, 30 de octubre de 2021

¡No te rindas...!

                       Poema de Mario Benedetti

Aunque sientas el cansancio,
aunque el triunfo te abandone,
aunque un error te lastime,
aunque un negocio se quiebre,
aunque una traición te hiera,
aunque una relación se apague,
aunque el dolor te queme los ojos,
aunque ignoren tus esfuerzos,
aunque la ingratitud sea la paga,
aunque la incomprensión corte tu risa,
aunque todo parezca nada,
¡¡vuelve a empezar!!

La hermosa leyenda de la flor de Cempasúchil (Crisantemo)

Esta es la historia de amor de dos jóvenes Aztecas, Xóchitl y Huitzilin así como la leyenda sobre la flor de Cempasúchil:
El romance de estos dos jóvenes comenzó cuando aún eran pequeños. Siendo niños se divertían jugando juntos y disfrutando de los alrededores de su pueblo. Con el tiempo, fue natural que entre ellos un gran amor floreciera.
Cuentan que todas las tardes subían a lo alto de la montaña a llevarle flores a Tonatiuh, el dios sol, él parecía sonreírles desde las alturas ante la ofrenda de los enamorados, y ellos juraron amarse por siempre, incluso más allá de la muerte.
Un día llegó la guerra y los amantes tuvieron que separarse ya que le joven Huitzilin tuvo que marchar a luchar.
Tristemente al poco tiempo llegaron noticias de que Huitzilin había sido herido y finalmente muerto. La bella Xóchitl sintió que su corazón se quebraba de dolor.
Decidió subir por última vez a la montaña para implorarle a Tonatiuh, el dios sol, que la uniera por siempre con su amor. El sol conmovido lanzó uno de sus rayos y al tocar a la joven la convirtió en una hermosa flor, de colores tan intensos como los mismos rayos del sol.
Al poco tiempo llegó un colibrí que amoroso se posó en el centro de la flor.
Era Huitzilin que se había transformado en un bello colibrí. Al instante la flor se abrió en 20 pétalos, de aroma intenso y misterioso… Los enamorados estarían siempre unidos mientras existieran flores de cempasúchil y colibríes.
Es así como nació la flor de cempasúchil (crisantemo), la flor de muertos.

martes, 26 de octubre de 2021

Uno con él

             Amado Nervo

Eres uno con Dios, porque le amas.
¡Tu pequeñez qué importa y tu miseria,
eres uno con Dios, porque le amas!
Le buscaste en los libros,
le buscaste en los templos,
le buscaste en los astros,
y un día el corazón te dijo, trémulo:
«aquí está», y desde entonces ya sois uno,
ya sois uno los dos, porque le amas.
No podrían separaros
ni el placer de la vida, ni el dolor de la muerte.
En el placer has de mirar su rostro,
en el dolor has de mirar su rostro,
en vida y muerte has de mirar su rostro.
«¡Dios!» dirás en los besos,
dirás «Dios» en los cantos,
dirás «¡Dios!» en los ayes.
Y comprendiendo al fin que es ilusorio
todo pecado (como toda vida),
y que nada de Él puede separarte,
uno con Dios te sentirás por siempre:
uno solo con Dios, porque le amas.

Los dos amigos y el oso

Fábula de Samaniego (adaptación)

Iban dos amigos por el bosque, cuando de repente les sale un oso al paso. Uno de los amigos, muy asustado, se subió a un árbol. El otro, que no estaba tan ágil, se vio abandonado a su suerte, se quedó en el suelo haciéndose el muerto.
El oso, al verlo, se acerca poco a poco. Pero este animal, que no se alimenta de cadáveres según dicen, comienza a olerlo, a tocarlo, lo registra, lo examina. Mas como nuestro amigo no se movía, y casi ni respiraba, es abandonado por el oso que se fue diciendo. "Este está tan muerto como mi bisabuelo".
Entonces el amigo, que estaba en el árbol, haciendo alarde de su amistad, baja corriendo y lo abraza. Comenta la fortuna que ha tenido el amigo al haber salido ileso de tan peligroso trance, y le dice:
- "Sabes, me parece que el oso te dijo algo al oído, mientras te olisqueaba. Dime ¿qué es lo que te ha dicho?
A lo que nuestro amigo contesta:
- "Sólo una cosa: aparta tu amistad de la persona que, si te ve en riesgo, te abandona".

domingo, 24 de octubre de 2021

Eres las manos de Jesús

Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos
para construir un mundo donde reine la justicia.
Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies
para poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Tienes sólo nuestros labios
para anunciar al mundo
la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción
para lograr que todos seamos hermanos.
Jesús, nosotros somos tu Evangelio,
el único Evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.
Jesús, danos tu amor y tu fuerza para proseguir tu causa
y darte a conocer a todos cuantos podamos.

Ser creativo en la caridad

Había un hombre sentado en la esquina de una calle, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:
“Por favor, ayúdame, soy ciego”.
Un creativo de publicidad que iba de camino al trabajo se detuvo frente a él, leyó el letrero y se quedó pensativo. El ejecutivo observó que sólo había unas cuantas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso, cogió el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otra frase en la parte de detrás. A continuación volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego, y se marchó sin decir una palabra.
Por la tarde, el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él quien había cogido su cartel y había garabateado en él.
- ¿Qué es lo que usted ha escrito o pintado en mi tabla?, le preguntó con curiosidad el invidente.
El publicista le contestó:
- Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, aunque está expresado con otras palabras. El publicista sonrió y continuó su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel rezaba:
“Hoy es primavera, y no puedo verla”.

La moraleja de esta historia nos dice: hay que cambiar de estrategia cuando no nos sale algo bien. Da una vuelta a tu pensamiento y obtendrás un resultado mejor.