viernes, 8 de julio de 2022

¡Salid! ¡Marchad sin miedo!

           Florentino Ulibarri

¡Salid, amigos y amigas! Marchad sin miedo.
Vosotros sois mis testigos en medio del mundo.
¡Salid, amigos y amigas! Marchad sin miedo.
Sed expresión de la ternura del Dios de la vida.
Ternura en vuestro rostro, ternura en vuestros ojos,
ternura en vuestra sonrisa, ternura en vuestras palabras,
ternura en vuestras obras, ternura en vuestra lucha.
¡Salid, amigos y amigas! Marchad sin miedo.
Os esperan fuera ciudadanos y vecinos.
Vosotros sois mis manos para construir un mundo nuevo
de fraternidad, libertad y justicia.
Vosotros sois mis labios para anunciar a pobres y marginados
la buena noticia de la libertad y la abundancia.
Vosotros sois mis pies para acudir al lado de las personas
que necesitan gestos de ánimo y palabras de bien.
Vosotros sois mi pasión para hacerme creíble en vuestras casas y ciudades
y lograr que niños y adultos vivan como hermanos.
Vosotros sois mi avanzadilla para lograr la primavera del Reino
y ofrecer las primicias a los que más lo necesitan.
¡Salid, amigos y amigas! Marchad sin miedo.
Derramad por doquier ternura y vida.
¡Salid, amigos y amigas! Marchad sin miedo.
Mirad toda esa multitud que os espera.
Marchad con alegría.
¡Yo os acompaño todos los días!

¡Esto es una injusticia!

El primer día de clase, el profesor de “Introducción al Derecho” entró al aula y lo primero que hizo fue pedir el nombre de un estudiante que estaba sentado en la primera fila:
- ¿Cuál es su nombre?
- Mi nombre es Nelson, Señor.
- ¡Fuera de mi clase y no vuelva nunca más! -gritó el maestro con tono desagradable.
Nelson estaba desconcertado. Cuando volvió en sí, se levantó recogió sus cosas y salió de la sala. Todo el mundo estaba asustado e indignado, pero nadie habló.
– ¡Muy bien! Vamos a empezar, dijo el profesor. ¿Para qué sirven las leyes?
Los estudiantes seguían asustados, pero poco a poco empezaron a responder a su pregunta:
– Para tener un orden en nuestra sociedad.
–¡No!, respondió el profesor.
– Para cumplirlas.
– ¡No!
– Para que las personas equivocadas paguen por sus acciones.
– ¡No! ¿Alguien sabe la respuesta a esta pregunta!
– Para que se haga justicia, dijo una muchacha con timidez.
– ¡Por fin! Es decir, por la justicia. Y ahora, ¿qué es la justicia?
Todos empezaron a incomodarse por la actitud tan apabullante del profesor. Sin embargo, continuaron respondiendo:
– A fin de salvaguardar los derechos humanos …
– Bien, ¿qué más?, preguntó el maestro.
– Para diferenciar el bien del mal, para recompensar a aquellos que hacen el bien.
– Ok, no está mal, pero respondan a esta pregunta: ¿Actué correctamente al expulsar a Nelson del aula?
Todos se quedaron en silencio, nadie respondió.
– ¡Quiero una respuesta por unanimidad!
– ¡No!, contestaron todos a una sola voz.
– ¿Se podría decir que he cometido una injusticia?
– ¡Sí!
– ¿Y por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para que queremos leyes y reglas, si no tenemos la voluntad necesaria para practicarlas? Cada uno de ustedes tiene la obligación de hablar cuando es testigo de una injusticia ¡No vuelvan a quedarse en silencio, nunca más! Ahora salgan a buscar a Nelson, dijo. Después de todo, él es su profesor, yo solo soy un estudiante de otro curso.

Aprendamos que cuando no defendemos nuestros derechos, se pierde la dignidad y la dignidad no puede ser negociada.

domingo, 3 de julio de 2022

Cuentas con nosotros, Señor

Gracias, Señor, por contar también con nosotros
para trabajar en tu mies,
para anunciar que el Reino de Dios está cerca.
No permitas que nos dejemos vencer por la pereza y la comodidad.
No dejes que nos instalemos.
Haznos tomar conciencia de que el trabajo es mucho
y que a todos nos necesitas.
Pero no quieres que seamos cristianos solos, a nuestro aire,
quieres que seamos cristianos en comunidad.
Gracias por venir a nosotros en esta comunión,
que nos llena de paz, de fuerza y de alegría para seguirte,
para ser testigos tuyos en el mundo.

Tremenda inteligencia

     Club Paulo Coelho

A los 19 años de edad entró a la prisión acusado de infiltrarse en la Inteligencia de los Estados Unidos y robar muchos de los secretos del país. Fue apodado el zorro.
Su padre es un anciano que vive solo. Quiere plantar patatas en de su jardín, pero no puede con el trabajo por la edad que tiene. Le envía a su hijo preso un mensaje que dice:
"Mi querido hijo, deseaba que estuvieras conmigo para ayudarme a arar el jardín para plantar patatas. No tengo a nadie que me ayude".
Después de un tiempo, el padre recibió una carta de su hijo diciendo:
"Querido padre, por favor no escarbes en el jardín porque escondí algo importante, y cuando salga de la cárcel te diré lo que es".
No pasó una hora antes del mensaje, la Inteligencia y el ejército rodeaban la casa.
Cavaron la tierra metro por metro, removieron todo, pero no encontraron nada y salieron de la casa.
Una carta llegó al padre de su hijo al día siguiente:
"Querido padre, espero que la tierra haya sido bien arada, ahora ya puedes sembrar tus patatas y si necesitas algo más... dime..."