sábado, 20 de julio de 2024

Gracias, Señor, por contar conmigo

Jesús, Tú eres el amor discreto, casi escondido.
No obligas a nadie a seguir tu camino.
Tu fuerza es el amor que sirve y da la vida.
Gracias, Señor, por tratarme siempre con ternura,
porque respetas y ensanchas mi libertad,
por contar con mi vida, pobre y a veces casi apagada.
Gracias, Dios mío, porque me has formado y sostienes mi vida,
porque me miras con amor, me has cogido de la mano.
y me das tu Espíritu, el Espíritu de Jesús.
Que también yo sepa contar con los que no cuentan,
con los débiles, los pequeños y los ignorantes,
con los que viven en la tiniebla de la enfermedad, la soledad y la pobreza,
para implantar un derecho nuevo y construir una sociedad nueva,
en la que todos vivamos como hermanos, como hijos tuyos.

Ni el vuelo de una mosca

El conferenciante leía su disertación. Un público atento seguía sus palabras, guardando un silencio total.
En eso una mosca entró volando por la sala. El conferenciante detuvo la lectura. La gente, molesta, empezó a perseguir a la mosca por el salón. Con periódicos los señores, las señoras con abanicos y pañuelos, todos corrían tras la mosca para darle caza. Se formó tal barahúnda que ya no se oía ni el vuelo de la mosca.
Al fin la mosca salió por una ventana abierta, y ya no se oyó más. Pero el orador no pudo seguir: había perdido la concentración. Todos atribuyeron eso al vuelo de la mosca, pero la verdad es que su desconcierto lo originó la barahúnda. En el salón ya no se oyó el vuelo de una mosca, pero tampoco la voz del conferencista se pudo escuchar ya.

De esta historia saco una conclusión: que el vuelo de una mosca no interrumpa tu tarea.

jueves, 18 de julio de 2024

Sálvanos, que perecemos

      José María Rodríguez Olaizola, SJ.

Sin control y sin ancla, la barca salta
como juguete en manos de un crío.
Gritamos. Nadie parece escuchar.
¿Dónde estás? ¿Nos has abandonado?
¿Hay alguien ahí?
La brusquedad nos sobrecoge.
La indiferencia nos angustia.
No hay contra quien cargar,
y, sin embargo, buscamos culpables del viento.
Otras veces hemos surcado este mar furioso,
y con tu ayuda salimos adelante.
¿Por qué olvidamos tu modo de estar
en cuanto nos atrapa la tormenta?

Todo es cuestión de actitud

Le preguntaron en alguna ocasión a Mahatma Gandhi acerca de cuáles son los factores que destruyen al ser humano y respondió así:
-- La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.
La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero, todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente es enojona, si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.
La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.

"El que quiera ser amado, que ame".