viernes, 6 de noviembre de 2020

Jesucristo

Jesucristo....
No tenía sirvientes y lo llamaban Señor.
No tenía título y lo llamaban Maestro.
No tenía ejército y los reyes le temían.
No ganó batallas militares y aún así conquistó el mundo.
No cometió delito y fe crucificado.
Me amó primero sin que yo lo conociera.
Fue enterrado en una tumba y al tercer día resucitó
y aun hoy vive... ¡y me sigue acompañando!

Dar la vida por los demás

Una niña estaba muriendo de una enfermedad de la que su hermano, que tenía 18 años, había logrado recuperarse tiempo atrás. El médico dijo al muchacho:
-- Sólo una transfusión de tu sangre puede salvar la vida de tu hermana. ¿Estás dispuesto a dársela?
Los ojos del muchacho reflejaron verdadero pavor por unos instantes, finalmente dijo:
-- De acuerdo, Doctor, lo haré.
Una hora después de realizar la transfusión, el muchacho preguntó indeciso:
-- Dígame, Doctor, ¿cuándo voy a morir?
Sólo entonces comprendió el Doctor el momentáneo pavor que había detectado en los ojos del muchacho: creía que, al dar su sangre, iba también a dar la vida a su hermana. Sin duda que es un gesto heroico el de este muchacho, que es capaz de dar la vida por alguien a quien quiere.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Mírame, Señor

Mírame Señor, no soy digno de que entres en mi casa,
háblame Señor, tu palabra bastará para sanarme, 
sáname Señor, tu conoces cuantas luchas en mis límites
De tu cuerpo brota sangre y agua viva, vas cayendo suavemente en mi interior 
te recibo con asombro y me conmuevo, Cristo vivo, 
Dios esta presente en mi pobre corazón. 
Mírame Señor, yo no sé confiar en medio de tormentas, 
llámame Señor, tú me alientas y camino sin temor, 
cuídame Señor, nadie más sostiene mi vida entregada, 
te suplico Dios, serte fiel hasta la Cruz y Cruz de amor. 
Te amaré Señor, aunque tenga que olvidarme de mi mismo, 
tomaré tu Cruz, seguiré tus pasos sin mirar atrás, 
sonreiré Señor, aunque todo fracasara y quede solo, 
y si estoy muy mal, tu palabra ardiente me liberará. 
Lavaré Señor, mis vestidos en tu sangre de cordero, 
cantaré Señor, y tu fuego abrazará mi corazón, 
me aliviarás Señor con el paso de tu cuerpo en mis entrañas, 
te bendeciré contemplando el crecimiento que anide.

Mirar por encima del muro

Un día caminaba un sacerdote con un hombre muy preocupado y agobiado por la situación que estaba viviendo, que le llevaba a dudar de la bondad de Dios.
- No sé que hacer con todos estos sufrimientos y preocupaciones –dijo.
En ese momento el sacerdote se dio cuenta que una vaca les miraba por encima de un muro de piedra.
- ¿Sabe usted por qué esa vaca mira por encima del muro? –preguntó el sacerdote.
- No –respondió su compañero, perturbado.
- Se lo diré. Es porque no puede ver a través de él. Eso es lo que hay que hacer con el “muro” de los sufrimientos y dificultades.

¡Mira más alto, por encima de él! La fe nos ayuda a mirar más allá, por encima de las dificultades, al Señor que es nuestra ayuda.

martes, 3 de noviembre de 2020

Salmo de abandono

Quiero, Señor, en tus manos grandes, 
dejarme moldear como arcilla cremosa, 
dejarme abandonar en el amor. 
Haz, Señor, que en este día sienta que tú eres mi fortaleza, 
mi refugio en los momentos de peligro. 
Quiero vivir como un niño en brazos de su madre. 
Cobijado como el polluelo bajo las alas de su madre. 
Déjame, Señor, que de verdad crea que tú eres mi Padre, 
que me cuidas más que al pájaro y la rosa. 
Déjame acurrucarme en la noche, en la ternura de tu inmenso cariño. 
Descúbreme que tú eres mi salida, mi marcha sin retorno, 
lo mejor que me ha ocurrido en mi vida. 
Quiero. en medio de la tarde que cae, 
sentirme libre como el pájaro que vuelve al nido. 
Quiero dejarme en tus manos, 
abandonado de todas las preocupaciones, 
con el gozo de que tú me sostienes. 
Quiero abandonarme, pues sé que tú no fallas, 
eres la fidelidad a la cita, el gozo en medio del llanto, 
la paz cuando están cayendo las bombas, 
la alegría que nadie me podrá arrebatar. 
Tú eres mi confianza, pues todo lo que me ocurre 
sé que está pesado en la balanza del amor. Amén 

Hoy, en la fiesta de san Martín de Porres, nuestra oración es por las muchas personas que limpian los hospitales, las calles, que vacían los cubos de basura, que van por las casas para llevarse la basura: un trabajo que nadie ve, pero es un trabajo que es necesario para sobrevivir. Que el Señor los bendiga, los ayude. (Papa Francisco)

Un cuento sobre la santidad

Érase una vez un granito de trigo, pequeño y sencillo, que quería ser santo y llegar hasta el cielo. Y se ofreció a Dios… y se puso en sus manos de buen sembrador. Y el Señor, de inmediato, con mucho cariño, lo colocó en tierra buena y lo cuidó con esmero.
Pero el granito, gritaba…, pasaba las noches oscuras, a solas, con miedo y con frío, muriendo a sí mismo. Pero, sin saberlo, renacía a una vida más hermosa y bella.
Y empezó a crecer como espiga, débil y temerosa, azotada por las lluvias y mecida por los vientos. Y fue creciendo, creciendo y creciendo acariciada por el sol, y soñaba y soñaba… y pedía y oraba.
Cuando estuvo madura, un día de estío se presentó el segador. Y ella, alarmada, gritaba y decía: “A mí no, porque yo estoy destinada a ser santa y elevarme hasta el cielo”. Pero el hombre, tal vez distraído, metió la hoz, despiadado, y quebró sus ensueños de oro.
“Oh Señor”, clamó entonces la espiga, “ya no puedo llegar a tus brazos. Sálvame mi Señor, que me muero”.
Pero el Señor, cual si nada escuchase, respondió con un largo silencio… Y aquel hombre, tomando la espiga, bajo el trillo la puso al momento… Y los granos crujieron… y como sarta de perlas preciosas, por la era rodaron deshechos.
Y vinieron más hombres y metieron los granos de trigo en un saco viejo, llevándolos luego al molino, donde finísimo polvo se hicieron. Y la harina seguía llorando. Mientras, arriba en el cielo, seguían callando… y aquí abajo, seguían moliendo.
Y, ¿por qué callaría Jesús? Y, ¿por qué, si era pura e inocente, le negaba el consuelo? Pero ella obediente, seguía sufriendo…
Y Jesús preparaba la harina. Y una hostia bellísima hicieron… por fin el grano, espiga, harina, en Jesús se fundieron.