sábado, 14 de septiembre de 2019

Himno a la Exaltación de la Cruz

¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!
Vinagre y sed la boca, apenas gime;
y, al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo, y los redime.
Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este peso y esta muerte
que cuelga de tus ramas como un fruto.
Tú, solo entre los árboles, crecido
para tender a Cristo en tu regazo;
tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo
de Dios con los verdugos del Ungido.
Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
al que en la cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.

Los tres monjes y el diablo


En una ocasión, el demonio se apareció a tres monjes y les dijo:
- Si os diera potestad para cambiar algo del pasado, ¿qué cambiaríais?
El primero de ellos tenía un gran fervor apostólico y le respondió:
- "Impediría que Adán y Eva cayeran en el pecado para que la humanidad no se apartara de Dios".
El segundo de ellos era un hombre lleno de misericordia y le dijo:
- "Impediría que tú mismo te apartases de Dios y te condenaras eternamente".
El tercero de ellos era el más simple y, en vez de responder al tentador, se puso de rodillas, hizo la señal de la cruz y oró diciendo:
- "Señor, libérame del demonio de lo que pudo ser y no fue".
El diablo, dando un grito estentóreo y estremeciéndose de dolor se esfumó.
Los otros dos, sorprendidos, le dijeron:
- "Hermano, ¿por qué has reaccionado así?".
Él les respondió:
- "En primer lugar, porque NUNCA hemos de entrar en diálogo con el enemigo. En segundo lugar, porque no hay poder en este mundo capaz de cambiar el pasado. En tercer lugar, porque el interés de Satanás no era probar nuestra virtud, sino que, atrapados en el pasado, descuidáramos el presente, porque es el único tiempo en el que Dios nos da su gracia y podemos cooperar con ella para cumplir su voluntad. De todos los demonios, el que más atrapa a los hombres y les impide ser felices es el de lo que pudo ser y no fue. Solo el presente está en nuestras manos".

viernes, 13 de septiembre de 2019

Oración cotidiana de la sinagoga

Bendito seas, Señor, nuestro Dios y Dios de nuestros padres...
Creador de todas las cosas...
Eres Santo y tu Nombre es Santo...
Concédenos el conocimiento, el discernimiento y la inteligencia...
Perdónanos, Padre, pues hemos pecado...
Mira nuestra miseria y libéranos... Cúranos...
Danos tu bendición a la tierra...
Reúnenos desde los cuatro rincones del mundo...
Reina solo tú sobre nosotros, Señor, con amor y misericordia...
Recompensa a los que esperan sinceramente en tu Nombre
y danos parte con ellos en el mundo futuro...
Cantaremos tus alabanzas de generación en generación:
por nuestra vida, de nuevo en tus manos,
por nuestras almas que guardas;
por los prodigios que haces a diario por nosotros;
por tus maravillas y tus bondades en todo tiempo.
Derrama la paz, la felicidad, la bendición, la gracia, el amor
y la misericordia sobre nosotros y sobre todo Israel, tu pueblo.

El billete de cien euros


Un famoso predicador comenzó su sermón enseñando un billete de 100 euros. Y preguntó a los asistentes:
- ¿Quién de ustedes quiere este billete de 100 euros?
Las manos empezaron a alzarse. Les dijo:
- Voy a dar este billete a uno de ustedes, pero antes déjenme hacer esto.
Y empezó a arrugar el billete. Siguió preguntado:
- ¿Todavía lo quieren? La gente levantó las manos.
- ¿Y si hago esto? Dejó caer el billete al suelo y comenzó a pisarlo y ensuciarlo con sus zapatos.
Lo recogió, ahora arrugado y sucio.
- ¿Todavía lo quiere alguien?
Las manos seguían levantándose.
- Amigos, han aprendido una valiosa lección. Hiciera lo que hiciera al billete, ustedes seguían deseándolo porque, a pesar de su aspecto cada vez más feo y sucio, sabían que su valor seguía siendo el mismo. Seguía valiendo 100 euros.

Nosotros somos ese billete. Muchas veces ensuciados y aplastados por nuestras propias decisiones o por las decisiones de los demás. Nos sentimos indignos y sin valor. Pero el valor de nuestras vidas no está en lo que hacemos sino en lo que somos.

jueves, 12 de septiembre de 2019

Gracias a la vida, que me ha dado tanto

Es muy de agradecer
Todo lo que tengo que limpiar después de la fiesta, porque significa que tengo amigos.
Los impuestos que pago, porque quiere decir que tengo empleo.
El patio que tengo que ordenar, las ventanas que tengo que limpiar
y las reparaciones que tengo que hacer, porque significa que tengo un hogar.
Las quejas al gobierno, pues significa que tenemos libertad de expresión.
El tener que dejar el coche lejos, porque significa que soy capaz de caminar.
La cuota tan alta de luz que tengo que pagar, porque significa que puedo calentar mi hogar.
La viejita que canta desentonada detrás de mí en la Iglesia, porque significa que puedo oír.
La montonera de ropa para lavar y planchar, pues significa que tengo con que vestirme a diario.
El cansancio y los dolores musculares al final del día, pues significa que estuve muy activo.
El despertador que suena a diario temprano, porque significa que estoy vivo.
Y Dios me regala un nuevo día para vivir.

¿Dónde ves a Dios?


Cierto día, el cardenal Wisseman discutía con un filósofo utilitarista sobre la excelencia de Dios. A los contundentes y clarísimos raciocinios del obispo respondía el filósofo con mucha flema:
- "No lo veo, yo no lo veo...".
Wisseman tuvo entonces un rasgo ingenioso. Escribió en un papel la palabra "DIOS" y colocó encima una libra esterlina. El materialista inglés abrió los ojos con sorpresa. Le dice el obispo:
- ¿Qué ve usted?
- Una libra esterlina.
- ¿Nada más?
- Nada más.
Muy tranquilo entonces, Wisseman quitó la libra esterlina y dijo a su compañero:
- ¿Y ahora, qué ve usted?
- Veo "DIOS".
- ¿Qué os impedía ver a Dios?
El filósofo utilitarista se calló como un muerto.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Déjanos soñar, Señor

                        Martín Luther King

Señor, sueño que llegará un día
en que los hombres se elevarán por encima de sí mismos
y comprenderán que están hechos para vivir juntos en hermandad.
Todavía sueño con aquella Navidad,
que llegará el día en que todos los negros de este país,
todas las personas de color del mundo, serán juzgadas
por el contenido de su personalidad y no por el color de su piel...
y que la hermandad será algo más que unas palabras colocadas al final de un sermón...
Todavía sueño hoy que con esta fe seremos capaces
de transformar los límites de la desesperación.
Con esta fe podremos anticipar el día de paz en la tierra
y de buena voluntad para todos los hombres.
Será un día glorioso: los luceros del alba cantarán unidos
y tus hijos, Señor, exultarán de alegría

La bailarina


Una joven había ido a clases de ballet durante toda su Infancia, y había llegado el momento en que se sentía lista para entregarse a la disciplina que la ayudaría a convertir su afición en profesión. Deseaba llegar a ser primera bailarina y quería comprobar si poseía las dotes necesarias, de manera que cuando llegó a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los camerinos al finalizar una función, y habló con el director.
- Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo, pero no se si tengo el talento que hace falta.
- Hágame una demostración, le dijo el maestro.
Transcurrido apenas cinco minutos la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.
- No, no tiene usted condiciones.
La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado. Arrojó las zapatillas de baile en un armario y no volvió a calzarlas nunca más. Se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, se puso a trabajar de cajera en un supermercado.
Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se encontró con el viejo director que ya era octogenario. Ella le recordó la charla que habían tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó de su trabajo en el supermercado. Después agregó:
- Hay algo que nunca he terminado de entender: ¿cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de bailarina?
- Ahhh, apenas la miré cuando usted bailó delante de mi, le dije lo que siempre le digo a todas -le contestó.
- ¡Pero eso es imperdonable!, exclamó ella, ¡arruinó mi vida, pude haber llegado a ser primera bailarina!
- No lo creo, repuso el viejo maestro. Si hubieras tenido las dotes necesarias, y una verdadera vocación para bailar no habrías prestado ninguna atención a lo que yo dije.

Sin duda, si te crees perdido, estás perdido y si crees que no puedes, pues no podrás. Si quieres hacer algo pero lo crees imposible, no creo que triunfes jamás. En la vida no solo el valiente o el veloz triunfa, tarde o temprano el que siempre vence es el que cree que es posible.

martes, 10 de septiembre de 2019

Diligentes en la fe

Señor, hazme diligente en la fe,
cura mi pereza y hazme entender que…
nadie puede velar en lugar de mí,
nadie puede amar en lugar de mí,
nadie puede rezar en lugar de mí,
nadie puede aprender en lugar de mí,
nadie puede caminar en lugar de mí
nadie puede sufrir y gozar, en lugar de mí
nadie puede vivir en lugar de mí.
Despiértanos del sueño de una vida superficial,
que cada día llenemos nuestras lámparas
en la oración, en los sacramentos, en la comunidad cristiana...
para que podamos descubrir tu presencia entre nosotros,
llevemos encendidas las lámparas del amor y la esperanza
y con todos los hermanos disfrutemos de tu cercanía. Amén.

Un nudo en la sábana


En la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos.
Ella entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran trabajadores, debían encontrar un poco de tiempo para dedicarlo y pasarlo con los niños.
Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.
Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado.
Explicó además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa y para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un nudo en la punta de la sábana.
Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha besado. El nudo es el medio de comunicación entre nosotros.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de la escuela.

Este hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros.
Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban para aquél hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías.
Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el golpe de la rodilla o el miedo a la oscuridad.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Danos, Señor, un corazón acogedor

Danos, Señor, un corazón acogedor.
Espíritu Santo Creador. Danos vivir según el Espíritu de Cristo.
Espíritu Santo Consejero, tú has revestido con tu fuerza
a los profetas para que rindieran testimonio de tu Palabra.
Danos valor para proclamarla nosotros cada día.
Espíritu Santo Paráclito, tú has acogido bajo tu sombra a la Virgen María,
y la preparaste para que llegara a ser la Madre del Hijo de Dios.
Danos esa docilidad creyente.
Espíritu Santo Consagrador, descendiste sobre Jesús el día de su bautismo.
Otórganos ser sus discípulos.
Espíritu Santo Luz, que llevaste hasta el desierto a Cristo
y le asististe en la proclamación del Reino de Dios.
Asístenos cuando somos probados.
Espíritu Santo Defensor, descendiste sobre María y los apóstoles,
para enseñarles todas las cosas y conducirles a la plenitud.
Otórganos ansiar la plenitud de la Verdad única de Dios.
Danos, Señor, un corazón acogedor.

Rosa o cactus


Un hombre preguntó a un sabio si debía quedarse con su esposa o su amante…
El sabio cogió dos flores en su mano: una rosa y un cactus… y le preguntó al hombre:
- Si yo te doy a escoger una flor, ¿cuál eliges? y el hombre sonrió y dijo:
- ¡La rosa es lógico!, dijo el hombre sonriendo.
- A veces los hombres, respondió el sabio, se dejan llevar por la belleza externa o lo mundano y eligen lo que brilla más, lo que valga más pero en esos placeres no está el amor, yo me quedaría con el cactus porque la rosa se marchita y muere, el cactus en cambio sin importar el tiempo o el clima seguirá igual, verde con sus espinas, y un día dará la flor más hermosa que jamás hayas visto.
Tu mujer conoce tus defectos, tus debilidades, tus errores, tus gritos, tus malos ratos y aun así está contigo… tu amante conoce tu dinero, tus lujos, los espacios de felicidad y tu sonrisa, por eso está contigo, ahora dime, hombre, ¿con quién te quedarías?…

Dedicado a todas las mujeres para que se sientan orgullosas de ser cactus y a todos los hombres que no saben lo que tienen y no valoran el tesoro de mujer que tienen a su lado.

domingo, 8 de septiembre de 2019

A María en la fiesta de su cumpleaños

Dichosa tú, que has creído y has amado.
Dichosa tú, que has vivido con sencillez.
Dichosa tú, que has mirado a los más pobres.
Dichosa tú, que has gritado por los necesitados.
Dichosa tú, que has soñado con un mundo nuevo.
Dichosa tú, que has acariciado a los niños.
Dichosa tú, que has mantenido la esperanza.
Dichosa tú, que has aguantado momentos de dolor.
Dichosa tú, que has confiado en Dios.
Dichosa tú, María, Mujer, Madre…
por tu Sí a Dios, a las personas y al Reino.

Andar sobre la vía del tren


En cierta ocasión unos niños paseaban por el bosque cuando descubrieron una línea de ferrocarril abandonada. Uno de los niños saltó a uno de los raíles y trató de caminar por él. Después de unos cuantos pasos, perdió el equilibrio. Otro trató de hacer lo mismo, y también se cayó. Los demás se rieron.
- Apuesto a que vosotros tampoco podéis, les dijo a los demás uno de los que había hecho el intento. Uno por uno los demás niños lo intentaron pero todos fallaron. Hasta el más habilidoso del grupo no pudo dar más de una docena de pasos antes de caer fuera del rail.
Entonces dos niños comenzaron a hablarse al oído y uno de ellos lanzó el siguiente desafío:
- Yo puedo caminar todo lo que quiera por el raíl, y él también, les dijo señalando a su compañero.
- No, tú tampoco puedes, le dijeron los demás.
- ¡Apuesto un dulce a cada uno que sí puedo!, les respondió.
Los demás aceptaron.
Entonces los niños subieron cada uno a un raíl, extendieron un brazo, se agarraron fuertemente de las manos y empezaron a caminar por toda la vía.
Individualmente no hubieran podido hacerlo, pero estando unidos les resultó fácil superar el reto.