viernes, 23 de septiembre de 2022

Salmo de agradecimiento

Te doy gracias de todo corazón, Señor, Dios mío,
te diré siempre que tú eres amigo fiel.
Me has salvado del abismo profundo,
y he experimentado tu misericordia.
Me has librado de los lazos de la tentación,
y he experimentado tu misericordia.
Me has hecho revivir, volver al camino,
y he experimentado tu misericordia.
Has curado la fiebre que me impide servir a los hermanos.
Has abierto mis ojos y mis oídos para ver y escuchar a quién me necesita.
Sigue protegiendo mi vida. Sálvame. Confío en ti.
Señor, yo me alegro, porque eres un Dios compasivo.
Me alegro porque eres piadoso y paciente.
Me alegro porque eres misericordioso y fiel.
Señor, mírame. Ten compasión de mí. Dame fuerza.
Protege mi vida. Sálvame. Confío en ti.
Tú, Señor, siempre estás pronto a ayudarme
y a animar mi corazón cuando decae.
Tú, Señor, toma mi corazón de barro
y moldéalo según la grandeza de tu misericordia.
Protege mi vida. Sálvame. Confío en ti.

El error de una letra

Un matrimonio decidió ir a pasar las vacaciones en una playa del Caribe, en el mismo hotel donde pasaron la luna de miel 20 años antes, pero por problemas de trabajo, la mujer no pudo viajar con su marido, quedando en que iría unos días después.
Cuando el hombre llegó y se alojó en el hotel, vio con asombro que en la habitación había un ordenador con conexión a Internet.
Entonces quiso enviar un e-mail a su mujer, pero se equivocó en una letra y sin darse cuenta lo envió a otra dirección…
El e-mail lo recibe por error una viuda que acababa de llegar a casa del funeral de su marido, y que al leer el correo electrónico se desmayó.
El hijo de la viuda al entrar en la habitación, encontró a su madre en el suelo sin conocimiento, a los pies del ordenador, en cuya pantalla se podía leer…
«Querida esposa:
He llegado bien. Seguramente te sorprenda recibir noticias mías por esta vía, pero ahora tienen un ordenador aquí y puedes enviar mensajes a tus seres queridos. Acabo de llegar y he comprobado que todo está preparado para tu llegada este próximo viernes. Tengo muchas ganas de verte y espero que tu viaje sea tan tranquilo y relajado como ha sido el mío.
No traigas mucha ropa. ¡Aquí hace un calor infernal!
»

domingo, 18 de septiembre de 2022

Himno de Laudes “Es domingo”

Es domingo; una luz nueva resucita la mañana
con su mirada inocente, llena de gozo y de gracia.
Es domingo; la alegría del mensaje de la Pascua
es la noticia que llega siempre y que nunca se gasta.
Es domingo; la pureza no solo la tierra baña
que ha penetrado en la vida por las ventanas del alma.
Es domingo; la presencia de Cristo llena la casa:
la Iglesia, misterio y fiesta, por él y en él convocada.
Es domingo; «este es el día que hizo el Señor»,
es la Pascua, día de la creación nueva y siempre renovada.
Es domingo; de su hoguera brilla toda la semana
y vence oscuras tinieblas en jornadas de esperanza.
Es domingo; un canto nuevo toda la tierra le canta
al Padre, al Hijo, al Espíritu, único Dios que nos salva. Amén.

Disfrutar de la vida

Érase una vez un hombre de negocios, un americano de vacaciones en un pueblecito de la costa mejicana. Un día contempló a un mejicano en su barquita que volvía de pescar unos grandes peces.
- Felicidades. Hermosos peces. ¿Cuánto tiempo le costó pescarlos?
- El mejicano le dijo: sólo un ratito.
- ¿Y por qué no dedica más tiempo y así pesca muchos?
- Oh, no, con esto tengo más que suficiente para mi familia.
- ¿Y qué hace el resto del tiempo cuando no sale a pescar?
- Me levanto tarde, pesco un rato, juego con mis hijos, hago la siesta, paseo por el pueblo, toco la guitarra con mis amigos… como ve tengo mi vida bien llena.
- Escuche, yo soy un graduado de Harvard y le puedo ayudar a mejorar su negocio. Tiene que dedicar más tiempo a la pesca. Así podrá comprar un barco más grande, pescará más y podrá comprar más barcos. Después podrá tener su propia empresa. Por supuesto tendría que dejar su pueblo y trasladarse a México DF, e incluso a Nueva York para dirigir su gran empresa.
- Pero señor, ¿cuánto tiempo llevará todo eso?
- De 15 a 20 años.
- ¿Y después qué?
- El americano sonriendo le dijo, después viene lo mejor. Una vez consolidada su empresa la vende y se hace millonario.
- ¿Y después qué?
- Después, le dijo el graduado de Harvard, usted se retira, vuelve a un pueblo de la costa, se levanta tarde, pesca un ratito, juega con sus nietos, hace la siesta con su esposa, pasea por el pueblo y toca la guitarra con sus amigos.
- El mejicano le contestó, pero, señor, eso mismo es lo que estoy haciendo ahora.