sábado, 28 de enero de 2017

Espíritu de verdad (Oración Ecuménica)

Arzobispo Mar Swerios Malki Mourad Iglesia Ortodoxa Siria de Jerusalén y Tierra Santa

Divino Consolador, Espíritu de Verdad,
tesoro de bondad y fuente de vida;
tú que repartes dones y dispensas favores divinos,
ven a habitar en nosotros y límpianos de toda mancha.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio,
y renueva en nosotros un espíritu recto,
así como el espíritu de templanza y pureza,
el espíritu de piedad y santidad, el espíritu de discernimiento y fuerza,
y el espíritu de conocimiento y el temor de ti, oh Dios.
Permanece con nosotros y entre nosotros,
guiándonos, ayudándonos, fortificándonos y confortándonos.
Espíritu Santo, compasivo y bueno,
dame una fuente de lágrimas para que con ella pueda lavar mi corazón
y limpiarlo de su suciedad para que te agrade habitar en él.
Enciende en él el fuego de tu amor divino,
y renueva y reaviva en mí el espíritu del bien obrar,
para que pueda vivir en ti por siempre jamás.

El nuevo director

Una Empresa entendió que estaba en el momento oportuno para cambiar el estilo de gestión y contrató un nuevo director general. Éste vino decidido a agitar las bases y volver a la Empresa más productiva.
El primer día, acompañado de dos de sus principales asesores, realizó una inspección general en la empresa.
En el almacén todos estaban trabajando, pero un muchacho nuevo estaba recostado en una pared con las manos en los bolsillos.
Viendo una buena oportunidad para demostrar su filosofía de trabajo, el nuevo Director preguntó al muchacho:
- “¿Cuánto ganas por mes?”
- “Trescientos euros, ¿por qué?”, respondió el muchacho, sin saber de qué se trataba.
El Director sacó de su bolsillo 300 euros y se los dio al muchacho, diciendo:
- “Aquí está su salario del mes.
- “Ahora, ¡¡¡desaparezca y no vuelva más !!!”
El muchacho guardó el dinero y salió conforme las órdenes recibidas.
El Director entonces, hinchado de orgullo, pregunta a un grupo de operadores:
- “¿Alguno de ustedes sabe lo que este muchacho hacía aquí?”
- “Si señor”, respondieron atónitos los operadores. Vino a entregar las pizzas que le habían encargado”.

Moraleja: Existen personas que desean tanto mandar, que se olvidan de pensar.

jueves, 26 de enero de 2017

Desde que mi voluntad (Oración)

José Luis Blanco Vega, sj
Desde que mi voluntad está rendida a la tuya Señor,
yo conozco la medida de la mejor libertad.
Ven, Señor, y toma las riendas de mi albedrío;
de tu mano me confío y a tu mano me entrego,
que es poco lo que me niego si yo soy tan tuyo, y vos tan mío.
A fuerza de amor humano me abrazo en amor divino.
La santidad es camino que va de mí hacia mi hermano.
Me di sin tender la mano para cobrar el favor;
me di en la salud y en dolor a todos, y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte sin nada más que el amor.
Que así sea.

La fábula del capullo y la mariposa

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y lo llevó a su casa para observar a la mariposa cuando saliera del capullo.
Un día notó un pequeño orificio en el capullo, y entonces se sentó a observar durante varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir. El hombre la vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía como que se había atascado.
Entonces el hombre, sintiendo lástima, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera corto al lado del agujero para hacerlo más grande, y por fin la mariposa pudo salir del capullo.
Sin embargo, al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante, las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.
Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Jamás logró volar.
Lo que el hombre, en su bondad y apuro, no entendió fue que la restricción de la apertura del capullo y el esfuerzo de la mariposa de salir por el diminuto agujero, eran parte natural del proceso que forzaba fluídos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que alcanzasen el tamaño y fortaleza requeridos para volar.
Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privado su desarrollo normal.

Moraleja: Si se nos permitiese progresar en todo sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido a través del esfuerzo y la constancia.
Cuantas veces hemos querido tomar el camino fácil para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para encontrarnos al final un resultado insatisfactorio, y a veces desastroso.
¡Sí, luchemos y esforcémonos por alcanzar metas!

martes, 24 de enero de 2017

Oración a la Virgen de la Paz

Madre Santa de la Paz, que por ser Madre de Dios
eres universal Madre de la Paz de todas las criaturas
y, por especial designio, Madre de la Paz
en esta villa de Cintruénigo:
alcanza, Señora, a nuestras almas,
el abrazo suave de la paz del Señor,
por medio de la perseverancia final en tu santa gracia.
Que logremos agradar a tu Hijo Santo,
venciendo la guerra de nuestras pasiones
mientras estemos en esta vida. Amén.

La jarra de la vida

“Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
Sacó de debajo de su escritorio un frasco grande de boca ancha.
Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
– “¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco?”.
Después que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.
Luego preguntó:
– “¿Está lleno?”.
Todo el mundo lo miró y asintió.
Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras más pequeñas, metió parte de las piedritas en el frasco y lo agitó.
Las piedritas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.
El experto sonrió con ironía y repitió:
– “¿Está lleno?”.
Esta vez los oyentes dudaron:
– “Tal vez no”.
– “Bien”.
Y puso en la mesa un balde con arena que comenzó a volcar en el frasco.
La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras grandes y pequeñas.
– “¿Está lleno?”; preguntó de nuevo.
– “!No!”, exclamaron los asistentes.
– “Bien”, dijo, y tomó una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco.
El frasco aún no rebosaba.
– “Bueno, ¿qué hemos demostrado? ” preguntó.
Un alumno respondió: “que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas”.
-“¡No!”, concluyó el experto:
– “Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después”.

Moraleja: ¿Cuáles son las grandes piedras de tu vida?. ¿Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona que amas? Recuerda: “Las cosas importantes ponlas primero. El resto encontrará su lugar”.

lunes, 23 de enero de 2017

Señor, Tú amas la justicia (Oración Ecuménica)

Señor,
tú amas la justicia y estableces la paz en la tierra.
Traemos ante ti la desunión del mundo de hoy;
la violencia absurda, y las numerosas guerras
que quebrantan el espíritu de los pueblos del mundo;
la codicia humana y la injusticia,
que alimentan el odio y las contiendas.
Envía tu espíritu y renueva la faz de la tierra;
enséñanos a ser compasivos con toda la familia humana;
refuerza la voluntad de todos aquellos
que luchan por la justicia y la paz,
y danos la paz que el mundo no nos puede dar.

La piedra valiosa

Había una vez, en el País de las Piedras, una pequeña piedra que estaba empeñada en ser una piedra preciosa para ser importante y admirada por todas las demás. Por eso tenía en su casa una impresionante colección de disfraces.
Esmeralda Los tenía de Rubí, Topacio, Ágata, Oro. Eran reproducciones casi exactas. Cuando se los ponía, parecían realmente auténticos.
Y a esto había que añadir lo bien que interpretaba la pequeña piedra su papel. Si iba disfrazada de Zafiro, hablaba como el Zafiro, caminaba como el Zafiro, se comportaba como el Zafiro. No había detalle que se le escapara y que la pudiera delatar.
Pero tenía que tener cuidado en una cosa; no podía darle directamente la luz del sol, porque entonces descubrirían que no era transparente como los auténticos Zafiros.
Lo mismo le ocurría con los disfraces de Rubí, de Esmeralda y de Diamante. Así que sólo se los ponía cuando era de noche o al atardecer.
Por el día se disfrazaba de Oro o de Plata. Aunque con estos disfraces tenía el peligro contrario; si dejaba de darles la luz del sol, dejaban de parecer Oro o Plata auténticos.
Sin embargo la pequeña piedra lo tenía todo muy bien controlado. Y así fue pasando su vida. Nadie se dio cuenta del engaño. Los que la conocían como Esmeralda le tenían una gran admiración y aprecio. Y lo mismo ocurría con los que la conocían como Diamante, como Oro, como Zafiro, como Rubí o como Plata.
Pero un día, estando la piedra tomando el sol disfrazada de Oro, un hombre que pasaba por allí quedó deslumbrado con su brillo y la cogió. Al ver que era oro, dio un salto de alegría y fue corriendo a ver a un joyero para que le dijera cuál era su valor. Pero cuando el joyero la examinó, vio que era una simple piedra cubierta con una funda dorada. Entonces el hombre, desilusionado, la cogió y la tiró por la ventana.
Al caer al suelo, la piedra se rompió en mil pedazos, y sorprendentemente, dejó al descubierto que su interior había estado ocupado por un Diamante de gran calidad y de valor incalculable. Un Diamante que nunca había podido salir a la luz, porque la pequeña piedra se empeñó toda su vida en imitar a otros para ser valiosa e importante.