sábado, 1 de julio de 2023

Salmo 91: Alabanza del Dios creador

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos.
El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad.

Piloto y perro lazarillo



Una Mujer volaba de Melbourne a Brisbane... Inesperadamente, el avión fue desviado a Sydney.

La azafata explicó que habría un retraso, y los pasajeros podían bajar del avión.
Todo el mundo se bajó del avión excepto una mujer que era ciega.
Un hombre se había fijado en ella y podía decir que la señora estaba ciega porque su perro lazarillo estaba en silencio delante de ella durante todo el vuelo.
El piloto se acercó a la mujer ciega, y llamándola por su nombre, dijo: 'Kathy, estamos en Sydney durante una hora. ¿Te gustaría bajarte y estirar las piernas? ''
La mujer ciega respondió: 'No gracias, pero tal vez Max, mi perro, quiera estirar las patas.
Mira lo que sucedió: ¡Toda la gente que viajaba en ese avión se quedó paralizada por completo cuando vieron al piloto salir del avión con un perro lazarillo! El piloto incluso llevaba gafas de sol.
La gente se puso muy nerviosa y ¡no sólo trataron de cambiar de avión, sino que también estaban tratando de cambiar de aerolínea!

Que tengas un gran día y recuerda... Las cosas no siempre son como aparecen. ¡Un día sin risas es un día desperdiciado!

viernes, 30 de junio de 2023

A los apóstoles Pedro y Pablo

San Pedro y san Pablo, unidos
por un martirio de amor,
en la fe comprometidos,
llevadnos hasta el Señor.
El Señor te dijo: "Simón, tú eres Piedra,
sobre este cimiento fundaré mi Iglesia:
la roca perenne, la nave ligera.
No podrá el infierno jamás contra ella.
Te daré las llaves para abrir la puerta."
Vicario de Cristo, timón de la Iglesia.
Pablo, tu palabra, como una saeta,
llevó el Evangelio por toda la tierra.
Doctor de las gentes, vas sembrando Iglesias;
leemos tus cartas en las asambleas,
y siempre de Cristo nos hablas en ellas;
la cruz es tu gloria, tu vida y tu ciencia.
San Pedro y san Pablo: en la Roma eterna
quedasteis sembrados cual trigo en la tierra;
sobre los sepulcros, espigas, cosechas,
con riego de sangre plantasteis la Iglesia.
San Pedro y san Pablo, columnas señeras,
testigos de Cristo y de sus promesas.

La herida sigue abierta

Un antiguo prisionero de un campo de concentración fue un día a visitar a un amigo que había compartido con él tan penosa y traumática experiencia. Unidos por un mismo dolor, de tanto en tanto solían encontrarse, no solo para hablar de sus vidas, sino también para recordar aquel tiempo terrible de horror y crueldad.
Después de saludarse como verdaderos hermanos y ponerse al día de sus asuntos, la conversación recayó una vez más en el tiempo pasado y los recuerdos que, sin poder evitarlo, afloraban en sus mentes.
En un momento de la conversación, el visitante, viendo que el anfitrión seguía muy obsesionado con todo lo vivido años atrás como presos, le preguntó con curiosidad:
- «Amigo mío, yo ya he dejado atrás todo lo que nos hicieron los soldados en el campo de concentración, pero ¿tú has conseguido olvidarlo?»
- «Pues no, me acuerdo de ellos todos los días y debo reconocer que aún sigo odiándolos con toda mi alma», contestó con rabia.
- «Entonces, debo decirte que todavía siguen teniéndote prisionero», dijo apaciblemente su amigo.

No olvidemos nunca que nuestros enemigos no son los que nos odian, sino aquellos a quienes nosotros odiamos. Estos son los únicos que nos han derrotado.

miércoles, 28 de junio de 2023

Himno de alabanza

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche y estrenamos la aurora;
saludamos el gozo de la luz que nos llega
resucitada y resucitadora.
Tu mano acerca el fuego a la tierra sombría,
y el rostro de las cosas se alegra en tu presencia;
silabeas el alba igual que una palabra;
tu pronuncias el mar como sentencia.
Regresa, desde el sueño, el hombre a su memoria,
acude a su trabajo, madruga a sus dolores;
le confías la tierra, y a la tarde la encuentras
rica de pan y amarga de sudores.
Y tú te regocijas, oh Dios, y tu prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas;
y estáis de cuerpo entero los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.
¡Bendita la mañana que trae la noticia
de tu presencia joven, en gloria y poderío,
la serena certeza con que el día proclama
que el sepulcro de Cristo está vacío! Amén.

Lo hice con amor, no me debes nada

Ayer estuve haciendo compras en el supermercado y todo transcurría normal. Cuando llego a la caja para pagar, veo que hay una larga fila, ya que solo había 3 cajeros. Me coloqué en una fila a esperar y cuando ya estaba a 2 carritos para que me atendieran, un joven se acerca y me dice:
- ¿Me permite pagar solo esta bolsa, por favor?
Considerando que yo traía el carro lleno le dije:
- Claro que sí, pero este carro que está adelante de mí no es mío… es de otra persona que ahora viene.
El joven me hizo una mueca sutilmente y me dijo:
- Disculpa pensé que este carrito también era suyo.
Cuando llegó mi turno, al joven aun no le habían cobrado, y le dije:
Ven ya me toca a mí, pero que te cobren a ti primero.
El joven no cabía de felicidad porque tenía mucha prisa. De repente cuando él ya estaba pagando se vuelve para darme un billete de 5 €, yo tranquilamente le dije:
- Muchas gracias, pero no los necesito. Vamos a hacer algo mucho mejor, cuando tengas la oportunidad de ayudar a alguien verdaderamente necesitado: ¡Ayúdalo en mi nombre! El mundo necesita mas personas así.
- Tu tiempo cuesta, me contestó.
- Sí, pero cuando lo hago por amor al prójimo, no me debes nada.
El joven se me quedó mirando con una sonrisa y me dijo: ¡gracias!
- Hoy por ti, mañana por mí -le respondí yo. He estado en una situación similar como la tuya, pero a mí no me dieron oportunidad de pagar y me sentí muy mal. En ese momento decidí ser luz y ayuda para los demás.
El joven me dijo: - me alegro de haberte conocido.
- La alegría es también para mí, le respondí, ¡¡hermano!!

domingo, 25 de junio de 2023

Miedo

        José María Rodríguez Olaizola sj

No tengáis miedo
al poder de los profetas, la verdad de los testigos;
el silencio de los sabios, o la palabra de los maestros.
Que todo eso, aunque a veces duela, abre caminos.
Temed, si acaso, el poder injusto,
la verdad encadenada, el silencio de las víctimas
y la palabra engañosa de los vendedores de vacío.
Que todo eso, aunque a veces convenga, rompe el mundo.
Pero oponed al temor manos abiertas
para servir, vuestra historia reconciliada,
el silencio de una oración habitada,
y la palabra de amor sincero.
Que todo eso, fácil o difícil,
es Dios mismo en vosotros, y vosotros en Dios.

El buzo y el delfín

El famoso buzo Italiano Enzo Maiorca se sumergió en el mar de Siracusa Sicilia y estaba hablando con su hija que estaba a bordo del Yate. Preparado para entrar, sintió que algo golpeaba levemente su espalda. Se dio la vuelta y vio un delfín. Entonces se dio cuenta de que el delfín no quería jugar sino expresar algo.
El animal se zambulló y Enzo lo siguió a una profundidad de unos 12 metros; atrapado en una red abandonada, había otro delfín, Enzo rápidamente entendió el mensaje y le pidió a su hija que tomara los cuchillos de buceo. Pronto, los dos lograron liberar al delfín, el cual, al final del calvario, emergió, emitió un grito casi humano (describe Enzo).
(Un delfín puede permanecer bajo el agua hasta 10 minutos, luego se ahoga). El delfín liberado fue ayudado a salir a la superficie por Enzo, y su hija y el otro delfín, ahí llegó la sorpresa: ¡estaba embarazada! El macho los rodeó, y luego se detuvo frente a Enzo, le tocó la mejilla (como un beso), en un gesto de gratitud y luego ambos se alejaron nadando.

Enzo Maiorca terminó su historia diciendo: "Hasta que el hombre no aprenda a respetar y hablar con el mundo animal, nunca podrá conocer su verdadero papel en la Tierra".