sábado, 22 de junio de 2024

Llamada a la amistad

        Javi Montes, SJ

Señor, tú me llamas por mi nombre.
tu evangelio no es un ideal por el que luchar
sino una amistad que tú deseas.
Me nombras y me pides que te siga.
Siento cómo la ilusión y los miedos me invaden.
Estoy tentado de mirar a otro lado.
pero sé que todo estaría vacío
Miro mis redes, mis ocupaciones, mis trabajos.
Pero al pensar en seguirte y estar contigo
Todo se me cae de las manos.
Deseo dejarlo todo y caminar contigo.
no sé dónde iremos o con quién nos encontraremos
pero estaré contigo y eso me basta.

El rey y el carbonero

       Adaptación de una leyenda persa

En Persia, se cuenta la historia del gran Cosroes II, apodado “el grande”. Tenía fama de justo y le encantaba mezclarse con el pueblo, pasando desapercibido para compartir y dar solución a sus problemas.
En cierta ocasión, se vistió de pobre y al pasar por la cocina observó en un rincón una angosta puerta, desconocida hasta entonces para él. Descendió el largo, oscuro y húmedo trecho de escaleras que conducían a un sótano -de reducidas dimensiones y calor asfixiante- en el que un carbonero, sentado sobre un montón de cenizas, alimentaba la caldera de palacio.
Cosroes se sentó a su lado y comenzó a conversar. Llegó la hora de comer y el fogonero sacó un pan moreno y áspero y una jarra de agua que -sin pensarlo- compartió con su visitante. Ellos comieron y conversaron tranquilamente. El Rey se marchó, pero continuó visitando al carbonero con frecuencia, movido por la compasión que sentía por aquel hombre solitario. Amablemente, Cosroes le dio consejo y el carbonero le abrió su corazón y amó a aquel amigo, tan bondadoso y sabio, pero tan pobre como él.

Finalmente, Cosroes pensó: “este hombre vive recluido en el sótano, cumpliendo de forma sacrificada con su trabajo, con total aceptación de su destino y sin que una sola queja salga de sus labios, merece una gran recompensa. Le diré quién soy a ver qué me pide…”
Al otro día, le dijo al carbonero:
– Crees que soy pobre, pero soy tu Rey; ¡pídeme lo que quieras…! –le explicó Cosroes. El gobernante esperaba que le pidiera algo grande, pero el hombre se quedó sentado, inmóvil, petrificado, mirándolo con amor y asombro.
Entonces el Rey, posando una mano sobre su hombro, volvió a insistir:
– ¿No entiendes? Te puedo hacer rico y noble, puedo poner una ciudad en tus manos, te puedo hacer gobernador… ¿No tienes nada que pedir?
El hombre respondió amablemente:
– ¡Sí, mi señor, he entendido! Lo que no entiendo es cómo tú que gobiernas gran parte de la tierra, tus ejércitos son los más poderosos y mandas sobre cientos de miles de personas, puedes haber salido de tu palacio y de tu gloria para sentarte conmigo en este oscuro cuartucho, comer mi tosca comida y preocuparte por si estoy feliz o apenado. Ni tú mismo me puedes dar nada más valioso.
La emoción que embargaba su espíritu enmudeció sus palabras e inclinándose, en señal de respeto, depositó a sus pies dos brillantes lágrimas. Con la voz entrecortada, continuó balbuceando:
– A otros les puedes otorgar ricos presentes; pero a mí, a mí te has dado a ti mismo; lo único que te puedo pedir es que nunca me quites este regalo de tu amistad y de tu amor, no necesito otra cosa…

jueves, 20 de junio de 2024

Oración a la Santísima Trinidad

Bendito sea Dios, el Padre de Jesús, nuestro Padre,
que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones,
que nos ha mostrado en Jesús, su rostro, su corazón
y nos ha elegido para la misión más bella,
que toda la humanidad conozca la Buena Noticia de Jesús.
Bendito sea Jesús, el hombre lleno del Viento de Dios,
que ha hecho de nuestra vida algo nuevo, distinto,
nos ha devuelto la dignidad y la esperanza,
nos ha dado motivos para vivir y para creer.
Bendito sea el Espíritu Santo, el Viento de Dios,
el que animaba y arrastraba a Jesús,
al que sentimos presente en nuestra vida.
Bendito seas, Jesús, que pasaste haciendo el bien
y curando a todos los oprimidos por el mal,
porque el Viento de Dios estaba contigo.,
Bendito seas, Jesús, nuestro Señor.

Orgulloso de ser de pueblo

Un día me preguntaron:
— ¿De dónde eres?
— De un pueblo, que tal vez ni lo conozcas.
— ¿Un pueblo? Jajajajaja.
— ¿Sabes una cosa? ¡Con orgullo! Soy de un pueblo... Dónde todo el mundo te saluda y te pregunta o te dice: ¿cómo estás?, ¡Tanto tiempo sin vernos! ¿Eres la hija de…?, ¿Que es de ti Don...?, Yo conozco a tu abuela.
Soy de un pueblo dónde no hay nada, pero lo tiene todo. Un pueblo dónde la gente habla hasta por los codos de los demás… y si no tienes una vida, te la inventan, pero cuándo uno necesita del otro, siempre estamos para ayudarnos, y el día de tu muerte sobra comida, ayuda y acompañantes.
Soy de un pueblo dónde indicamos las direcciones diciendo: "al lado de la iglesia" "enfrente del campo", "a la vuelta de...." "sigue derecho hasta topar...", "a tres casas de doña..."
Un pueblo donde su gente cuando hace calor por las noches, salen a tomar la fresca.
Soy de un pueblo dónde poseemos riqueza natural, dónde cualquier excusa es sinónimo de fiesta.

¡Orgulloso de ser de pueblo!

miércoles, 19 de junio de 2024

Queremos seguirte, Señor

Señor Jesús, queremos seguirte como los primeros apóstoles
a quienes llamaste 'para que estuvieran contigo'.
Tú eres el camino hacia el Padre,
por eso no podremos extraviarnos si te seguimos.
Tú eres luz, guía segura, señal de pista hacia la meta;
sólo tú das sentido a nuestro vivir.
Tú eres la verdad de Dios, eres nuestra raíz y nuestro cimiento,
la roca firme, la piedra angular, el monte que no tiembla,
el 'Amén', el Sí total, continuo y gozoso a la voluntad del Padre.
Tú eres la vida de Dios, por eso nos animas y nos salvas
de todas las muertes que amenazan con destruirnos.
Tú nos acompañarás cuando atravesemos la frontera.
También entonces serás nuestro alimento, nuestro viático para el camino,
continuarás llamándonos y nosotros te seguiremos:
emprenderemos contigo nuestro último viaje.
Tú, Señor, nos conduces, nos iluminas y nos salvas.
Nosotros creemos en ti y, aunque te has ocultado a nuestra vista
has puesto ojos en nuestro corazón y has reservado para nosotros
una bienaventuranza: 'Dichosos aquellos que sin ver creerán en mí'.

Las tazas de café

Un grupo de exestudiantes, destacados en sus carreras y ámbitos profesionales, se reunieron para visitar a su antiguo profesor universitario. La conversación se enfocó en las quejas sobre el estrés en el trabajo y la vida cotidiana. Al ofrecerles algo caliente para beber, el profesor fue a la cocina y regresó con café y una amplia variedad de tazas: porcelana, plástico, vidrio, cristal, corrientes, caras, exquisitas... Les pidió que eligieran una taza y se sirvieran café caliente.
Una vez que todos tenían su taza en mano, el profesor señaló:
- Si han observado, las tazas bonitas y caras han sido tomadas, pero han dejado las más corrientes y baratas. Es comprensible que busquen lo mejor, pero eso origina sus problemas y el estrés que padecen. Lo que realmente querían era café, no la taza; inconscientemente optaron por las mejores tazas e incluso las compararon con las de los demás.
Fíjense bien, continuó, la vida es el café, mientras que los trabajos, el dinero y la posición social son las tazas. Estas deberían ser solo herramientas para contener la vida, y lo que está dentro, la vida, no será ni mejor ni peor. La calidad de la vida no cambia según la taza. A veces, al centrarnos solo en la taza, dejamos de disfrutar el café que contiene. Por lo tanto, no permitan que la taza los deslumbre; es mejor aprender a disfrutar del café.

martes, 18 de junio de 2024

Te deseo tiempo

        Poema de Indios Americanos.

No te deseo un regalo cualquiera,
te deseo aquello que la mayoría no tiene,
te deseo tiempo, para reír y divertirte,
si lo usas adecuadamente podrás obtener de él lo que quieras.
Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar
no sólo para ti mismo sino también para dedicárselo a los demás.
Te deseo tiempo no para apurarte y andar con prisas
sino para que siempre estés contento.
Te deseo tiempo, no sólo para que transcurra,
sino para que te quede tiempo para asombrarte
y tiempo para tener confianza y no sólo para verlo en el reloj.
Te deseo tiempo para que toques las estrellas
y tiempo para crecer, para madurar. Para ser tu.
Te deseo tiempo, para tener esperanza otra vez y para amar,
no tiene sentido añorar.
Te deseo tiempo para que te encuentres contigo mismo,
para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo.
También te deseo tiempo para perdonar y aceptar.
Te deseo de corazón que tengas tiempo,
tiempo para la vida y para tu vida.

El leñador

En cierta ocasión, un hombre joven llegó a un campo de leñadores ubicado en la montaña, con el objeto de obtener trabajo.
Durante su primer día de labores trabajó arduamente y como resultado, taló muchos árboles.
El segundo día, trabajó tanto como el primero, pero su producción, fue la mitad del primer día.
Durante el tercer día, se propuso mejorar su producción. Golpeó con furia el hacha contra los árboles, pero sus resultados fueron todavía más escasos.
El capataz, al ver los resultados del joven leñador, le preguntó:
- ¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?
- Realmente no he tenido tiempo de hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles, respondió el joven.
A muchos nos sucede lo mismo en el día a día. Es conveniente dedicar tiempo para afilar nuestras habilidades, destrezas y conocimientos, manteniéndolas al día, y actualizadas.

domingo, 16 de junio de 2024

El placer de servir

                Gabriela Mistral

Toda la naturaleza es un anhelo de servicio.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
Sé el que aparta la piedra del camino,
el odio entre los corazones y las dificultades del problema.
Hay la alegría de ser sano y la de ser justo,
pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
Qué triste sería el mundo si todo estuviera hecho,
si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.
Que no te llamen solamente los trabajos fáciles.
¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito
con los grandes trabajos;
hay pequeños servicios que son buenos servicios:
ordenar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
Aquel que critica, este es el que destruye, sé tú el que sirve.
El servir no es faena de seres inferiores.
Dios, que da el fruto y la luz, sirve.
Pudiera llamarse así: «El que sirve».
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos
y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?

No sueltes el caballo

Un caballo estaba amarrado y se sacudía para soltarse. Vino un demonio y lo soltó.
El caballo se metió en la finca de un campesino y comenzó a comerse la siembra. El dueño de la finca se enfadó tomó su rifle y mató al caballo. El dueño del caballo en venganza tomó su rifle y mató al dueño de la finca. La mujer del dueño de la finca lo vio y mató al dueño del caballo. El hijo del dueño del caballo se enfureció y mató a la mujer del dueño de la finca... Los vecinos, encrespados, mataron al muchacho y quemaron su casa.
-- ¿Por qué has hecho todo eso?, preguntaron al demonio
-- Yo solo solté al caballo, respondió el demonio

Moraleja: El demonio hace cosas simples, porque sabe que la maldad está en nuestros corazones y solitos hacemos el resto. Por eso es bueno pensar antes de actuar, no sea que una cosa sin importancia cause mucho daño.
Recuerda: la palabra tiene poder, para dar vida y para dar muerte, para bendecir o para maldecir... Piensa antes de actuar... Piensa antes de hablar…