sábado, 20 de mayo de 2017

Oración a Santa María del buen humor

Santa María del Buen Humor, concédenos amor para entender la vida, 
buen humor para disfrutarla y sobrellevarla y humildad para curarla. 
Nuestro buen Padre Dios en ti confió, lo más tierno y valioso de la historia: 
su hijo Jesús, Luz, Camino, Verdad y Vida. 
Contemplo a Jesús niño en tu regazo y vengo a pedirte sabiduría y buen humor, 
para amar y saber perdonar, 
a fin de que el sufrimiento no se convierta en resentimiento, 
sino en merecimiento mas entendimiento. 
Belén y Nazaret fueron templo de Oración, 
Nido de Amor, Escuela de Aprendizaje y Taller de Trabajo. 
Imitemos este ejemplo y así tendremos: Bendición, Amor, Progreso y Pan. 
Trajiste Paz, Alegría y Esperanza: Concédenos el Buen Humor, 
compañero inseparable del Amor Cristiano y señal de equilibrio y madurez espiritual. 
Danos sentido de la proporción y lucidez para jerarquizar. 
Que el cultivo de lo espiritual y racional eduque lo emocional. 
Enséñame a relativizar, distender y desdramatizar. 
No quiero confundir seriedad con tristeza y mal humor. 
Que no me roben la alegría, los desengaños y frustraciones de la vida. 
Jesús, José y María, gracias por la vocación recibida. 
Dadme la gracia de ser a ella fiel toda mi vida. 
Volvamos a recordar una niñez feliz porque tenemos Pan, Paz, Salud y Alegría.

El anciano y su Caballo Blanco

Esta historia cuenta que en una lejana aldea había un anciano muy pobre, pero hasta los reyes le envidiaban porque poseía un hermoso caballo blanco.
Los reyes le ofrecieron cantidades fabulosas por el caballo pero el hombre decía: “para mí él no es un caballo; es un amigo. ¿Y cómo se puede vender a un amigo?”. Era un hombre pobre, pero nunca vendió a su caballo. 
Una mañana descubrió que el caballo ya no estaba en el establo. Todo el pueblo se reunió diciendo:
- “Viejo tonto. Sabíamos que algún día te robarían el caballo. Hubiera sido mejor que lo vendieras. Ahora no tienes el caballo y tampoco el dinero... ¡Qué desgracia!”.
- “No vayáis tan lejos”, decía el anciano, “solamente podéis decir que el caballo no está en el establo. Éste es el hecho. Todo lo demás es vuestro juicio. Si es una desgracia o una suerte yo no lo sé, nadie lo sabe, porque esto es apenas un fragmento. ¿Quién sabe lo que va a suceder mañana?”.
La gente se rio de él. Siempre habían creído que el anciano estaba un poco loco. Pero después de 15 días, una noche el caballo regresó. No había sido robado sino que se había escapado. Y no sólo eso, sino que trajo consigo una docena de hermosos caballos salvajes. De nuevo se reunió la gente diciendo:
- “Tenías razón, anciano, tú tenías razón. No fue una desgracia sino una bendición”.
- “De nuevo estáis yendo demasiado lejos, dijo el anciano, decid sólo que el caballo ha vuelto y que doce caballos más le han acompañado, pero no hagáis juicios. ¿Quién sabe si es una bendición o no? Es sólo un fragmento. Sin saber la historia completa ¿cómo podéis juzgar? Estáis leyendo apenas una palabra de la primera frase ¿Leyendo una página de un libro ¿cómo podéis juzgar el libro entero? Y ni siquiera tenemos una palabra en la mano, la vida es tan amplia. Un fragmento de una palabra y vosotros ya habéis juzgado el todo. No digáis que es una bendición, nadie lo sabe y yo vivo feliz sin hacer juicios. No me molestéis.”
Esta vez la gente no pudo decir nada más, tal vez el anciano tenía razón, pero por dentro sabían que él estaba equivocado. Habían llegado doce caballos hermosos. Con un poco de entrenamiento los caballos podían venderse por mucho dinero.
El anciano tenía un hijo joven, su único hijo, que comenzó a adiestrar a los caballos. Una semana más tarde se cayó de un caballo y se rompió las piernas. La gente volvió a reunirse y a juzgar lo sucedido. Dijeron:
- “De nuevo tuviste razón”, dijeron. Es una desgracia. Tu único hijo ha perdido sus piernas y, a tu edad, él era tu único apoyo en tu ancianidad. Ahora estás más pobre que nunca”.
- “Estáis obsesionados con los juicios”, dijo el anciano, “no vayáis tan lejos. Sólo podéis decir que mi hijo se ha roto las piernas. Nadie sabe si es una desgracia o una bendición. La vida nos llega en fragmentos, y el juicio es sobre la totalidad”.
Sucedió que, pocas semanas después, el país entró en guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron obligados a ir a la guerra. Sólo pudo quedarse el hijo del anciano porque estaba lisiado. El pueblo entero lloraba porque de cada casa los jóvenes habían sido sacados y llevados a la fuerza y se quejaba porque era una guerra perdida de antemano y sabían que la mayoría de los jóvenes ya no volverían, porque era una guerra desigual con un país mucho más poderoso que el suyo. Todo el pueblo lloraba y gemía. Fueron a ver al anciano, y dijeron
- “Tenías razón viejo, la desgracia de tu hijo se transformó en una bendición, puede que tu hijo esté postrado, porque no le funcionen sus piernas, pero tienes a tu hijo aún contigo. Nuestros se han ido para siempre, por lo menos él está vivo y junto a ti. Dentro de poco comenzará a caminar otra vez, quedará cojo, pero, al menos, estará vivo”.
- “Seguís juzgando”, dijo el viejo, nadie sabe. Sólo decid que vuestros hijos han sido obligados a unirse al ejército y que mi hijo no ha sido obligado. Este es el hecho. Pero nadie puede decir si es una desgracia o una bendición, solo Dios lo sabe”…

Al juzgar, expresar una opinión... o poner una etiqueta, en ese momento, nos limitamos a nosotros mismos... quedamos atrapados, esclavos de nuestros juicios y opiniones.
Cada vez que hacemos un juicio de una situación, a la que calificamos como “desafortunada”, rechazamos eso que se está gestando... que seguramente será infinitamente mejor... Observar los acontecimientos pasados y recordar alguna de las experiencias calificadas de “desafortunadas” en la vida, pueden ser una oportunidad de agradecer a Dios... Porque aquello que ha surgido después, han sido bendiciones en mi vida... 
Tú también puedes darte la oportunidad de agradecer, confiar, y vivir el ahora... este momento... que es lo único real que tienes... sin juicios... ¡No te limites!... así podrás estar abierto a recibir aquello que es correcto y perfecto para ti.

jueves, 18 de mayo de 2017

Hágase...

"María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
Hágase. Y la Palabra se hizo carne en la tierra de María.
Hágase. Y en el mundo se hizo espacio al rostro de Dios plasmado en una mujer.
Hágase. Y, en María, lo femenino se convirtió en lugar de encuentro
de comunicación de Dios en el mundo.
Hágase. Y apareció en todo su esplendor la acogida y la entrega,
la sensibilidad para captar el misterio de Dios y la ternura en el ser humano.
Hágase. Y María entabló un diálogo íntimo con la palabra, la guardó en el corazón;
gracias a María la fe echó raíces profundas en la condición humana.
El Padre abre sus manos, y el Verbo vuela a tu arcilla;
y el espíritu de Amor te fecunda con su Vida.
Eres la esclava de Dios, eres Tierra prometida;
eres Nueva Humanidad donde ha llegado el Mesías.
Alégrate, Virgen pura, Vaso de cristal, María,
donde lo humano y divino se hacen al hombre bebida”.

La felicidad escondida

Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunieron varios duendecillos para hacer una travesura. Uno de ellos dijo:
- Debemos quitarles algo a los seres humanos… pero, ¿qué?
Después de mucho pensar, otro dijo:
- ¡Ya sé!... Vamos a quitarles la felicidad. El problema es dónde esconderla para que no puedan encontrarla.
Propuso el primero:
- Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
- No, recuerda que tienen fuerza; alguno podría subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está - replicó otro.
Se escuchó una nueva propuesta:
- Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
Otro de los duendes señaló:
-No, no olvides que son curiosos, alguno podría construir un aparato para bajar, y entonces la encontrarán.
- Escondámosla en un planeta bien lejano de la tierra, propuso otro.
- No, le dijeron. Recuerda que les dieron inteligencia, y un día alguno va a construir una nave para viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad.
El más astuto y viejo, que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas, dijo:
- Creo saber dónde ponerla para que nunca la encuentren…
Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:
- ¿Dónde, dónde?
- La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola afuera que nunca la encontrarán…
Todos estuvieron de acuerdo y desde ese entonces los hombres andan buscando la felicidad fuera, cuando en realidad la tienen dentro de sí.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Un corazón nuevo, Señor

Dame, Señor, un corazón nuevo.
Un corazón de carne como el tuyo.
Un corazón sensible y generoso,
que sepa conmoverse con el dolor de todos los que sufren.
Dame, Señor, un corazón limpio.
Un corazón sin dobles intenciones.
Un corazón sincero,
que busque la verdad por encima de todo.
Dame, Señor, un corazón alegre,
que cante cada día tu amor y tu alabanza.
Un corazón de fuego que transmita
la belleza de conocerte y amarte.
Dame, Señor, un corazón sencillo,
un corazón de niño que lo ve todo bello.
Dame, Señor, un corazón eternamente agradecido,
porque se sabe amado por el tuyo.
Dame, Señor, un corazón de joven.
Un corazón que vibre y que se arriesgue.
Un corazón que viva cada día,
como si fuera el primero y el último de todos.
Dame, Señor, un corazón de pobre,
desasido de todo lo que no eres Tú mismo.
Un corazón humilde y servicial,
que en Ti encuentre su luz y fortaleza.
Dame, Señor, un corazón nuevo.
Un corazón que sepa que Tú eres
el único Camino, la Verdad que está en el fundamento,
la Vida que palpita, el Amor que cobija,
y la Paz que anuncia la alegría y llena de esperanza. Amén.

La oruga Sandy

Sandy era una pequeña oruga muy amable y alegre, sin embargo, sus vecinos la evitaban a toda costa porque ante sus ojos, “era un bicho muy feo”. No se dignaban si quiera a responderle el saludo y algunas veces la insultaban, sin embargo Sandy, la oruga, seguía sonriendo y portándose tan amable como siempre, ella era feliz todo el tiempo porque disfrutaba cada pequeño detalle de la vida y buscaba siempre obtener algo bueno aun de las cosas que parecían tan negativas. Aunque esto le significara regaños de su única amiga, la hormiga, pero es que las hormigas son más prácticas y organizadas, no les gusta gastar su tiempo en otra cosa que no sea trabajo y parecía que portarse bien con los vecinos era un desperdicio.
Uno de tantos días, Sandy se envolvió en quien sabe qué cosa, ahí a la vista de todos y los vecinos pensaron que era una gran idea, así los libraba de su desagradable aspecto y podrían continuar con sus cosas. 
Días después, la envoltura extraña se rompió y salió de ella una bella mariposa, habían visto algunas antes, pero ninguna tan bella como esta, así que no perdieron tiempo, se acercaron a llenarla de atenciones y pedirle que fuera su amiga.
Sin embargo, la hermosa mariposa, les dijo que ella era Sandy, aunque pocos podían creerlo, un bicho tan feo no podría convertirse en algo tan bonito, pero así fue. Con la amabilidad que la caracterizaba, rechazó cortésmente su oferta, y fue en busca de su verdadera amiga la hormiga. Pues ella la apreció desde siempre, supo ver su belleza interior y valorarla por ello.
En cambio la amistad que le ofrecían sus vecinos, no era sincera, solo se acercaban a ella porque era hermosa; si en realidad hubiesen tenido buenas intenciones serían amigos desde que era una oruga, porque f seguía siendo la misma, tan solo había cambiado su aspecto. Y lo importante no se lleva por fuera.

martes, 16 de mayo de 2017

Espíritu de Dios…

Severino Lázaro, sj

Enséñame la humildad y la sencillez
de vivir contento con lo que tengo,
de no querer más, de no esperar más.
Enséñame que solo se vive en cristiano
cuando se tiende la mano al que sufre,
se busca sin fin al perdido y se abre la casa al de fuera.
Enséñame esa ley misteriosa de la vida
de que abrazar lo nuevo exige soltar lo gastado
Y el sonido diferente de la vida solo lo enseña el silencio.
Recuérdame que Dios me quiere
sin límite, sin medida, sin fecha de caducidad
y que sus abrazos, duran siempre, al menos, tres minutos.
Recuérdame, una y otra vez, que todos somos hermanos,
que no hay extranjero ni asesino
que quede fuera de mi fraternidad.
Recuérdame, en fin, que el paso del tiempo
no gasta las cosas ni mata los sueños
que tienen aroma de eternidad.

En ocasiones

Esta historia habla de un hombre que empezó a trabajar, porque quería vivir la vida y tener dinero para gastar y comprar la felicidad, y viajar a por todo el mundo. Pasaron unos meses, y empezó a pensar en un viaje y adonde se iría. Se compró una maleta. Estaba ilusionado. Se levantaba todos los días a las cinco de la mañana, curraba y pensaba en su viaje.
Por fin, tras un año de sufrimiento llegó el día de iniciar el viaje. En el mismo momento en que se disponía a abrir la puerta de la calle con su maleta en mano, sonó el teléfono. Posó la maleta, y se dirigió al salón a descolgar. Descolgó, y al otro lado de la línea, una voz desgraciadamente familiar resonó amable. Era su jefe. Al parecer había quedado vacante un puesto en otra sección de la empresa. En dicho puesto, en vez de a las cinco de la mañana ficharía a las seis. Además cobraría un veinte por ciento más. Pero eso sí, la condición indiscutible era que tendría que incorporarse de inmediato. Puestas las cosas así decidió quedarse.
Meses después compró una maleta de piel, con ruedas incorporadas y notablemente más grande que la primera. Pensaba ya en su próximo viaje ya que en que en último momento no hizo el primero, por una razón mayor.
Pasó el tiempo, y tras sufridos años de trabajo llegó el día señalado. ¿Qué pasó entonces? ¡Sonó el teléfono! Le hicieron una oferta que no podía rechazar. Le darían más dinero, se levantaría media hora más tarde, y a cambio retrasaría sus vacaciones. Él pensó en sus vacaciones, con el sueldo aumentado y su horario reducido, -calidad de vida- pensó, y aceptó sin titubeos.
Por supuesto un tiempo después, se compró una maleta más grande con bordados de cobre y seda.
Años más tarde su casa era un almacén de maletas que no iban a ninguna parte. Y su cuenta bancaria rebosaba de números que no perecerían nunca, porque aquel hombre siguió trabajando siempre por el viaje que nunca haría.

lunes, 15 de mayo de 2017

Amoroso Creador Dios,
te reconocemos como la fuente de crecimiento y abundancia.
Tú nos provees con alimento para el cuerpo y el espíritu.
Con tu ayuda plantamos nuestros cultivos
y con tu poder ellos producen nuestra cosecha.
En tu bondad y amor, haz nuestro trabajo fructífero.
Bendice nuestros campos y los cultivos que plantamos;
para que produzcan abundantes cosechas.
Concédenos un tiempo favorable para hacer los campos productivos.
Guía el trabajo de nuestras manos,
porque en ti vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser.
Ayúdanos a traerte gloria usando bien
y compartiendo las cosas buenas que recibimos de ti.
Bienaventurado Isidro, que habitas en la morada celestial
en premio de tu piedad, caritativo celo y santidad de vida,
te suplicamos que seas nuestro intercesor ante el Altísimo,
a fin de que se apiade de nuestras miserias,
y, por su infinita bondad, nos conceda vivir en paz en esta vida,
y gozar en la otra las eternas delicias de la gloria.

El secreto de la felicidad

Un hombre de 92 años, bajito, y muy bien presentado, se traslada a un hogar de ancianos. Su esposa de 70 años había muerto recientemente, y él se vio obligado a dejar su hogar.
Después de esperar varias horas en el vestíbulo de la casa de retiro, el anciano sonríe suavemente mientras alguien le informa que su habitación está lista.
Mientras camina lentamente hacia el ascensor, usando su bastón, la persona que lo acompaña empieza a describirle su pequeña habitación, incluyendo la hoja colgada en la ventana que sirve de cortina.
- "Me gusta mucho", dice con el entusiasmo de un niño de 8 años de edad que acaba de recibir un lindo cachorro.
- Pero si ni siquiera ha visto la habitación. Espere, en un momento estaremos allí.
- "Eso no tiene nada que ver", responde. La felicidad es algo que yo elijo por adelantado, sin importar si me gusta o no. El ambiente no depende del mobiliario o la decoración, sino de cómo yo decido verlo... Ya he decidido en mi mente que me gusta mi habitación. Es una decisión que tomo cada mañana cuando me despierto. Yo puedo elegir pasar mi día en cama enumerando todas las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan muy bien, o puedo levantarme y dar las gracias al cielo por aquellas partes que todavía están trabajando en orden. Cada día es un regalo, y siempre que tenga la oportunidad de abrir mis ojos, me centraré en el nuevo día, y en todos los recuerdos felices que he construido durante ella. La vejez es como una cuenta bancaria. Uno retira en la vida posterior lo que ha depositado en el camino."
Por un momento, pensé en las palabras del viejo hombre, y todo tenía sentido... Para vivir una vida feliz tienes que liberar tu corazón del odio, y tu mente de preocupaciones y pensamiento negativos. Vive simple, da más y espera menos.

domingo, 14 de mayo de 2017

Por tu camino, Señor

J. Leoz

Aunque me tiemble el pulso,
seré de los tuyos, anunciaré tu Palabra
apoyaré, con mis débiles fuerzas,
la Verdad que tu camino me indica.
Creeré y esperaré en la eternidad que me brindas.
Soñaré que, más allá de la noche incierta,
aguarda un paraíso de felicidad y de plenitud.
Entenderé que, más allá de la casa en la tierra,
me esperas con un sitio cerca del Padre,
volverás para cumplir, como siempre lo haces,
con tus promesas que superan las nuestras,
humanas, caducas y falsas.
Descubriré que, avanzando Tú por delante,
eres la senda que lleva al rostro del Padre,
eres el sendero iluminado por el Espíritu Santo,
eres Aquel que, cuando se mira,
encuentra frente a frente al que en el cielo espera.
Te veremos y cantaremos la grandeza de creer en Ti.
Te conoceremos y, contigo, sabremos de Dios.
Te conoceremos y, contigo, viviremos en Dios.
Te conoceremos y, contigo, marcharemos al Padre.
Viviremos y, viviendo contigo,
sentiremos que vivimos Aquel que te envió

¿Cuáles son para ti las 7 maravillas del mundo?

Un día una profesora hizo una encuesta a los alumnos pidiendo que dijeran cuales eran para ellos las siete maravillas del mundo.
Entre las propuestas más repetidas se escuchó:
Las pirámides de Egipto, el Taj Mahal, el Gran Cañon de Colorado, el Canal de Panamá, el Edificio Empire State de Nueva York, la Basílica de san Pedro del Vaticano, la Gran Muralla China.
Mientras la profesora recogía los folios se percató que una niña no había escrito nada todavía. La profesora se acerca a ella y le dice:
- ¿Por qué no escribes cuales son para ti las maravillas del mundo?
A lo que la niña responde:
- Para mí las siete maravillas del mundo son: poder ver, poder oír, poder tocar, poder probar, poder sentir, poder reír, poder amar. Y por encima de todas poder vivir. La vida misma es maravillosa, si te falta alguna de estas cosas, la compensa con otras. Sólo hay que saber mirar, hay que tener la suficiente sabiduría y fortaleza como para aceptar tal o cual condición y seguir viviendo pese a todo.