domingo, 6 de marzo de 2022

Me pongo en camino, Señor

Señor Jesús: me pongo en camino. Quiero buscarte.
Dame un corazón sencillo, unos pies ligeros,
unos ojos abiertos para que mi marcha sólo se dirija a ti.
Oriéntame cuando me pierda, acógeme cuando me canse, l
lévame con los otros cuando me sienta solo.
Dame valentía, fortaleza y audacia para no decaer en mi búsqueda,
para permanecer siempre firme.
Haz que mis pies pisen la tierra pobre que pisaron los tuyos,
que mis hombros sólo carguen la libertad
y el desprendimiento que llevaron los tuyos,
que mis entrañas anhelen sólo tu palabra.
Y cuando al fin pueda encontrarme contigo cara a cara,
Cristo luminoso, Eterna Pascua, concédeme
descansar mi cabeza sobre tu hombro
y pronunciar tu nombre, Señor,
siempre hermano, hermano, siempre nuevo.

El reloj

Un padre antes de morir le dijo a su hijo:
- Éste es un reloj que tu abuelo me dio, y tiene más de 200 años. Pero antes de que te lo entregue, te pido que vayas a la relojería del centro, y les dices que quieres venderlo, así ves lo mucho que vale.
El hijo fue, y luego regresó donde su padre y dijo:
- El dueño de la relojería me paga 5 euros porque dice que es viejo.
El padre le dijo:
- Vete a la cafetería y pregúntale al dueño cuánto te da.
El hijo fue, luego regresó, y dijo:
- También me paga 5 euros papá.”
- Finalmente vas a ir al museo y le vas a mostrar ese reloj al director del museo.
Así lo hizo. Regresó muy contento y le dijo a su padre:
- ¡Me ha dicho que el reloj vale un millón de dólares!
El padre le dijo:
- Quería hacerte saber que en el lugar correcto sabrán valorarte de una manera correcta. No te pongas en el lugar equivocado, y si lo haces, no te enfades si no te valoran.