sábado, 1 de enero de 2022

A santa María, Madre de Dios

        Papa Francisco

Gracias, oh Santa Madre del Hijo de Dios, Jesús,
¡Santa Madre de Dios!
Gracias por tu humildad que ha atraído la mirada de Dios;
gracias por la fe con la que has acogido su Palabra;
gracias por el coraje con el que has dicho “aquí me tienes”,
olvidándote de ti, fascinada por el Amor Santo,
hecha toda una con su esperanza.
Gracias, ¡oh Santa Madre de Dios!
ruega por nosotros, peregrinos en el tiempo;
ayúdanos a caminar por el camino de la paz. Amén.

Qué es la felicidad

Cuando el locutor de radio le preguntó al multimillonario nigeriano Femi Otedola, en una entrevista telefónica:
- Señor Otedola, ¿qué recuerda que lo hizo el hombre más feliz de todos los tiempos?
- Pasé por cuatro etapas de felicidad en la vida -dijo Femi- y finalmente entendí el significado de la verdadera felicidad.
El primer paso fue acumular riqueza y recursos. Pero en esta etapa no obtuve la felicidad que quería.
Luego vino la segunda etapa de coleccionar objetos de valor. Pero me di cuenta de que el efecto de esto también es temporal y el brillo de las cosas valiosas no dura mucho.
Luego vino la tercera fase de poner en marcha grandes proyectos. Fue entonces cuando tuve el 95% del suministro de diésel en Nigeria y África. También fui el mayor armador de África y Asia. Pero tampoco aquí obtuve la felicidad que había imaginado.
La cuarta etapa fue cuando un amigo me pidió que comprara sillas de ruedas para algunos niños con discapacidad. Casi 200 niños.
Compré inmediatamente las sillas de ruedas. Pero el amigo insistió en que fuera con él y les diera las sillas de ruedas a los niños. Me preparé y fui con él.
Allí les di estas sillas de ruedas a estos niños con mis propias manos. Vi el extraño brillo de felicidad en los rostros de estos niños. Los vi a todos sentados en sillas de ruedas, moviéndose y divirtiéndose.
Fue como si hubieran llegado a un lugar de picnic donde comparten un premio mayor. Sentí una alegría verdadera dentro de mí. Cuando decidí irme, uno de los niños me agarró de las piernas. Traté de soltar sus manos de mis piernas con suavidad, pero el niño me miró a la cara y me sujetó las piernas con fuerza.
Me incliné y le pregunté al niño: ¿Necesitas algo más?
La respuesta que me dio este niño no solo me hizo feliz, sino que también cambió por completo mi actitud ante la vida. Este niño dijo:
- Quiero recordar tu rostro para que cuando te encuentre en el cielo, pueda reconocerte y darte las gracias una vez más.
Ese fue el momento más feliz de mi vida.

viernes, 31 de diciembre de 2021

Aquí va mi brindis para esta Nochevieja

                   José Mª Rodríguez Olaizola, sj

Por el paso del tiempo en nuestras vidas, que se convierta más en escuela que en amenaza, y nos haga más sabios, más sensatos, más humanos.
Por la gente con la que compartimos la vida, los que estuvieron algún día, aunque ahora ya no estén o estén lejos; por los que están hoy, que sepamos cuidar unos de otros. Quizás hoy, en algún lugar del mundo, hay alguien que en el futuro se va a convertir en importante para ti, una amistad que aún no ha empezado, una historia de amor que ahora es solo promesa. Y, sin saberlo, vuestros pasos ya se van acercando. Brindemos también por ello.
Por las palabras. Por su valor. Que cuando digamos «te quiero» no sea solo una forma de hablar. Si proclamamos el evangelio, que sea vida. Si hablamos de los pobres, o los frágiles, que no sea como un eslogan lejano, sino con el corazón lleno de rostros y nombres
Un brindis también ante el espejo. Mirándote a ti mismo, como viejo amigo, camarada, inevitable compañero de viaje. Ese ‘yo’ que a veces te agota y a veces te gusta. Ese yo de manías conocidas, de miedos inexpresados, de anhelos profundos. A ese ‘yo’ que es cada uno de nosotros, quiérele bien.
Y por el mismo Dios, Misterio y Promesa. El Dios que es a veces pregunta y a veces respuesta. Que a ratos es horizonte, y a ratos presencia. Que hoy te seduce y mañana te provoca. A ese Dios, señor del tiempo y de la historia, también este brindis va por vos. Tennos paciencia.

Los perros y el criado

El último rey de un pueblo tenía diez perros salvajes. Los usaba para torturar y para morder a cualquiera de sus servidores que cometiera un error.
Uno de los criados hizo una tarea mal y al rey no le gustó en absoluto. Por lo que ordenó que el sirviente debería ser arrojado a los perros.
El sirviente dijo:
- ¿Yo te servido durante diez años, y ahora tú me haces esto a mí? -dijo el sirviente- ¡Por favor, dame diez días antes de lanzarme a los perros!
El rey se los concedió.
En esos diez días, el criado se dirigió al guardia que se ocupa de los perros y le dijo que cuidaría de los perros durante los próximos diez días. El guardia estaba desconcertado, pero estuvo de acuerdo, y el criado se dedicó a alimentar a los perros, a limpiarlos, a bañarlos y darles todo tipo de confort.
Cuando los diez días habían terminado, el rey ordenó que el sirviente fuera arrojado a los perros para cumplir su castigo. Cuando fue lanzado, todos se quedaron sorprendidos de ver a los perros voraces ¡lamiendo los pies del criado!
El rey, desconcertado ante lo que estaba viendo, dijo,
- Qué es lo que ha sucedido con mis perros?
- Serví a los perros -respondió el sirviente- sólo diez días y ellos no han olvidado mis servicios. Sin embargo, le serví diez años y usted se olvidó de todo, ¡en mi primer error!"
El rey se dio cuenta de su error y ordenó que el criado fuera puesto en libertad.

Dedicado a todos aquellos que se olvidan de las cosas buenas que una persona hizo por ellos y tan pronto como la persona comete un error, lo echan fuera.

domingo, 26 de diciembre de 2021

A la Sagrada Familia

               Papa Francisco

Jesús, María y José
en vosotros contemplamos 
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica. Amén.

Qué es lo importante

Rosario Bofill cuenta una experiencia que seguro que comprenderán y compartirán muchas madres de familia.
Un día, cuando sus hijas eran ya mayorcitas, quiso comprobar qué había quedado de su educación en los años infantiles. En esos años, Rosario se había esforzado por meter en las cabecitas de sus hijas algunas frases que esperaba fuesen, para ellas, fundamentales. Palabras como «gracias» o «perdón” se las repitió tenazmente en aquellos años, confiando en que quedarían impresas en la blanda cera de sus almas infantiles. Pero cuando quiso comprobar qué había quedado de todos aquellos consejos, comprobó que sus hijas no recordaban ni una sola de aquellas frases que ella esperaba fuesen decisivas.
De pronto, una de las niñas dijo:
- «Lo que yo sí recuerdo muy bien son los calcetines.»
Ahora la sorprendida fue la madre. - «¿Qué pasaba con los calcetines?»
- «Tú venías por la mañana a despertarnos -explicó la pequeña-. Nosotras estábamos aún con mucho sueño y pereza y sacábamos sólo un pie entre las sábanas. Entonces tú nos ponías un calcetín. Luego sacábamos el otro pie y nos ponías el otro, mientras nosotras nos íbamos despertando. De eso sí tenemos un buen recuerdo.»
La madre se quedó pensando que las palabras eran sólo palabras y se las llevaba el viento. Y que, en cambio, un gesto de amor queda para siempre.