sábado, 24 de abril de 2021

Cristo conmigo y yo con Cristo

           Atribuido a san Patricio

Cristo conmigo, Cristo dentro de mí,
Cristo detrás de mí, Cristo delante de mí,
Cristo a mi derecha, Cristo en mi casa,
Cristo en mi camino,
Cristo en mi puesto de trabajo,
Cristo en todos los ojos que me ven,
Cristo en todos los oídos que me escuchan,
Cristo en la boca de todo aquel que me habla,
Cristo en el corazón de todo aquel que piensa en mí,
Cristo conmigo y yo con Cristo.
Siempre y en todas partes.

Fábula del Perro Mensajero (Para los que trabajan mucho…)

Un carnicero estaba a punto de cerrar su negocio cuando vio entrar un perro. Trató de espantarlo, pero el perro volvió.
Nuevamente intento espantarlo, pero entonces se dio cuenta que el animal traía un sobre en el hocico.
Curioso el carnicero abrió el sobre y en su interior encontró un billete de 50 euros y una nota que decía; Podría mandarme con el perro 1kg de carne molida de ternera y ½kg de pierna de cerdo?
Asombrado, el carnicero tomó el dinero, colocó la carne molida y la pierna de cerdo en una bolsa y puso la bolsa junto al perro, pero olvido darle el cambio al perro.
El perro empezó a gruñir y a mostrarle los colmillos.
Al darse cuenta de su error, el carnicero puso el cambio del billete en la bolsa; el perro se calmó, cogió la bolsa en el hocico y salió del establecimiento. El carnicero, impresionado, decidió seguir al perro y cerró a toda prisa su tienda.
El animal bajó por la calle hasta el primer semáforo, donde se sentó en la acera y aguardo para poder cruzar.
Luego atravesó la calle y caminó hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada cuando vio que era el autobús correcto, subió seguido por el carnicero.
El carnicero, boquiabierto, observó que el perro erguido sobre las patas traseras, tocó el timbre para descender, siempre con la bolsa en el hocico.
Perro y carnicero caminaron por la calle hasta que el animal se detuvo en una casa, donde puso las compras junto a la puerta y, retirándose un poco, se lanzó contra esta, golpeándola fuerte. Repitió la acción varias veces, pero nadie rescindió en la casa.
En el colmo del asombro, el carnicero vio al perro tomar la bolsa con el hocico, rodear la casa, saltar una cerca y dirigirse a una ventana. Una vez allí, tocó con las patas en el cristal varias veces sin soltar la bolsa; luego regresó a la puerta.
En ese momento, un hombre abrió la puerta… y comenzó a golpear al perro! El carnicero corrió hasta el hombre para impedirlo, diciéndole:
- Por Dios, amigo, qué es lo que esta haciendo? Su perro es un genio!... Es único!
El hombre, evidentemente molesto, respondió:
- ¡Que genio y qué historias! Esta es la segunda vez en esta semana que al muy estúpido se le olvidan las llaves…. y yo en el baño.

MORALEJA: Por más que te esfuerces y cumplas más allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de un jefe siempre estarás por debajo de lo que él quiere.

jueves, 22 de abril de 2021

¿Qué o quién nos aparta de Ti?

              Florentino Ulibarri

Señor, son muchas, cada vez más,
las cosas que nos apartan de Ti.
Esas preocupaciones estériles,
esos frívolos placeres, esos inútiles cuidados,
esas ilusiones inconsistentes,
esas causas triviales, esos vacíos deberes...
Muchas y muy variadas son las cosas
que eclipsan tu diáfana presencia entre nosotros.
El orgullo, que nos impide aceptar la ayuda de los demás;
la envidia, que corroe todo horizonte;
el remordimiento, que mantiene abiertas tantas heridas;
la pereza, que acumula cargas cada vez más pesadas;
el ansia de seguridad,
que nos lleva a atesorar más de lo que necesitamos...
Pero a pesar de todo,
Tú eres más fuerte que todas esas cosas.
Te haces presente en nuestra desidia y torpeza
-superando muros, silencios y olvidos-
simplemente porque gritamos o nos ves tristes y perdidos.
Crees en nosotros aunque te demos crédito negativo.
¡Atráenos, cada vez más fuertemente, hacia Ti!

El dedo milagroso

Había una vez un hombre vago, joven y sano que no aceptaba ningún trabajo que le ofrecían e iba mendigando de un lado a otro sobreviviendo como podía.
Un día se encontró con un amigo de la infancia y ambos se pusieron a recordar los viejos tiempos.
- ¿A ti qué tal te ha ido en la vida? -preguntó el amigo al mendigo.
- Ya ves, muy mal -respondió este- he tenido muy mala suerte, además estoy enfermo y no puedo trabajar. Nadie me ayuda ni se apiada de mi triste destino.
El amigo se compadeció y le dijo:
- Verás, te contaré un secreto, yo he descubierto que tengo poderes mágicos.
Y dicho esto, tocó con el dedo un ladrillo y lo convirtió en oro.
- Toma, esto es para ti, ahora no pasarás más calamidades, y le entregó el ladrillo de oro al mendigo.
- Te lo agradezco dijo este tristemente meneando la cabeza, pero la vida es tan larga, estoy tan enfermo, pueden ocurrir tantas cosas imprevistas...
El hombre tocó entonces con su dedo una gran piedra y la convirtió nuevamente en oro.
- También esto es para ti, ya nunca más tendrás problemas de dinero por larga que sea tu vida dijo el amigo satisfecho.
- Bueno replicó otra vez con tristeza el mendigo, pero la vida es muy, muy larga, suceden tantas cosas, hay tantas necesidades... En fin...
- ¿Pero se puede saber que más quieres? -preguntó el amigo enfadado.
El mendigo respondió:
- Quiero tu dedo.

Para reflexionar por parte de los que andan buscando milagros; ¿qué buscan en realidad?

domingo, 18 de abril de 2021

Eres nuestra alegría, Señor.

En la oscuridad, nos aportas luz.
En las dudas, nos ofreces verdades.
En la violencia, eres paz.
Eres nuestra alegría, Señor.
Apareces cuando más te necesitamos.
Apareces cuando otros amigos nos fallan.
Apareces y, a veces, no te reconocemos.
Apareces y, con tu pan, nos alimentas.
Eres nuestra alegría, Señor.
Nos defiendes a pesar de nuestros errores.
Nos amas a pesar de nuestros olvidos.
Resucitas para que un día, 
también nosotros contigo lo hagamos.
Eres nuestra alegría, Señor.

Veneno y contraveneno

Érase una vez un niño indio que había sido picado por una serpiente y murió. Sus padres lo llevaron al sacerdote de la tribu y colocaron su cuerpo ante él. Los tres, sentados, lloraron durante largo rato.
El padre se levantó, se acercó al cuerpo de su hijo, puso sus manos sobre los pies del niño y dijo: A lo largo de mi vida no he trabajado por mi familia como era mi obligación. En ese momento el veneno salió de los pies del niño.
La madre se levantó también y colocando sus manos sobre el corazón del niño dijo: A lo largo de mi vida no he amado a mi familia como era mi obligación. En ese momento el veneno salió del corazón del niño.
Finalmente el sacerdote se levantó y extendiendo sus manos las puso sobre la cabeza del niño y dijo: A lo largo de mi vida no he creído en las palabras que decía como era mi obligación. En ese momento el veneno salió de la cabeza del niño.
El niño se levantó y también sus padres y el sacerdote y toda la tribu celebró una gran fiesta ese día.

El veneno mortal es la falta de responsabilidad del padre, la falta de amor de la madre, la falta de fe del sacerdote.
El contraveneno, la medicina de la vida, es el amor.