sábado, 10 de agosto de 2019

A San Lorenzo, mártir

San Lorenzo, operario en la mies de los humildes del Señor,
por amor al Pontífice abrazaste la cruz de tu pasión.
Florecieron tus méritos por la cuesta del orden diaconal,
y de sangre en la prueba el fuego del martirio te inmoló.
Enséñanos tu virtud, fidelidad al Señor que por nosotros padeció,
e intercede por aquellos que con fe y devoción te imploramos.
En la vida anhelamos, ser fuertes y piadosos como tú;
mantenernos sentados a la Mesa de la Cena de Jesús;
del pan eucarístico nutrirnos con su gracia en el fervor;
por la Iglesia maestra aprender la verdad de salvación.
Enséñanos tu virtud, fidelidad al Señor que por nosotros padeció,
e intercede por aquellos que con fe y devoción te imploramos.
María Santísima con su manto puro y suave te cubrió:
la tuviste por Reina y al lecho de tus brasas te siguió.
Custodiaste la Iglesia militando con justicia en tu misión.
Tentación y pecado doblegaste por el Reino Celestial.
Enséñanos tu virtud, fidelidad al Señor que por nosotros padeció,
e intercede por aquellos que con fe y devoción te imploramos.

Cuentos sufíes-4

Pensar al contrario
Un discípulo preguntó a Hejasi: Quiero saber qué es lo más divertido de los seres humanos.
Hejasi contestó:
- Piensan siempre al contrario. Tienen prisa por crecer, y después suspiran por la infancia perdida. Pierden la salud para tener dinero y después pierden el dinero para tener salud. Piensan tan ansiosamente en el futuro que descuidan el presente, y así, no viven ni el presente ni el futuro. Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido."

Cuentos sufíes: Formación mística
Un padre deseaba para sus dos hijos la mejor formación mística posible. Por ese motivo, los envió a adiestrarse espiritualmente con un reputado maestro de la filosofía hindú. Después de un año, los hijos regresaron al hogar paterno.
El padre preguntó a uno de ellos sobre el Brahmán, y el hijo se extendió sobre la Deidad haciendo todo tipo de ilustradas referencias a las escrituras, textos filosóficos y enseñanzas metafísicas.
Después, el padre preguntó sobre el Brahmán al otro hijo, y éste se limitó a guardar silencio. Entonces el padre, dirigiéndose a éste ultimo, declaró:
- Hijo, tú sí que sabes realmente lo que es el Brahmán.

jueves, 8 de agosto de 2019

A Santo Domingo de Guzmán

Glorioso Santo Domingo de Guzmán, 
elegido de Dios para sus grandes designios en el mundo,
predilecto de la Virgen María, Reina de los cielos, 
cuyas glorias y amor publicaste y difundiste, 
alcánzanos el triunfo de la verdad sobre el error.
Tu, que fuiste columna de la Iglesia, 
alcánzanos para ella eficaces y oportunos auxilios, 
gran fervor y espíritu apostólico a sus ministros 
y piedad y pureza de costumbres al pueblo cristiano.
Oh modelo de santidad y penitencia, hijo fiel y amante de María, 
concédenos de Ella que sostenga nuestra debilidad
para no apartarnos en la tierra de las enseñanzas del Evangelio.
Y ya que en la tierra fuiste poderoso en obras y doctrinas, 
sea también eficaz en el cielo tu intercesión para alcanzarnos
una santa vida y dichosa muerte. Amén.

Cuentos sufíes-3


Ser sabio
Decía un Maestro a sus discípulos:
- Un hombre bueno es aquél que trata a los otros como a él le gustaría ser tratado. Un hombre generoso es aquél que trata a otros mejor de lo que él espera ser tratado. Un hombre sabio es aquél que sabe cómo él y otros deberían ser tratados, de qué modo y hasta qué punto. Todo el mundo debería ir a través de las tres fases tipificadas por estos tres hombres.
Alguien le preguntó:
-¿Que es mejor: ser bueno, generoso o sabio?
- Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser bueno o generoso. Estás obligado a hacer lo que es necesario.

Los tres deseos
El genio, recién liberado le dijo al pescador:
- Pide tres deseos y te los daré.
- Me gustaría -dijo el pescador- que me hicieses lo bastante inteligente como para hacer una elección perfecta de los otros dos deseos.
- Hecho -dijo el genio- ¿cuáles son los otros dos?
- Gracias. No tengo más deseos

miércoles, 7 de agosto de 2019

Dios te acompaña y te protege

Florentino Ulibarri

Cuando te has olvidado de ti mismo,
cuando te has agotado en el servicio a los últimos,
cuando has vencido la tentación de cualquier apego,
cuando has aceptado el sufrimiento como compañero,
cuando has sabido perder, cuando ya no pretendes ganar,
cuando has compartido lo que tú necesitabas,
cuando te has arriesgado por el pobre,
cuando has enjugado las lágrimas del inocente,
cuando has rescatado a alguien de su infierno,
cuando te has introducido en el corazón del mundo,
cuando has puesto tu voluntad en las manos de Dios,
cuando te has purificado de tu orgullo,
cuando te has vaciado de tanto acopio superfluo,
cuando te sientes herido...
brilla en ti, gratis, la luz de Dios,
sientes su presencia irradiando frescura primaveral,
y su perfume te envuelve y reanima.
Ya no necesitas otros tesoros.
Dios te acompaña, te habla, te protege.
Te sientes esponjado en un mar de dicha...
Y si no estás en las nubes, es un Tabor que se te ofrece gratis,
para que disfrutes ya lo presente y camines firme y sin temor.

Cuentos sufíes-2


Feria de vanidades
Cierta vez, un sabio sufí requirió a sus discípulos que le comunicasen cuáles eran las vanidades que habían tenido ellos antes de iniciar sus estudios con él.
El primero dijo:
- Yo imaginaba ser el hombre más hermoso del mundo.
EL segundo dijo:
- Yo creí que, en mi condición de religioso, era uno de los elegidos.
El tercero dijo:
- Yo me creí capaz de enseñar.
El cuarto dijo:
- Mi vanidad fue mayor que todas ésas, pues creí que podía aprender.
El sabio observó:
- La vanidad del cuarto discípulo sigue siendo la mayor: la vanidad de mostrar que en un tiempo tuvo la máxima vanidad

Cuentos sufíes: Dormirse cuando sale el sol
Un discípulo a su Maestro:
- ¿Hay algo que yo pueda hacer para llegar a la Iluminación?
- Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las mañanas.
- Entonces, ¿para que valen los ejercicios espirituales que tú mismo recomiendas?
- Para estar seguro de que no estás dormido cuando el sol comience a salir.

martes, 6 de agosto de 2019

Transfigúrame, Señor

Transfigúrame, Señor, transfigúrame.
Quiero ser tu vidriera, tu alta vidriera azul, morada y amarilla.
Quiero ser mi figura, sí, mi historia, pero de ti en tu gloria traspasado.
Transfigúrame, Señor, transfigúrame.Mas no a mí solo, purifica también a todos los hijos de tu Padre
que te rezan conmigo o te rezaron, o que acaso ni una madre tuvieron
que les guiara a balbucir el Padrenuestro.
Transfigúranos, Señor, transfigúranos.Si acaso no te saben, o te dudan o te blasfeman,
límpiales el rostro como a ti la Verónica;
descórreles las densas cataratas de sus ojos,
que te vean, Señor, como te veo.
Transfigúralos, Señor, transfigúralos.Que todos puedan, en la misma nube que a ti te envuelve,
despojarse del mal y revestirse de su figura vieja y en ti transfigurada.
Y a mí, con todos ellos, transfigúrame.
Transfigúranos, Señor, transfigúranos.

Cuentos sufíes


El Sufismo, tal como lo conocemos, se desarrolló dentro de la matriz cultural del Islam. La revelación Islámica se presentó a sí misma como la última expresión del mensaje esencial traído a la humanidad por los profetas de todas las épocas.
Si es que el Sufismo tiene un método central, éste es el del desarrollo de la presencia y del amor. Sólo la presencia puede despertarnos de nuestra esclavitud respecto del mundo y de nuestros propios procesos sicológicos, y sólo el amor cósmico puede abarcar lo Divino. El amor es la más alta activación de la inteligencia, pues sin él nada grande se lograría, ya sea espiritualmente, artísticamente, socialmente, o científicamente.

Los dos maestros del sultán
Una vez el sultán iba cabalgando por las calles de Estambul, rodeado de cortesanos y soldados. Todos los habitantes de la ciudad habían salido de sus casas para verle. Al pasar, todo el mundo le hacía una reverencia. Todos menos un derviche harapiento.
El sultán detuvo la procesión e hizo que trajeran al derviche ante él. Exigió saber por qué no se había inclinado como los demás.
El derviche contestó:
- Que toda esa gente se incline ante ti significa que todos ellos anhelan lo que tú tienes: dinero, poder, posición social. Gracias a Dios esas cosas ya no significan nada para mí. Así pues, ¿por qué habría de inclinarme ante ti, si tengo dos esclavos que son tus señores?
La muchedumbre contuvo la respiración y el sultán se puso blanco de cólera.
- ¿Qué quieres decir? -gritó enfurecido.
- Mis dos esclavos, que son tus maestros, son la ira y la codicia -dijo el derviche tranquilamente.
Dándose cuenta de que lo que había escuchado era cierto, el sultán se inclinó ante el derviche.

domingo, 4 de agosto de 2019

Cómo terminar mi vida

          Mari Pachi Ayerra

Señor, si hoy fuera a terminar mi vida,
estoy seguro de que quisiera gastarla como Tú propones:
siendo feliz, contemplando la belleza que me rodea,
saboreando cada mirada, cada alimento, cada momento,
exprimiendo hasta la última gota del zumo del cariño,
gozando de los amigos y de tantos que me quieren,
admirándome de mi entorno, de mi casa y de los míos,
agradeciendo todo lo que se me ha regalado día a día,
festejando cada situación positiva y bonita,
diciendo a todos cuánto les quiero y necesito,
evitando toda palabra negativa y de reproche
bailando la música de la vida y del amor,
reconociendo las ayudas recibidas,
valorando a cada uno de mis compañeros,
repartiendo todo lo acumulado, que haga a alguien feliz,
recordando los mil detalles que la vida me ha regalado.

Desprenderse del diamante


                     Anthony de Mello, “El canto del pájaro”

Un hombre caminaba sosegadamente por los alrededores de una aldea india. Vestía una túnica simple, llevaba un hatillo a la espalda y calzaba sandalias. De pronto, alguien le alcanzó corriendo por detrás y le dijo entrecortadamente:
- ¡La piedra, la piedra! ¡Dame la piedra! Tuve un sueño esta noche y la diosa Visnú me dijo que encontraría cerca de esta aldea a un hombre que posee la mayor piedra preciosa del mundo y que yo podría conseguirla.
- Te refieres a esta, dijo el otro sacando de su hatillo un enorme diamante, la encontré esta mañana junto al camino. Llévatela si quieres, yo no la necesito.
El hombre contempló deslumbrado el diamante más grande y hermoso que jamás había visto. En sus destellos veía todo lo que podría adquirir gracias a él: se haría rico, cambiaría de casa, tendría sirvientes, compraría el elixir de la eterna juventud… Cogió el diamante de las manos del caminante y echó a correr. El hombre lo miró alejarse y se sentó a meditar a la sombra de un árbol junto al camino.
Al día siguiente vio venir hacia él al hombre que le había quitado el diamante. Se acercó a él con la piedra preciosa en la mano, se la entregó y le dijo:
- Dime, a cambio cuál es la fuerza y el secreto que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante.