miércoles, 2 de marzo de 2022

Cambie su rumbo 20 grados

Dos acorazados asignados a la escuadra de entrenamiento, habían estado de maniobras en el mar, con tempestad, durante varios días.
Yo servía en el buque insignia y estaba de guardia en el puente cuando caía la noche.
La visibilidad era escasa; había niebla, y el capitán permanecía sobre el puente supervisando todas las actividades.
Poco después de que oscureciera, el vigía que estaba en el extremo del puente informó:
- Luz a estribor.
- ¿Rumbo directo o se desvía hacia popa?, gritó el capitán.
El vigía respondió que directo. Lo que significaba que nuestro propio rumbo nos estaba conduciendo a una colisión con aquel buque. El capitán llamó al encargado de emitir señales.
- Envía este mensaje: Estamos a punto de colisionar; aconsejamos cambiar 20 grados su rumbo.
Llegó otra señal de respuesta: «Aconsejamos que ustedes cambien 20 grados su rumbo».
- Contéstele: Soy capitán; cambie su rumbo 20 grados -dijo el capitán.
«Soy marinero de 2ª clase –nos respondieron–. Mejor cambie su rumbo 20 grados».
El capitán ya estaba hecho una furia, y espetó:
- Conteste: Soy un acorazado. Cambie su rumbo 20 grados.
La linterna del interlocutor envió su último mensaje: «Yo soy un faro».
Cambiamos nuestro rumbo.

Moraleja: Si sólo tomas decisiones basándote en suposiciones no son pocas las que tendrás colisiones. Tus creencias te gobiernan pero siempre tienes la posibilidad de cambiarlas. Especialmente cuando te das cuenta que te llevan a interpretar lo que te rodea alejándote de tus objetivos.

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