martes, 29 de septiembre de 2020

¿Quién como Dios?

«¿Quién como Dios?», fue el grito de victoria 
que el arcángel lanzó contra Luzbel. 
¡Príncipe digno de eternal memoria! 
Desde aquella lejana prehistoria, 
lo repite su nombre: Mi-ca-el. 
No la espada, la cándida azucena 
lleva en su mano el ángel san Gabriel, 
cuando rinde a la virgen nazarena 
el mensaje de que ella, gracia plena, 
será Madre del Hijo: el Emmanuel. 
Medicina de Dios para Tobías, 
el peregrino arcángel Rafael 
sabe ser el mejor de nuestros guías, 
cura nuestras dolencias y agonías 
con la gracia de Dios y con la hiel. 
Arcangélico grupo septenario, 
que asiste ante el Dios vivo de Israel, 
¡quién supiera cantar a ese ternario 
que se nos dio por guía y emisario 
en los designios que designa él! 
Ante el trono de Dios y del Cordero, 
caudillos de la hueste celestial, 
alabad al Dios trino y verdadero 
y mirad por el hombre, pasajero 
de un mundo que está enfermo y es mortal. Amén

Naranjas en el océano

En un viaje por el océano, una señora se puso tan enferma por el mareo que el médico le dijo que solamente el comer muchas naranjas podría restablecerla.
La señora, en su debilidad dijo:
- Doctor no se apure. Mi Padre celestial me las enviará. Yo voy a pedírselo ahora.
-Pero, querida señora –contestó él- no olvidé que nos encontramos en medio del océano.
-No importa amigo mío; para Dios todo es posible.
Unas horas más tarde, el mismo doctor entraba corriendo hasta la enferma, para poner a los pies de su cama un cesto lleno de naranjas. Como pudo, nervioso y maravillado, explicó su procedencia.
- Un buque averiado… Un cargamento de naranjas en el buque… Un…
- ¡Un milagro de mi Padre celestial, doctor! –le interrumpió la enferma.