sábado, 25 de marzo de 2017

A Santa Maria de la Anunciación

Santa Maria de la Anunciación
Mujer del Sí,
puerta abierta al proyecto del Padre
enséñanos a decir que sí.
A saber que nosotros
también tenemos “anunciaciones"
y tú nos pides que digamos “hágase”,
que sepamos, Madre, que nuestra misión
también es única e irrepetible.
Que nadie puede decir “Sí” por mi,
que nadie puede amar, con mi corazón,
que nadie puede sonreír con mis labios,
que nadie se puede entregar por mi.
Nuestra Señora de la Anunciación
que como Tú, también nosotros digamos:
‘hágase siempre lo que quiera el Padre’,
para ser en esta tierra
constructores de un mundo nuevo.
Nuestra Señora del Sí, ayúdanos a descubrir
a los que malviven en la miseria,
a los que viven solos y desesperanzados.
Es allí donde se nos anuncia
que quiere venir de un modo especial,
es allí donde el Padre nos llama
a hacer realidad su Voluntad de amor y paz.
Amén
                   ********************
Madre,
danos tu coraje  para decir sí al Señor.
Ayúdanos a olvidarnos de nosotros mismos
para ponernos en las manos de Dios.
Enséñanos a entregar nuestra vida
para ayudar a dar a luz a Jesús en el mundo en que vivimos.
María, enséñanos a decir sí a la llamada del Señor.
Queremos vivir alegres y confiados en Dios.
Muéstranos el camino, Tú, que supiste decir sí
y entregar toda tu vida a Dios.
Que así sea -
Marcelo A. Murúa

Operación salida



Es una historia relatada por Henry J. M. Nouwen. El texto es la adaptación que hace Wayne W. Dyer de dicha historia en su libro “Tus zonas sagradas”

Dos bebés se encuentran en el vientre materno, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu. Éste le dice a Ego:
- “Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay vida después del nacimiento”.
Ego responde:
- “No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de vida después del nacimiento.”
Espíritu calla durante un rato, pero su voz interior no le permite permanecer en silencio durante más tiempo.
- “Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir. También creo que hay una madre.”
- “¡Una madre!” -exclama Ego con una carcajada-. “¿Cómo puedes ser tan absurdo? Nunca has visto una madre. ¿Por qué no puedes aceptar que esto es lo único que hay? La idea de una madre es descabellada. Aquí no hay nadie más que tú y yo. Ésta es tu realidad. Ahora cógete a ese cordón. Vete a tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay ninguna madre.”
Espíritu deja, resignado, la conversación, pero la inquietud puede con él al cabo de poco.
- “Ego” -implora-, “por favor, escucha, no rechaces mi idea. De alguna forma, pienso que esas constantes presiones que sentimos los dos, esos movimientos que a veces nos hacen sentir tan incómodos, esa continua recolocación y ese estrechamiento del entorno que parece producirse a medida que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante, y lo experimentaremos muy pronto.”
- “Ahora sé que estás completamente loco” -replica Ego-, “Lo único que has conocido es la oscuridad. Nunca has visto luz. ¿Cómo puedes llegar a tener semejante idea? Esos movimientos y presiones que sientes son tu realidad. Eres un ser individual e independiente. Éste es tu viaje: oscuridad, presiones y una sensación de estrechamiento a tu alrededor constituyen la totalidad de la vida. Tendrás que luchar contra eso mientras vivas. Ahora, aférrate a tu cordón y, por favor, estate quieto.”
Espíritu se relaja durante un rato, pero al fin no puede contenerse por más tiempo.
- “Ego, tengo una sola cosa más que decir, y luego no volveré a molestarte.”
- “Adelante” -responde Ego, impaciente-.
- “Creo que todas estas presiones y toda esta incomodidad no sólo van a llevarnos a una nueva luz celestial sino que cuando eso suceda vamos a encontrarnos con la madre cara a cara, y conocer un éxtasis que superará todo lo que hemos experimentado hasta ahora. A veces, cuando estoy en silencio y me concentro realmente la llego a escuchar, puedo percibir su presencia, y escucho su voz cariñosa, llamándome desde arriba.
- “Estás totalmente loco. Ahora sí que estoy convencido.”

jueves, 23 de marzo de 2017

¿Qué es la Cuaresma?

La Cuaresma es mirar bien a Jesús, mirar su rostro,
aprenderse sus rasgos de memoria, entrañarlos,
que te sean naturales, que sean tuyos, parte de tu historia.
La Cuaresma es subir hasta el Tabor, hasta el Calvario,
andar desde el desierto hasta la Pascua, sin mirar hacia atrás,
y sin perderse, superando el esfuerzo en la esperanza.
La Cuaresma es abrir toda tu casa, sucia, oscura,
dejar pasar el viento que la limpia,
y que entre todo el sol, iluminada, en vidriera radiante convertida.
La Cuaresma es escuchar la palabra poderosa,
que es espada afiliada y es martillo, rasgue tu corazón y lo triture,
que lo haga nuevo el Creador Espíritu.
La Cuaresma es suplicar por el fuego y por el agua para apagar la sed,
que el fuego se convierta en llama viva, y el agua sea inagotable río.
La Cuaresma es un salir al encuentro del hermano
y ponerte enseguida a su servicio, descubrir esos rasgos que conoces,
tal vez sean los rasgos de otro Cristo.
En la Cuaresma es Jesucristo, con su fidelidad y entrega,
quien nos enseña, siguiendo su ejemplo,
para ser lo que Dios espera de nosotros. ¿Cómo?:
No conquistando, sino acogiendo.
No escalando, sino descendiendo.
No dudando, sino creyendo.
No rebelándose, sino sirviendo.
No acaparando, sino compartiendo.
No odiando, sino perdonando.
No guerreando, sino pacificando.
No quitando la vida, sino dándola.
Es decir, amando, dejándose amar y viviendo el amor.
El que ama se diviniza.
El que da la vida por amor se convierte en otro Cristo.

La señora Pepita



Historias de Luz y Sabiduría

La señora Pepita, bien equilibrada y orgullosa, de 92 años de edad, está lista cada mañana a las ocho en punto, con su pelo bien peinado al estilo de peluquería y un maquillaje perfectamente aplicado, aún estando casi ciega, se trasladó hoy a un asilo de ancianos. El que había sido su marido durante 70 años, había muerto recientemente, obligandola a tomar esta decisión.
Después de muchas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió muy dulcemente cuando le avisaron que su habitación estaba lista. Mientras movía su andador hacia el ascensor y yo le iba dando una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana, dijo: "me encantan", con el entusiasmo de un chiquillo de 8 años al que acaban de hacer un regalo.
- Sra. Pepita, usted aún no ha visto el cuarto... espere.
- Eso no tiene nada que ver, contestó. La felicidad es algo que uno decide con anticipación. El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende en como yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encajaría.
Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme. Estas son mis posibilidades: Puedo pasarme el día en cama, enumerando las dificultades que tengo con las partes de cuerpo que ya no funcionan, o puedo levantarme de la cama y agradecer por las que sí funciona. Cada día es un regalo y, durante el tiempo que mis ojos se abran, me enfocaré en el nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente... sólo en este momento de mi vida. La vejez es como una cuenta bancaria... uno extrae de lo que ha depositado en ella.
Entonces, mi consejo para ti sería que deposites gran cantidad de felicidad en la cuenta bancaria de tus recuerdos. Gracias por lo que has hecho para llenar mi banco de memorias. Sigo depositando, ¿y tú?

martes, 21 de marzo de 2017

Oración para una primavera

 José García Nieto

 Gracias, Señor, por este ramo de agua 
que llega del aire hasta los campos, 
hasta el bosque, hasta el huerto;
 gracias por tu palabra, de nuevo en el desierto,
 prometiendo las hora frutales de la siega.
 Gracias por tanta gracia, tanta cuidada entrega,
 por tanto ardor temblando desde el terreno yerto;
 gracias por estas flores primeras que han abierto
 ojos de luz a tanta claridad honda y ciega.
 Gracias porque te he visto latiendo en los bancales,
 favoreciendo, urdiendo, los tiernos esponsales
 del verdor con la tierra, la rosa con la rama.
 Gracias porque me enseñas a ser en lo que era,
 a olvidar mis estiajes en esta primavera...
 Gracias porque es llegado el tiempo del que ama.

El maestro espiritual y el ratón



Un gran maestro espiritual, muy conocido en todo el mundo por su gran santidad, habitaba en una cueva profunda. Ahí se sentaba todo el día inmerso en profunda meditación y su pensamiento siempre estaba dirigido al Señor.
Pero un día mientras el santo hombre estaba haciendo su meditación, un ratón salió de la sombra y comenzó a mordisquearle una de sus sandalias. El maestro espiritual abrió los ojos enojadísimo, y le dijo:
- ¿Por qué me distraes durante la meditación?
- Es que yo tengo hambre, le contestó el ratón.
- Aléjate de aquí, le gritó el maestro espiritual,  ¿cómo se te ocurre fastidiarme, precisamente mientras busco la unión con Dios?
- ¿Cómo logras la unión con Dios, si ni siquiera logras ponerte de acuerdo conmigo?…, le contestó el ratón.

domingo, 19 de marzo de 2017

Cántaro de Sicar

Cántaro roto en mil trozos por los golpes recibidos,
merecidos o fortuitos, en el juego de la vida...
O por olvidos, descuidos, bravatas,
tormentas, o desvaríos...
O por mi género, mi cultura, mi país de origen,
mi pobreza económica, mi fe o mis ideas libres...
O por manipulaciones
de quienes se erigen en señores,
que me secaron por dentro y fuera
y me dejaron con sed de agua
que no sacian los pozos de mi tierra.
Eso es lo que soy en este momento,
cántaro roto en mil trozos:
samaritana, marginada, atrapada en los limbos
creados por quienes se creen intérpretes y dueños...
Pero espero, Señor,
que vuelvas a fundirme con tu fuego
y hagas de mí, otra vez, con tu aliento y rocío,
tus manos y tus sueños,
un cántaro de esperanzas y proyectos lleno.
Dame de tu agua viva para saciar mi sed,
la que me reseca por dentro y fuera;
y lléname hasta desbordar
para que otros puedan florecer.

El carpintero alegre



Había una vez un carpintero que siempre estaba trabajando en su taller de carpintería. El trabajaba con mucha alegría y casi siempre estaba cantando.
Un día llegó a su taller un niño con la cara muy triste.
- ¿Qué te pasa? –le preguntó el carpintero.
- Pues que he perdido mi muñeco cantarín, y no lo encuentro por ninguna parte. ¿No lo habrá encontrado por aquí, verdad?
- Pues no, por aquí no lo he visto.
El niño se puso más triste, y se fue casi llorando. El carpintero se quedó preocupado por el niño. Todos los días iba el niño a preguntar, si había visto a su muñeco cantarín.
Un día el carpintero le dijo:
- No te preocupes, yo te voy a hacer un muñeco y seguro que te gustará.
Ese día el niño se fue más contento. El carpintero comenzó a hacer el muñeco y cada vez estaba quedando más bonito.
Cantaba y cantaba de alegría.
El carpintero además de trabajar con alegría, también tenía poderes mágicos y cuando terminó el muñeco, le dijo cantando:
- Lala lalala! mañana cantarás lala lala!, tu boca moverás, y para cantar una canción, esta lección aprenderás:
- Dentro de la boca está la lengua y la tendrás que mover de un lado a otro.
La lengua quiere asomarse un poquito y con la puntita se da un paseo por los dientes de arriba y luego otro por los dientes de abajo.
Ahora quiere hacerle cosquillitas al labio de arriba, moviéndose de un lado para otro. También lo hace con el labio de abajo.
Después la lengua sale larga, larga, hacia abajo y hacia arriba para tocarse la nariz.
La lengua se dará un paseo moviéndose rápido de dentro a afuera.
Hay que inflar un globo con los mofletes
Ahora quiero ver cara de alegre y enfadado.
El muñeco cuando hizo todas esas cosas estaba tan contento que empezó a darle besitos muy fuertes al carpintero.
Al día siguiente el niño llegó a la carpintería y escuchó que alguien estaba cantando, pero no era el carpintero.
- ¿Quién canta?, preguntó el niño.
- Pues alguien que quiere ser tu amigo, contestó el carpintero.
Cuando el carpintero le enseño el muñeco, el niño empezó a dar saltos de alegría.
El niño le dio las gracias al carpintero y se fue cantando con su nuevo muñeco mágico.
El carpintero se sintió muy feliz y siguió trabajando con la misma alegría de siempre.