sábado, 5 de mayo de 2018

María, Madre

María:
Hoy te queremos invocar con el nombre más bonito;
queremos llamarte MADRE.
Queremos pedirte que estés cerca de nosotros.
Que cuides nuestro crecimiento como cuidaste el de Jesús.
Queremos acordarnos de ti y sentirte cerca
en nuestros momentos difíciles;
y también, en los momentos fáciles y gozosos.
Ojalá sepamos quererte como te quería Jesús.
Ojalá sepamos imitarte en decirle sí a Dios.
Ojalá elijamos en todo momento
lo que es bueno y sincero, como elegiste tú.
¡Santa María Madre de Jesús y Madre Nuestra,
ruega por nosotros!

Carta de Jesús a su Mamá en el Día de la Madre

¡Qué seas muy feliz! que es otra manera de decir todo aquello que te dijo el Ángel Gabriel: "Dios te salve, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres."
Sí, porque creíste. Porque "Felicidad" empieza con "Fe". Y qué grande fue tu fe, como para no desesperarte en medio de tantas dificultades. Porque yo sé bien que te hice sufrir. Desde Belén hasta el Calvario, una espada se fue clavando, poco a poco, en tu corazón. Hasta que te hizo morir, de amor, al pie de la cruz.
Alguien dijo de mí que yo estaría muriendo hasta el fin del mundo... Porque es cierto que yo sufro y muero en cada niño que muere, y en cada hombre o mujer que llora, porque ha sido pisoteada su dignidad. Y tú, como madre sufres y lloras por todos. La madre es como un pozo de lágrimas, porque ella sufre y padece por los dolores y los desvíos de todos y cada uno de sus hijos.
Pero, ¿por qué decirte estas cosas tristes para felicitarte en tu día? ¿Por qué no traerte un ramo de flores, o decirte unos versos, o comprar un regalo a mi alcance? Total, en este mundo todo se arregla con dinero (?). Y le hacemos ganar, de paso, a los comerciantes que son los que inventaron y promocionaron este Día.
Pero no, tú no te dejas engañar. Tú no crees en besos y risas y regalos que no salen del corazón. De estos hijos que se acuerdan de la madre solo en su Día. ¿Y después? ¡Todo es hacerla sufrir!
Yo sé que Tú sufres porque hay hijos que nunca se dejan ver por tu casa, que es mi Casa. porque tienes hijos e hijas que andan peleando entre sí, por el dinero, por la política, por cualquier cosa,... Porque tienes muchos hijas e hijos que han profanado el amor, y aún la vida. Tienes tantos hijos e hijas ingratos, egoístas, soberbios,,,
Es muy cierto. Pero también tienes muchos hijos que te quieren, como te quise yo. Hay mucha gente buena, sencilla, con fe. ¿Te consuela?... Pero te preocupan los otros... ¿Qué es lo que podríamos hacer por ellos?
Tú sabes que en el fondo del alma de cada hombre hay un niño. Y que este niño necesita, para vivir del cariño de una mamá. Por esto, también los hombres modernos y los del siglo XXI, te necesitan a ti. Yo te los confío. ¡Vela por ellos!
Enséñales a creer y a querer. Enséñales también a saber esperar. Porque todo sufrimiento pasa, pero lo que se ha sufrido queda, como un fruto maduro. De la espina que nos hirió, nacerá una nueva rosa.
Y esta rosa es la que vengo a ofrecerte en tu Día, querida mamá. Y te pido por todas las madres del mundo. Para que te imiten a ti. Porque, si escuchan, como Tú escuchaste la Palabra de Dios, y la cumplen, si tienen como Tú, tanta fe y tanto amor, serán muy felices.
De todo corazón te lo desea tu hijo,
Jesús

jueves, 3 de mayo de 2018

María Inmaculada, mujer eucarística

Juan Pablo II ante la Imagen de la Inmaculada en la Plaza de España de Roma (8-12-2004)

¡Virgen Inmaculada!
Una vez más estamos aquí para rendirte homenaje
Tu intacta belleza espiritual
es para nosotros fuente viva de confianza y de esperanza.
Tenerte como Madre, Virgen Santa,
nos afianza en el camino de la vida
como prenda de eterna salvación.
Por ello a ti, oh María, recurrimos confiados.
Ayúdanos a construir un mundo
en el que la vida del hombre
se vea siempre amada y defendida;
toda forma de violencia, desterrada;
la paz, por todos tenazmente buscada.
¡Virgen Inmaculada!,
concédenos celebrar y adorar
con renovada fe y ardiente amor
el santo misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Bajo tu magisterio, oh Mujer eucarística,
enséñanos a conmemorar las maravillosas obras
que Dios no deja de realizar en el corazón de los hombres.
Con materno desvelo, Virgen María,
guía siempre nuestros pasos por los caminos del bien. Amén.

Somos seres humanos

Cuenta una historia que un judío trabajaba en una planta envasadora de carne en Noruega. Un día terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador. Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta.
Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte. De repente se abrió la puerta, el guarda de seguridad entró y lo rescató.
Después de esto, le preguntaron al guarda porqué se le había ocurrido abrir ésa puerta sino era parte de la rutina de su trabajo y él explicó:
- Llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda por la mañana y se despide de mí por las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy me dijo “hola” a la entrada, pero nunca escuché “hasta mañana”. Yo espero cada día por ese “hola, buenos días” y ése “chao o hasta mañana”. Sabiendo que todavía no se había despedido de mí, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré.

En nuestro día a día, a veces olvidamos lo más importante: que somos seres humanos. Nos enfrascamos en nuestros problemas y responsabilidades sin darnos cuenta de las personas que están a nuestro alrededor y con las que compartimos nuestra existencia. Damos la vida por los grandes logros y olvidamos que un pequeño detalle vale toda una vida.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Virgen fiel

Madre siempre fiel,
cuando te asaltó la incertidumbre,
cuando las cosas se te hacían complicadas,
supiste confiar. ¡Y cómo confiaste!
En el momento cumbre de la historia
con decisión y firmeza
pronunciaste aquel bienaventurado: 
«Hágase», del que viene nuestra salud.
¡Y siempre lo mantuviste!
Las desconfianzas de otros,
las habladurías de tantos,
nunca te apartaron de la confianza en Dios.
Obténme, Santa María de la Confianza,
el auxilio divino que me permita superar
las incertidumbres que ahora me acosan.
Que así sea

Los dos halcones


Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente educado, pero que al otro no sabía qué le sucedía, no se había movido de la rama desde el día de su llegada a palacio, hasta tal punto que había que alimentarlo en la misma rama.

El rey mandó llamar curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar el ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió.
Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el pájaro continuaba inmóvil. Publicó por fin un bando entre sus súbditos y, a la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente en los jardines.
Traedme al autor de ese milagro, dijo. Enseguida le presentaron a un campesino.
- ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago, acaso? 
Entre feliz y asustado, el hombrecito solo explicó:
- No fue difícil, su Alteza: sólo corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenia alas y se largó a volar. 

¿Sabes que tienes alas? ¿Sabes que puedes volar? ¿A qué estás agarrado? ¿De qué no te puedes soltar? ¿Qué está esperando tu rama para romperse? ¿Quién o qué la puede cortar?
Vivimos dentro de la zona de comodidad donde nos movemos. Dentro de esa zona viven nuestros valores, nuestros miedos y nuestras limitaciones. En esa zona reina todo lo conocido, cotidiano y fácil. Es nuestra zona de confort y por lo general creemos que es nuestro único lugar y modo de vivir.
Tenemos sueños, buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos, no siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles o incómodos. Nos conformamos con lo que tenemos y aprendemos a vivir desde la resignación.

martes, 1 de mayo de 2018

María trabajadora

María, en la oración de hoy,
te pedimos por nuestro modo de trabajar.
Enséñanos lo que tú practicabas:
a poner cariño y cuidado en lo que hacemos.
Que aprendamos a ser responsables.
Que pensemos siempre que trabajando servimos a la sociedad
y colaboramos con Dios para cuidar el mundo.
Que nos esforcemos por conseguir lo que está bien hecho.
Porque el servicio y el amor es lo que demuestra a los otros
que ellos nos importan.
¡Santa María, madre de Dios y madre nuestra,
que pongamos amor en nuestro trabajo!

La elección de vivir

Jerry era el tipo de persona que te encantaría odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, el respondía “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”. Era un gerente especial porque tenía varias camareras que lo habían seguido de restaurante en restaurante; la razón era por la actitud siempre positiva de. Jerry. Era un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Jerry estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación.
Este estilo de Jerry me causó curiosidad, así que un día fui a buscarlo y le pregunté:
- ¿No lo entiendo? No es posible ser una persona positiva todo el tiempo… ¿Cómo lo haces?
Jerry respondió:
- “Cada mañana me despierto, saludo a Dios con una oración, le doy gracias por permitirme estar vivo un día más y me digo a mi mismo, Jerry, tienes dos opciones hoy, puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que viene alguien a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida. “
- “Si… claro… pero no es tan fácil”, protesté.
- “Si lo es, dijo, todo en la vida es acerca de qué elijas. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o mal humor. En resumen: “TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA”. DIOS nos concedió ese Don”.
Reflexioné en lo que me dijo Jerry. Poco tiempo después, dejé la industria de restaurantes para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Jerry cuando tenía que hacer una elección en la vida y cómo reaccionar ante ella.
Varios años más tarde, me enteré que Jerry hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante. Dejó la puerta de atrás abierta una mañana y fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes se asustaron y le dispararon.
Con mucha suerte, Jerry fue encontrado pronto y llevado urgentemente a una clínica. Después de 18 horas de cirugía y semanas de rehabilitación intensiva, Jerry fue dado de alta, aunque con fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con Jerry seis meses después del accidente y cuando le pregunté como estaba, me respondió:
- “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.
Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó:
- “Lo primero que me vino a la mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el suelo recordé que tenía dos opciones: “Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir.
- ¿No sentiste miedo?, le pregunté.
Jerry continuó:
- “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que me iba a poner bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de médicos y enfermeras, realmente me asusté… podía leer en sus ojos ‘es hombre muerto’. Supe entonces que debía poner en marcha una acción.
- ¿Qué hiciste?, pregunté.
- “Bueno… primero le di gracias a DIOS porque hasta ahora me había dejado vivir y le dije, “quiero seguir viviendo, pero que se haga tu voluntad, no la mía”. Después uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundamente grité ¡¡Sí..!!, a las balas… Mientras reí les dije: “Estoy escogiendo vivir… opérenme como si estuviera vivo, no muerto y no se preocupen DIOS decide el resto.”
Jerry vivió sin lugar a duda gracias a DIOS, EL les dio maestría a los médicos para no fallar en la operación… y la asombrosa actitud y decisión de Jerry fue crucial.

lunes, 30 de abril de 2018

Dios dispone...

Dios dispone la soledad para enseñar la convivencia.
Dispone la rabia para mostrar el valor infinito de la paz.
Dispone el tedio para resaltar la importancia
de la aventura y del abandono.
Dispone el silencio para enseñar
sobre la responsabilidad de las palabras.
Dispone el cansancio para que se pueda comprender
el valor del despertar.
Dispone la enfermedad para resaltar la bendición de la salud.
Dispone la tierra para comprender el valor del aire.
Dispone la muerte para mostrar la importancia de la vida.

Amigos verdaderos

Hace algún tiempo, estando en mi casa, hacia las once de la noche, recibí la llamada telefónica de un muy buen amigo mío. Me dio mucha alegría su llamada y lo primero que me preguntó fue:
- «¿Cómo estás?».
Y sin saber por qué, le contesté:
- «Muy solo».
- «¿Quieres que charlemos un rato?»
Le respondí que sí y me dijo:
- «¿Te parece bien que vaya a tu casa?».
Y respondí que sí. Colgó el teléfono y en menos de quince minutos ya estaba llamando a mi puerta. Yo empecé a hablar durante horas y horas de todo, de mi trabajo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas y él, atento siempre, me escuchó. Se nos hizo de día, yo estaba agotado mentalmente, me había hecho mucho bien su compañía, sobre todo que me escuchara, que me apoyara y me hiciera ver mis errores; me sentía muy a gusto y cuando él notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo:
- «Bueno, pues me voy, tengo que ir a trabajar».
Yo me sorprendí y le dije:
- «Pero, ¿por qué no me habías dicho que tenías que ir a trabajar? Mira la hora que es, no has dormido nada y yo te he estado hablando durante toda la noche».
El sonrió y me dijo:
- «No hay problema, para eso estamos los amigos».
Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así. Lo acompañé hasta la puerta de mi casa, y cuando él se dirigía hacia su automóvil le grité desde lejos:
- «Oye amigo, y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche tan tarde?».
Él regresó y me dijo en voz baja:
- «Es que te quería dar una noticia...».
- «¿Qué te ha pasado?», le pregunté.
- «Ayer, me dijo él, fui al médico y me ha dicho que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, no se puede operar, y sólo me queda esperar...».
Yo me quedé mudo y paralizado. Él me sonrió y me dijo:
- «Que tengas un buen día amigo». Se dio la vuelta y se fue.
Pasó un buen rato hasta que asimilé la situación y me pregunté una y otra vez, por qué cuando él me preguntó, ¿cómo estás?, me olvidé de él y sólo le hablé de mí. ¿Cómo tuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación? Esto es increíble...
Desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser más crítico con mis problemas e intento disfrutar más de las cosas buenas de la vida, ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero. Él todavía vive y procuro disfrutar más el tiempo que convivimos y charlamos, sigo disfrutando de sus chistes, de su locura, de su seriedad, de su sabiduría, de su temple, de mi amigo...
«No hay amor más grande que dar la vida por los amigos».

domingo, 29 de abril de 2018

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos

Pachi Loidi

Veo un árbol inmenso,
que sube más allá de las estrellas.
Sus sarmientos se extienden a lo largo
y a lo ancho del planeta.
Y sus raíces llegan hasta el centro
incendiando la entraña de la tierra.
Veo a un Padre hacendoso,
atareado en cultivar su hacienda,
que nos cuida y nos poda,
ansioso de lograr la gran cosecha.
Y contemplo a Jesús, la vid fecunda,
el tronco poderoso, que llena de savia
a sus amigos, los creyentes,
para que demos vida a la creación entera.
Y siento dentro el fuego
que nos envuelve y nos rodea,
un amor encendido,
que eleva el corazón y la cabeza.
¡Cuánto quisiera yo abrazarte,
este día en que siento tu presencia
ardiendo dentro de mi corazón.
¡Cuánto quisiera abrir tu puerta
a tanta gente que te busca sin saberlo,
para que pasen de la duda a la certeza!

La mariposa y la flor

Cierta vez, un hombre pidió a Dios una flor y una mariposa.
Pero Dios le dio un cactus… y una oruga.
El hombre quedó triste, pues no entendió por qué su petición llegó equivocada. Luego pensó ‘con tanta gente que atender…’ Y decidió no insistir.
Pasado algún tiempo, el hombre fue a mirar el pedido que dejó olvidado. Para su sorpresa, del espinoso y feo cactus había nacido la más hermosa de las flores y la horrible oruga se transformó en una bellísima mariposa.

Dios siempre hace lo correcto. Su camino es el mejor, aunque a nuestros ojos parezca que todo está errado…
Si pediste a Dios una cosa y recibiste otra, confía. Ten la seguridad de que Él siempre dará lo que necesitas en el momento adecuado. No siempre lo que deseas es lo que necesitas. Como Dios nunca falla en la entrega de sus pedidos, sigue adelante sin dudar ni murmurar.