viernes, 4 de septiembre de 2020

Oración de la noche

Al concluir, Señor un día más, me confío a Tí por entero: 
mis progresos y mis fallos, mis sentimientos y mis dudas, 
mis afectos y mi desconsuelo. 
Dame paciencia, Señor, a pesar de las preocupaciones que me asaltan, 
dame valor para cambiar en mi vida lo que debo cambiar; 
dame serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar. 
Te doy gracias, Señor, 
por cuanto hacen los demás para ayudarme. 
Te ruego que no te alejes de cuantos tienen miedo, o están solos. 
Acaricia a los que sufren; consuela al que está angustiado y deprimido; 
ayuda a quien vacila en su fe. 
Alivia los sufrimientos; 
infunde paz en las mentes y esperanza en los corazones. 
Haz, Señor, que en lugar de maldecir a las tinieblas 
esté presto a encender mi lámpara para iluminar el mundo.

¿Es usted Dios?...

Un niño estaba parado, descalzo, frente a una tienda de zapatos temblando de frío. Una señora se acercó y le dijo:
- Mi pequeño niño ¿qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?
- Él respondió: Le estoy pidiendo a Dios que me dé un par de zapatos.
La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda y pidió a un empleado media docena de pares de calcetines para el niño y un par de zapatos. Preguntó si podría prestarle un barreño con agua y una toalla y llevó al niño a la parte trasera de la tienda.
Con cariño empezó a lavar los pies del niño y se los secó, luego le colocó los calcetines y los zapatos. Acarició al niño en la cabeza y le dijo:
-"¡No hay duda pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!
Mientras ella daba la vuelta para marcharse, el niño muy feliz, la alcanzó y la tomó de la mano, mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó:
- ¿Es usted la esposa de Dios?
- La Señora le respondió: No, solamente soy una mujer agradecida con lo que Él me ha dado.

Queridos amigos, se imaginan qué diferente sería el mundo, si cada uno de nosotros reconociera esto: ¡estoy infinitamente agradecido con Dios!

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Oración por los jóvenes

 ¡Padre Santo! te pedimos por los jóvenes, 

que son la esperanza del mundo. 
no te pedimos que los saques de la corrupción, 
sino que los preserves de ella. 
¡Padre! No permitas que se dejen llevar por ideologías mezquinas. 
que descubran que lo más importante no es ser más, tener más, poder más, 
sino servir más a los demás. 
¡Padre! Enséñales la verdad que libera, 
que rompe las cadenas de la injusticia, 
que llena de humanidad y forja santos. 
Por en cada uno de ellos, un corazón universal 
que hable el mismo idioma, que no vea el color de la piel, 
sino el amor que hay dentro de cada uno. 
Un corazón que a cada semejante le llame hermano, 
Y que crea en la ciudad que no conoce las fronteras, 
Porque su nombre es universo, amistad, amor, Dios. 
¡Padre Santo! Cuida a nuestros jóvenes. Amén

El jardín del rey

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, un Clavel floreciendo y más fresco que nunca. El rey le preguntó:
- ¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y umbrío?
– No lo sé. -contestó la flor- Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías claveles. Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado. En aquel momento me dije: “Intentaré ser Clavel de la mejor manera que pueda” y heme aquí el más hermoso y bello clavel de tu jardín.

Sólo podremos florecer el día que aceptemos que somos lo que somos, que somos únicos y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer.
Cada ser Humano Creación de Dios… es ÚNICO…, aceptémonos como el Padre Celestial nos hizo, con su infinita sabiduría y AMOR.
No busquemos tanto la belleza externa, sino la que reside en nuestro interior, en el Espíritu, en el Alma, en el Corazón.

martes, 1 de septiembre de 2020

Habla la vida

                 José María R. Olaizola, sj 

Habla la Vida, no en palabras ni versos, 
no en poemas ni cantos, 
no en susurro, no en grito. 
Habla, primero, 
al abrazar al herido y dar agua al sediento, 
al partirte un poco la espalda para cargar con los abatidos 
(¿quién, si no, tirará de ellos?) 
Habla la Vida, 
en el perdón sincero, en el respeto, 
en un amor de hermano, de amigo, 
de amante eterno en la mesa dispuesta 
para saciar al hambriento. 
Si la Vida calla, 
el poema, el grito, el canto… 
…es verbo hueco. 
Pero si cantan las obras, si recita el gesto, 
si grita la vida, eso es evangelio.

Testimonio de un profesor...

Durante un año tuve una estudiante que se comportaba de forma inadecuada.
Esta historia empieza el primer día de trabajo. Cuando entré al quinto curso de secundaria a dar mi primera clase, me topé con un grupo de estudiantes con un espíritu rebelde e indiferente. No fue difícil identificar a la líder, que a propósito era una señorita muy inteligente. Cada vez que entraba al aula de clase esta señorita de nombre Sandra, empezaba a inquietar al resto de alumnos, se ponía de pie sin pedir permiso; en pocas palabras hacía lo que le daba la gana. Mi posición frente a ella era la de ponerle en su sitio y disciplinarla. Pero esto no calmaba para nada a esta señorita.
Un día ya cansado de reprenderle me hice una pregunta ¿Cómo puedo cambiar la actitud negativa de Sandra?
Gracias a Dios se me ocurrió una idea genial, pedí a todos los alumnos que fueran pasando uno por uno por la biblioteca para conversar con ellos.
Mientras iba conversando con cada uno de mis estudiantes me di cuenta que Sandra los influenciaba a todos muy sutilmente.
Llegó el momento de conversar cara a cara sin ningún testigo con Sandra. Se sentó frente a mí, me miro a los ojos como desafiándome y esperando que la retara, pero se topó con la sorpresa de que su profesor le ofrecía disculpas por tratarle de forma enérgica y a veces tosca. Luego le dije que ella era una mujer muy inteligente y que sería una gran líder, que Dios la había escogido para influir en muchas personas, pero que necesitaba ir tallando su carácter y cambiar de actitud si quería llegar a ser muy importante.
De pronto su rostro altivo sé transformó y empezó a llorar y dijo: “discúlpeme por comportarme tan mal con usted, he tenido problemas por mi forma de ser en todos los colegios en que he estado, este es uno más de ellos”.
Mientras ella lloraba, me emocioné y empecé a llorar con ella. Fueron unas lágrimas hermosas porque desde ese día en el aula todo empezó a cambiar porque ella y yo nos comunicamos y nos perdonamos.

Cuando bajamos de nuestro pedestal y nos volvemos humildes, además de recordar que cada persona tiene emociones y sentimientos, que sufren, lloran, ríen, que son sensibles, pueden ocurrir milagros. Es hora de comunicarnos deponiendo actitudes y dando lugar al perdón.

lunes, 31 de agosto de 2020

Gracias por los Amigos-2

                     Marcelo A. Murúa 

Mis amigos me quieren, Señor, 
me acercan su sonrisa para alegrar mis días. 
Comparten mis silencios, escuchan mis palabras. 
Están conmigo en los buenos y en los malos días. 
Me regalan su ternura, comparten su cariño, 
me ofrecen sus brazos abiertos para el abrazo del encuentro. 
Me recuerdan tu Presencia, Padre Bueno, Dios de la Vida. 
Tu presencia siempre generosa, gratuita, fresca, 
llena de ternura maternal. 
Mis amigos me corrigen, Señor, me ayudan a mejorar, 
me muestran mis lados oscuros, me enseñan a cambiar. 
Porque me quieren me comentan mis errores, 
me levantan de mis caídas, 
me ayudan a superar conflictos y dificultades. 
Con ellos cuento siempre y por eso te doy gracias. 
Me recuerdan tu Presencia, Padre Bueno, Dios de la Vida. 
Te doy gracias, Señor, por mis amigos. 
Padre Bueno, Dios de la Vida, sus manos abiertas, cercanas, 
compañeras, me transmiten tu Presencia hecha encuentro y comunión. 
Por mis amigos y amigas ¡gracias a la vida, gracias a Dios!

No tiene precio

Un joven baja del metro de Nueva York vistiendo pantalón vaquero y camiseta. Se para cerca de la entrada… Saca su violín de la caja y comienza a tocar con entusiasmo para la multitud que pasa por ahí, en la “hora punta” del día.
Tocó durante 45 minutos, y fue prácticamente ignorado por todas las personas que pasaron.
Nadie sabía que el músico era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, ejecutando piezas musicales consagradas, con un instrumento rarísimo, un Stradivarius de 1713, estimado en más de 3 millones de dólares.
La experiencia del metro, grabada en video, muestra hombres y mujeres de andar ligero, taza de café en la mano y móvil al oído… Indiferentes al sonido del violín.
Esto es un ejemplo de tantas cosas que pasan por nuestras vidas, que son únicas, singulares y que no le damos importancia, porque no vienen con la “etiqueta de precio”.
Y eso es lo que necesitamos aprender, a valorar aquello que no tiene precio, porque no se compra.
No se compra la amistad, el amor, el afecto. No se compra el cariño, dedicación, abrazos y besos. No se compra el rayo de sol, ni las gotas de lluvia.
Desde hoy, seamos agradecidos a lo que Dios nos ofrece gratuitamente y seamos felices, mientras el día nos sonríe y el sol despliega luz en nuestro corazón apasionado por la vida, y también cuando los nubarrones aparecen en el horizonte de nuestra vida.
DIOS TE BENDIGA HOY, MAÑANA Y SIEMPRE.