sábado, 27 de agosto de 2022

Por la paz en la familia

Oh, Santa Mónica, esposa y madre ejemplar:
Tú que has experimentado las alegrías y dificultades de la vida matrimonial;
lograste tu traer a tu esposo Patricio,
un hombre de carácter rebelde e irascible, a la fe;
tú que lloraste tanto y rezaste día y noche por tu hijo Agustín
y no lo abandonaste ni siquiera cuando te engañó y huyó de ti.
Intercede por nosotros para que sepamos transmitir la fe en nuestra familia;
para que siempre amemos y logremos la paz.
Ayúdanos a engendrar a nuestros hijos también en la vida de la Gracia;
consuélanos en los momentos de tristeza
y alcánzanos desde la Santísima Virgen, Madre de Jesús y Madre nuestra,
verdadera paz y Vida Feliz para siempre. Amén.
Santa Mónica, ruega por nosotros.

¿Cuánto ganas por hora, papá?

HIJO: "Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?"
PAPÁ: "Sí, claro, hijo mío, pregúntame
HIJO: "Papá, ¿cuánto ganas por hora?"
PAPÁ: "Eso realmente no es asunto tuyo. ¿Por qué lo preguntas?"
HIJO: "Solo quiero saber. Por favor, dime, ¿cuánto ganas por hora?"
PAPÁ: "Si quieres saberlo, gano 100 € por hora".
HIJO: "Oh, es mucho dinero. (Con la cabeza baja). "Papá, ¿puedo pedir prestados 50 €?"
PAPÁ: "¡¿En serio?! Si estás pidiendo dinero prestado para algún juguete o juego tonto, puedes marcharte a tu habitación para pensar por qué estás siendo tan egoísta. Trabajo duro todos los días para mantener a esta familia, ¿y este es el agradecimiento que recibo?"
El niño se fue en silencio a su habitación y cerró la puerta.
El padre se sentó y comenzó a enfadarse aún más por las preguntas de su hijo. "¿Cómo se atreve a hacer una pregunta como esa solo para conseguir algo de dinero?" él estofado.
Después de una hora, el papá se calmó y comenzó a pensar: "¿Quizás había algo para lo que realmente necesitaba los 50 €? No pide dinero a menudo...".
Entonces, el papá fue a la puerta de su hijo y la abrió.
PAPÁ: "¿Estás dormido, hijo mío?"
HIJO: "No papi, estoy despierto".
PAPÁ: "He estado pensando, y tal vez fui demasiado duro contigo antes. Ha sido un día largo y estoy cansado. Aquí están los $50 que pediste".
El niño se sentó en la cama sonriendo.
HIJO: "¡Oh, gracias papá!"
Luego, metiendo la mano debajo de la almohada, el niño sacó algunos billetes de euros arrugados. Cuando el papá vio que el niño ya tenía dinero, comenzó a enfadarse otra vez cuando el pequeño contó lentamente su dinero y miró a su padre.
PAPÁ: "¿Para qué quieres más dinero si ya tienes?"
HIJO: "Porque no tenía suficiente, pero ahora sí. Papi, ahora tengo 100 €. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor, ven a casa temprano mañana. Me gustaría cenar contigo".
El padre estaba avergonzado. Puso sus brazos alrededor de su pequeño hijo y le suplicó perdón entre lágrimas.

Solo un recordatorio para todos los que trabajan tan duro en la vida para no dejar que el tiempo se nos escape sin dedicar un tiempo especial con aquellos que más importan.

jueves, 25 de agosto de 2022

Señor Jesús, diste la vida con amor

Señor Jesús, sé que tu vida se complicó demasiado,
por seguir este camino de verdad, compasión y justicia;
que te acorralaron y te condenaron;
que te clavaron en un madero como un maldito;
que te mataron para que las cosas siguiesen igual.
Pero yo sé que tú diste la vida con amor;
que tu vida, tu estilo de vida, no podía quedar en el sepulcro;
que tu Padre, Señor de la Historia, te levantó, te puso en pie.
Yo sé que resucitaste. Y contigo resucitó tu obra.
Lo sé. Y creo en ti, Señor Resucitado,
y, con tu ayuda, seguiré tus pasos. Amén.

El toro reproductor

                  (A sonreír un poco...)
Don Alejo tenía un toro reproductor, el mejor de la región. El toro era su único patrimonio. Los ganaderos locales descubrieron que el toro era el mejor reproductor de la zona, comenzaron a alquilarlo para cruzar sus vacas, comprobando que de ese cruce, salían los mejores terneros y el toro se convirtió en la única fuente de ingresos de Don Alejo.
Además, el toro era rendidor y rápido, no perdonaba a ninguna vaca que le pasara cerca, y parecía que nunca se cansaría de engendrar.
Un día, los ganaderos se reunieron y decidieron comprar el toro para no depender más de don Alejo. Un representante fue y le dijo:
– Ponle precio a tu toro que te lo vamos a comprar.
El campesino, que no quería perder su fuente de ingresos, pidió una cifra muy alta para que fuera rechazada.
Los ganaderos se quejaron al Alcalde por el precio del animal, y éste, sensibilizado con el problema, compró el toro con fondos municipales, registrándolo como patrimonio municipal y poniéndolo al servicio de toda la comunidad.
El día de la inauguración de los servicios, los ganaderos trajeron sus vacas para que el toro las preñara. Le pusieron la primera, y nada.
– Debe ser la vaca -dijo uno- es muy flaca.
Le trajeron una gran campeona Holandesa, el toro la olfateó, y ¡¡nada!! Le pasaron el rodeo entero, pero ¡el toro ni se inmutó!
El Alcalde, furioso, llamó al ex-dueño y lo amonestó para solucionar el problema... Se había gastado el dinero de los contribuyentes y no quería pensar que todo fuera una estafa más.
Don Alejo se acercó al toro y le habló al oído:
– ¡Qué haces hermano Toro! ¿No quieres trabajar más?
El Toro lo miró largamente... y con mucha pereza le respondió:
– Pero, ¿cómo quieres que trabaje? ¡no ves que ahora soy funcionario público!

martes, 23 de agosto de 2022

Ayúdame, Señor

Señor, quiero cambiar mi vida.
Quiero fuerza interior para cambiar el mundo.
Ayúdame, Señor, a buscar mi rostro,
a descubrirme por dentro con sinceridad,
a aceptarme como en realidad soy.
Ayúdame a aguantar mis miedos, mis inseguridades,
a superar mis fracasos y salir de mis desilusiones.
Ayúdame a valorar mis capacidades y mis valores,
a tener fe en la fuerza que has puesto en mi corazón.
Ayúdame a saber comenzar cada día,
apoyado en Ti y en mis hermanos.
Aquí estoy, Señor Jesús, con las manos abiertas a tu ayuda;
con el corazón cercano al que sufre.
Aquí estoy, Señor, para aprender que sólo el amor cambia la vida;
para no dejarme llevar por el odio y la injusticia;
para llevar esperanza a las personas pisoteadas.

Sólo se necesita 'miedo'

Había un rey de corazón noble y muy interesado por la búsqueda espiritual. A menudo se hacía visitar por yoguis y maestros místicos que pudieran proporcionarle prescripciones y métodos para su evolución interna. Le llegaron noticias de un asceta sospechoso y decidió hacerlo llamar para ponerlo a prueba.
El asceta se presentó ante el monarca, y éste, sin demora, le dijo:
-- ¡O demuestras que eres un místico auténtico o te haré ahorcar!
-- Majestad, dijo el asceta, os juro y aseguro que tengo visiones muy extrañas y sobrenaturales. Veo un ave dorada en el cielo y demonios bajo la tierra. ¡Ahora mismo los estoy viendo! ¡Sí, ahora mismo!
-- ¿Cómo es posible -inquirió el rey- que a través de estos espesos muros puedas ver lo que dices en el cielo y bajo tierra?
Y el asceta repuso:
-- Sólo se necesita miedo.

El Maestro dice: Caminar hacia la Verdad es más difícil que hacerlo por el filo de la navaja, por eso sólo algunos se comprometen con la Búsqueda.