sábado, 11 de diciembre de 2021

Virgen del Adviento

María, Virgen del Adviento, esperanza nuestra,
de Jesús la aurora, del cielo la puerta.
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo la reina.
Alza nuestros ojos hacia tu belleza,
guía nuestros pasos a la vida eterna. Amén.

Levanta a otras personas


Después de limpiar y arreglar mi casa, mi hermano me llamó diciendo: ′′Mi esposa y yo vamos camino de tu casa a visitarte".
Fui a la cocina a preparar algo para ellos, pero no tenía nada para servirles. Después de mucho buscar, todo lo que pude poner en mis manos fueron algunas naranjas. Así que hice dos vasos de zumo helado.
Cuando mi hermano y su esposa llegaron, me sorprendió ver a su suegra con ellos, que vino a visitarme por primera vez. Así que, serví los dos vasos de jugo para su esposa y su madre, y puse una taza de agua delante de mi hermano, diciendo:
- ′′Sé que te gusta el Sprite".
Tomó un trago y se dio cuenta de que era agua. Y de pronto su suegra dijo:
- "Tengo ganas de beber Sprite... Por favor, me darías un poco?"
Ahí estaba, perpleja y avergonzada, pero mi hermano me salvó diciéndole:
- ′′Te traeré un vaso limpio de la cocina".
Después de un tiempo, escuchamos el sonido de un vaso rompiéndose en la cocina.
Él volvió y le dijo a su suegra:
- ′′Lo siento, se me cayó de las manos y se rompió, pero no hay problema, iré a comprar otra".
Su suegra se negó y dijo: - ′′No, no hay necesidad de eso".
Finalmente, cuando se iban, mi hermano se despidió de mí y puso algo de dinero en mi mano, y dijo:
- "No olvides limpiar el Sprite que se cayó en la cocina para que no vengan hormigas".
Y se despidió con una sonrisa llena de amor...

Cuando estés en una posición más favorable, úsala para levantar a otras personas.
′′Atropellar′′ al otro nunca te hará mejor!

lunes, 6 de diciembre de 2021

Soy solo un niño

Mª Alonso Santamaría (20 de Noviembre, día de los derechos de los niñ@s)

Si me gritas me haces sordo. Si me callas me haces mudo.
Si me ignoras invisible. Miedoso cuando estoy solo.
Desconfiado al mentirme.
¡Quiéreme! Soy sólo un niño.
Si me escuchas me haces fuerte.
Cuando jugamos, amigos. Dame pan si tengo hambre.
Tápame si tengo frío. Si lloro dame consuelo.
Si río ríe conmigo. Edúcame con cariño.
Necesito tus abrazos, tus caricias y tus mimos.
Cuídame si estoy enfermo.
¡Quiéreme! Soy sólo un niño.

La historia de san Nicolás

San Nicolás Obispo de Mira en Turquía (Siglo IV). Su fama de persona llena de bondad, que repartía dulces a todos los niños, hizo de él, el protector de los niños.
Una de las historias más antiguas sobre San Nicolás, tiene que ver con un vecino de casa que tenía tres hijas en edad de casarse, pero no tenía suficiente dinero para asegurarles una dote. Para salvarlas de un destino de prostitución, Nicolás una noche, provisto de dinero envuelto en un paño, lo lanzó a través de la ventana de la casa del vecino y huyó para que no lo reconocieran. Gracias a esa donación, el vecino consiguió casar a la primogénita. Nicolás repitió su gesto generoso otras dos veces, pero la tercera noche, el padre de las jóvenes salió a tiempo de reconocer al misterioso benefactor, que sin embargo suplicó, no se dijera nada a nadie. 
Otra historia cuenta sobre tres jóvenes estudiantes de teología en viaje hacia Atenas. El patrón de la posada donde se habían detenido por la noche, los asaltó y los mató, escondiendo sus cuerpos en una barrica. El obispo Nicolás, también en camino hacia Atenas, se detuvo en la misma posada y tuvo en sueños la visión del delito cometido por el posadero. Recogido en oración, San Nicolás obtuvo el milagro del regreso a la vida de los tres muchachos y de la conversión del posadero malvado. 
Este episodio como el de la milagrosa liberación de Basilio, un muchacho raptado por los piratas y vendido como copero a un emir, contribuyeron a difundir su imagen de patrono de niños y jóvenes.
En su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños.
El santo murió el 6 de diciembre del año 345. En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde fue obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí, en secreto, las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia.

domingo, 5 de diciembre de 2021

Preparemos los caminos

          Himno de la Liturgia de las Horas-Adviento

Preparemos los caminos –ya se acerca el Salvador-
y salgamos, peregrinos, al encuentro del Señor.
Ven, Señor, a libertarnos, ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas y no tardes en venir.
El rocío de los cielos sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido, hecho niño, va a nacer.
De los montes la dulzura, de los ríos leche y miel,
de la noche será aurora la venida de Emmanuel.
Te esperamos anhelantes y sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro y que vengas a reinar.
Consolaos y alegraos, desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca, él es nuestra salvación.

La hermosa historia de Latif

Latif era el pordiosero más pobre, dormía en el zaguán de una casa diferente. Sin embargo, Latif era considerado el hombre más sabio del pueblo. Una mañana el rey apareció en la plaza saludando a todos, hasta que tropezó con Latif y sus súbditos le contaron de él.
El rey, divertido, se acercó al mendigo y le dijo:
- Si me contestas una pregunta te doy esta moneda de oro.
- ¿Cuál es tu pregunta?
Y el rey se sintió desafiado, entonces, se despachó con una cuestión que hacía días lo angustiaba y que no podía resolver.
La respuesta de Latif fue justa y creativa.
El rey se sorprendió, dejó su moneda a los pies del mendigo.
Al día siguiente el rey volvió y le hizo otra pregunta y otra vez Latif la respondió rápida y sabiamente.
- Latif, te necesito -le dijo el rey- te pido que vengas a palacio y seas mi asesor. Te prometo que no te faltará nada -juró el rey.
Lafit aceptó la propuesta del rey. Durante las siguientes semanas las consultas del rey se hicieron habituales. Obviamente esto desencadenó los celos de todos los cortesanos.
Un día todos los demás asesores pidieron audiencia al rey y le dijeron.
- Tu amigo Latif, como tú le llamas, está conspirando para derrocarte.
- No puede ser, no lo creo -dijo el rey.
- Puedes comprobarlo con tus propios ojos
El rey se sintió defraudado y dolido. Debía confirmar esas versiones. Esa tarde a las cinco, aguardaba oculto en el recodo de una escalera.
Desde allí vio cómo, en efecto, Latif llegaba a la puerta, miraba hacia los lados y con la llave que colgaba de su cuello abría la puerta de madera y se escabullía sigilosamente dentro del cuarto.
- ¿Lo visteis? -gritaron los cortesanos.
Seguido de su guardia personal el monarca golpeó la puerta.
- ¿Quién es? -dijo Latif desde adentro.
- Soy yo, el rey -dijo el soberano- ábreme.
Latif abrió la puerta.
No había nadie, salvo Latif. Ninguna puerta, o ventana, ninguna puerta secreta, ningún mueble que permitiera ocultar a alguien.
Solo había en el suelo un plato de madera desgastado, en un rincón una vara de caminante y en el centro de la sala una túnica raída colgando de un gancho en el techo.
- ¿Estás conspirando contra mí Latif?
- ¿Cómo se te ocurre decir eso, majestad -contestó Latif- de ninguna maneraa, ¿por qué lo haría?
- Por qué vienes aquí cada tarde en secreto. ¿Qué es lo que buscas si no te ves con nadie? ¿Para qué vienes a este cuchitril a escondidas?
Latif sonrió y se acercó a la túnica rotosa que pendía del techo. La acarició y le dijo al rey:
- Hace seis meses cuando llegué a tu castillo, lo único que tenía eran esta túnica, este plato y esta vara de madera -dijo Latif-. Ahora me siento tan cómodo con la ropa que visto, es tan confortable la cama en la que duermo, es tan halagador el respeto que me das y tan fascinante el poder que regala mi lugar a tu lado… que vengo cada día para estar seguro de una sola cosa... no olvidar nunca “QUIÉN SOY Y DE DÓNDE VINE”.