viernes, 28 de octubre de 2022

Te damos gracias, Señor

Te damos gracias, Señor, porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
«¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande! ¡Su caridad infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra! 
Cantemos sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo 
el Dios que nos justifica!» Amén.

Vino y comida gratis para todos


Un hombre adinerado entró a un bar en Panamá. Tan pronto como entró, se fijó en una mujer negra, sentada en una esquina.
Él se acercó al mostrador, sacó su billetera y gritó, "Barra libre, Voy a comprar bebidas para todos en este bar, excepto para esa mujer negra que está allá"
El camarero recogió el dinero y comenzó a servir copas gratis para todos en el bar, excepto a la mujer negra.
En lugar de molestarse, la mujer negra simplemente miró a el hombre y le dijo: "Gracias".
Esto enfureció al hombre rico. Así que, nuevamente, sacó su billetera y dijo: "Camarero" Esta vez voy a comprar botellas de vino y comida para todos en este bar, excepto para la mujer sentada en la esquina de allá".
El camarero recogió el dinero del hombre y comenzó a servir comida y vino gratis para todos en el bar, excepto a la mujer negra.
Cuando el camarero terminó de servir la comida y las bebidas, la mujer negra, simplemente miró al hombre, sonrió y le dijo, "Gracias".
Eso aún le enfureció más. Así que se acercó al mostrador y le preguntó al camarero:
- ¿Qué pasa con esa mujer negra? He comprado comida y bebidas para todos en este bar, excepto para ella, y en vez de enfadarse sólo se queda sentada allí, me sonríe y me dice Gracias. ¿Es que está loca?
El camarero sonrió al hombre rico y le dijo: - "No, ella no está loca. Ella es la dueña de este establecimiento".

No permitas que nadie te humille, ni te menosprecie. Siempre sonríe a la vida; la felicidad nadie te la puede comprar.
Cuando habla la ignorancia, la inteligencia se calla. ¡Respira y sonríe!

martes, 25 de octubre de 2022

Quiero volverte a ver

    (Himno de Laudes)

Porque, Señor, yo te he visto y quiero volverte a ver,
quiero creer.
Te vi, sí, cuando era niño y en agua me bauticé,
y, limpio de culpa vieja, sin velos te pude ver.
Devuélveme aquellas puras transparencias de aire fiel,
devuélveme aquellas niñas de aquellos ojos de ayer.
Están mis ojos cansados de tanto ver luz sin ver;
por la oscuridad del mundo, voy como un ciego que ve.
Tú que diste vista al ciego y a Nicodemo también,
filtra en mis secas pupilas dos gotas frescas de fe. Amén.

Un cuento acerca de la fe

El pequeño Roberto asistía a Primaria y la maestra les encargó una tarea: “investigar qué es la fe en Dios”.
Intrigado, de regreso a casa le preguntó a su tío:
- ¿Qué es la fe en Dios? Me la han puesto de tarea en la escuela.
Con una sonrisa, su tío le respondió: - ¿De verdad quieres saber que es la fe en Dios?
- “Si”, respondió Roberto.
- Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré.
Roberto vivía junto a la playa. Una vez allí, le entregó el chaleco salvavidas y las aletas.
- Pero yo no sé nadar, dijo Roberto.
- Lo sé, le dijo el tío, póntelos de todas maneras. -El niño lo hizo-. Ahora, camina hacia el mar de espaldas. Llegará un momento en el que sentirás que tus pies no tocan tierra. Déjate ir y échate de espaldas. No te hundirás, porque el chaleco te hará flotar.
Roberto estaba aterrado - ¡No tío, no quiero!
- ¡Hazlo!, le respondió, estaré junto a ti para que no tengas miedo. Así que tranquilo.
Roberto confió en su tío. Mientras caminaba de espaldas llegó un momento en el que sintió que no tocaba tierra. Dudó. Pero recordó las palabras de su tío, aparte que lo tenía cerca.
En un acto de valor, dio el siguiente paso ¡Ya no tocaba tierra! Sin embargo, flotó en el mar gracias al chaleco. Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz.
Ambos salieron del mar. Camino a casa, su tío le explico:
- En esto consiste la fe en Dios: el mar representa la vida. Yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. Cuando te adentres en el mar de la vida y sientas que no puedes salir a flote de tus problemas, debes creer que el chaleco de la fe te sostendrá. Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te atrevas a dar el primer paso de confiar en EL, vistiéndote el chaleco de la fe y arrojándote con él, para que puedas flotar en el mar de la vida con paz y tranquilidad.