viernes, 11 de julio de 2025
Himno a San Benito
unidas nuestras voces de creyentes,
pidamos al Señor que, al proclamarla,
inunde con su luz a nuestras mentes.
El gozo de creer sea alegría
de servir al Señor, y su Palabra
simiente en crecimiento día a día,
que al don de su verdad el mundo abra.
Clara es la fe y oscuro su camino
de gracia y libertad en puro encuentro,
si crees que Jesús es Dios que vino,
no está lejos de ti, sino muy dentro.
Legión es la asamblea de los santos,
que en el Señor Jesús puso confianza,
sus frutos de justicia fueron tantos
que vieron ya colmada su esperanza.
Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
si nuestra fe vacila, si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén.
Los consejos de papa
Jouls
Era un hijo que no le gustaba vivir en casa de su padre, por la constante "irritación" de su parte.
"Sí no vas a usarlo apaga el ventilador" "La TV está encendida en la sala donde no hay nadie.. ¡Apágala!" "Cierra la puerta" "No gastes tanto el agua"
Al hijo no le gustaba que su padre lo molestara por esas pequeñas cosas. Tuvo que aguantarlas hasta cierto día en que recibió una invitación para una entrevista de trabajo.
′′Tan pronto como consiga el trabajo, voy a dejar esta ciudad. No escucharé ni una queja más de mi padre." Fue lo que pensó.
Cuando salía para la entrevista, el papá le aconsejó:
— "Responde a las preguntas que se te hagan sin dudar. Incluso si no sabes la respuesta, menciónalo con confianza."
Él le dio más dinero del que realmente necesitaba para asistir a la entrevista.
El hijo llegó al lugar de la entrevista y se dio cuenta de que no había guardias de seguridad en la puerta.
Aunque la puerta estaba abierta hacia afuera, probablemente era una molestia para las personas que pasaban o entraban por ahí. Él cerró la puerta y entró en la oficina.
En ambos lados del camino, pudo ver hermosas flores, pero el jardinero había dejado la llave abierta y el agua en la manguera no dejaba de correr. El agua se desbordaba en el camino. Él levantó la manguera, la cambió de lugar y la puso cerca de otras plantas que la necesitaban.
No había nadie en el área de recepción, sin embargo, había un anuncio donde decía que la entrevista sería en el primer piso. Subió lentamente las escaleras.
La luz todavía estaba encendida probablemente desde la noche anterior.
Él recordó la advertencia de su padre:
— ′′¿Por qué estás saliendo de la sala sin apagar la luz?" -parecía que podía escucharlo ahora.
Se sintió molesto por éste pensamiento buscó el interruptor y apagó la luz.
Arriba, en un gran salón, vio a más personas sentadas, esperando su vez.
Él miró la cantidad de personas y se preguntó si tenía alguna oportunidad de conseguir el trabajo.
Entró en el pasillo con algo de nervios y pisó el tapete de "Bienvenida", colocado cerca de la puerta, pero se dio cuenta de que estaba boca abajo. Enderezó el tapete con algo de irritación.
Los hábitos son difíciles de olvidar.
Él vio que en primeras filas había muchas personas amontonadas esperando, mientras que las filas de atrás estaban vacías y varios ventiladores estaban funcionando junto a estos asientos.
Escuchó en su interior la voz de su padre de nuevo: ′′¿Por qué los ventiladores están conectados en el área donde no hay nadie?"
Apagó los ventiladores que no eran necesarios y se sentó en una de las sillas vacías.
Vio a muchos entrar a la sala de entrevista y salir inmediatamente por otra puerta. Así que no había manera de que alguien adivinara lo que se estaba preguntando en la entrevista.
Cuando llegó su turno, él se detuvo ante el entrevistador con cierta preocupación.
El responsable tomó sus papeles y sin mirarlos, preguntó:
— ¿Cuándo puedes empezar a trabajar?
Él pensó: ′′¿Será una pregunta capciosa que se está haciendo en la entrevista o es en serio que me están ofreciendo el trabajo?"
— ¿Qué estás pensando?, -preguntó el jefe-. No hacemos preguntas a nadie aquí, pues creemos que a través de ellas no podremos evaluar las habilidades del entrevistado. Por lo tanto, nuestra prueba es evaluar las actitudes de la persona. Hicimos algunas pruebas basadas en el comportamiento de los candidatos y observamos a todos a través de cámaras del edificio. Ninguno de los que vinieron aquí hoy, hizo nada para arreglar la puerta, la manguera, el tapete de bienvenida, apagar los ventiladores o las luces que estaban funcionando inútilmente. Tú fuiste el único que lo hizo, por eso decidimos darte el trabajo, -dijo el jefe-.
Él siempre solía molestarse con la disciplina de su padre, pero hasta ese momento, se dio cuenta de que, gracias a ello, consiguió su primer trabajo. La irritación e ira por su padre desaparecieron completamente, decidió que llevaría a su padre también al trabajo y regresó a casa feliz.
Todo lo que nuestros padres nos dicen es solo por nuestro bien, deseando un futuro brillante para nosotros. Para convertirnos en un ser humano de valor, necesitamos aceptar amonestaciones, correcciones y orientación, que eliminen los malos hábitos y comportamientos .
jueves, 10 de julio de 2025
Gracias, Jesús
Adaptación de una plegaria de J. Mª. Olaizola.
Te doy gracias, Jesús, por tu
misericordia.
Porque nos amas, tú el pobre.
Porque nos sanas, tú herido de amor.
Porque nos iluminas, aun oculto,
cuando tu ternura enciende el mundo.
Porque nos guías, siempre delante, siempre esperando.
Te doy gracias, Jesús, por tu misericordia.
Porque nos miras desde la congoja
y nos sonríes desde la inocencia.
Porque nos ruegas desde la angustia
de tus hijos golpeados,
nos abrazas en el abrazo que damos
y en la vida que compartimos.
Te doy gracias, Jesús, por tu misericordia.
Porque me perdonas más que yo mismo,
porque me llamas, con grito y susurro
y me envías, nunca solo.
Porque confías en mí, tú que conoces mi debilidad.
Te doy gracias, Jesús, por tu misericordia.
Porque me colmas y me inquietas.
Porque me abres los ojos
y en mi horizonte pones tu evangelio.
Porque cuando entras en ella, mi vida es plena.
Te doy gracias, Jesús, por tu misericordia.
y te pido que me ayudes a ser misericordioso.
El robo del reloj
- ¿Se acuerda de mí? Y el anciano le dice que NO.
Entonces el joven le dice que fue su alumno. Y el profesor le pregunta:
- ¿Qué estás haciendo, a qué te dedicas?
El joven le contesta:
- Bueno, me convertí en Profesor.
- Ah, qué bueno (le dijo el anciano)
- Pues, sí. De hecho me convertí en Profesor porque usted me inspiró a ser como usted.
El anciano curioso, le pregunta al joven qué momento fue el que lo inspiró a ser Profesor. Y el joven le cuenta la siguiente historia:
- Un día, un amigo mío también estudiante, llegó con un hermoso reloj nuevo, y decidí que lo quería para mí y lo robé, lo saqué de su bolsillo.
Poco después, mi amigo notó el robo y de inmediato se quejó a nuestro Profesor, que era usted. Entonces usted se dirigió a la clase:
- El reloj de su compañero ha sido robado durante la clase de hoy. El que lo robó por favor que lo devuelva.
- No lo devolví porque no quería hacerlo. Luego usted cerró la puerta y nos dijo a todos que nos pusiéramos de pie y que iría uno por uno para buscar en nuestros bolsillos hasta encontrar el reloj.
Pero nos dijo que cerráramos los ojos, porque lo buscaría solamente si todos teníamos los ojos cerrados.
Así lo hicimos y usted fue de bolsillo en bolsillo y cuando llegó al mío encontró el reloj y lo tomó.
Usted continuó buscando los bolsillos de todos y cuando terminó, dijo:
- "Abrid los ojos. Ya tenemos el reloj".
- Usted no me dijo nada y nunca mencionó el episodio. Tampoco dijo nunca quién fue el que había robado el reloj. Ese día usted salvó mi dignidad para siempre. Fue el día más vergonzoso de mi vida.
Pero también fue el día que mi dignidad se salvó de no convertirme en ladrón, mala persona, etc. Usted nunca me dijo nada y aunque no me regañó ni me llamó la atención para darme una lección moral, yo recibí el mensaje claramente. Y gracias a usted entendí que esto es lo que debe hacer un verdadero educador. ¿Se acuerda de ese episodio, Profesor?
Y el Profesor responde:
- "Yo solo recuerdo la situación, el reloj robado que busqué en todos los bolsillos.
Esto es la esencia de la docencia: Si para corregir necesitas humillar; no sabes enseñar"
martes, 8 de julio de 2025
Concédeme la fe
que sepa abrirte mis pensamientos y sentimientos y acciones,
mi pasado, mi presente y mi futuro, sin reservas.
Señor, haz que mi fe sea coherente,
que acepte las renuncias y los deberes que comporta
y sepa hacerla vida en cada momento de mi vida.
Señor, haz que mi fe sea fuerte,
que madure ante la contradicción de los problemas,
que encuentre cimiento más firme ante quienes la rechazan.
Señor, haz que mi fe sea alegre,
al saber y sentir que tu amor me envuelve,
al descubrir en cada persona la huella de tu gloria.
Señor, haz que mi fe sea activa
que sepa verte en los pobres y en cuantos me necesitan
y sepa avanzar por el camino de servicio y la entrega.
Señor, haz que mi fe sea humilde.
Porque estoy envuelto en debilidades,
que apoye mi fe en la fe de los hermanos, en la fe de la Iglesia.
Señor, haz que mi fe sea contagiosa,
a través de mis palabras, mi sonrisa y mi vida entera.
Que sepa transmitir, Señor, que Tú eres lo mejor que me ha pasado. Amén.
El león y las hienas
Susana Rangel
Dicen que el león no pelea con hienas… no porque no pueda. Sino porque no lo necesita. Podría destruirlas en segundos. Podría rugir, atacar, aplastar.
Pero no lo hace. Porque el león no pierde tiempo con lo que no vale la pena. No responde provocaciones. No discute con quien solo viene a molestar.
Observa. Calla. Y sigue su camino.
Y lo más curioso… es que las hienas, aunque lo rodean, le gritan, lo provocan… no lo atacan.
Solo lo ven pasar. Como si supieran que tocarlo… sería un error. Porque la fuerza del león no está en pelear… está en elegir cuándo no hacerlo.
Y aunque lo desafíen, él se mantiene en calma. Porque sabe lo que es. Porque no necesita demostrarlo.
Así también hay personas que aprendieron a no responder. A no entrar en juegos ajenos. A no rebajarse. No porque sean débiles… sino porque ya no están para perder su paz por cualquier ruido.
Hay momentos en la vida en los que entiendes: que no todo merece tu energía. Que hay cosas que no se resuelven peleando, sino ignorando con dignidad.
Y cuando aprendes eso… tu silencio se vuelve más fuerte que mil gritos.
domingo, 6 de julio de 2025
Envíame
José María R. Olaizola, SJ
Envíame sin temor, que estoy dispuesto.
No me dejes tiempo para inventar excusas,
ni permitas que intente negociar contigo.
Envíame, que estoy dispuesto.
Pon en mi camino gentes, tierras, historias,
vidas heridas y sedientas de ti.
No admitas un 'no' por respuesta
Envíame; a los míos y a los otros,
a los cercanos y a los extraños
a los que te conocen y a los que sólo te sueñan
y pon en mis manos tu tacto que cura.
en mis labios tu verbo que seduce;
en mis acciones tu humanidad que salva;
en mi fe la certeza de tu evangelio.
Envíame, con tantos otros que, cada día,
convierten el mundo en milagro.
El valor de un centavo
Susana Rangel
¿Cuánto vale un centavo? Para muchos… nada. Pero para él, fue el inicio de una fortuna. Esto pasó en Malasia, en los años noventa.
Un joven trabajaba en un banco. Tenía talento, ambición… y un ojo agudo para los detalles. Y un día, se dio cuenta de algo que nadie más veía: Cada vez que un cliente hacía una transferencia, el sistema redondeaba hacia abajo.
¿El resultado? Pequeños centavos desaparecían. Uno por aquí, otro por allá. Nadie los reclamaba. Nadie los extrañaba. Pero él sí. Y entonces… tuvo una idea.
Creó un programa que tomaba todos esos centavos “perdidos” y los enviaba directo a una cuenta secreta. Su cuenta. No le robaba a una persona… Le robaba al sistema. Un centavo por operación. Miles de operaciones por día. Millones por año.
Pasaron semanas. Meses. Y su cuenta creció tanto… que acumuló más de 10 millones de ringgits (equivalente a millones de dólares hoy).
Y nadie sospechaba. Hasta que una auditoría lo cambió todo. Descubrieron el fraude. Lo arrestaron.
Y aunque el escándalo fue enorme… hasta hoy, nadie sabe dónde quedó todo ese dinero.
Moraleja: No todos los ladrones usan máscaras. A veces, usan traje y saben programar. Porque incluso lo que tú consideras “insignificante”… puede ser el oro de alguien más.