Carta
del 21 de enero:
"Hoy he encontrado, junto al muelle, a un hombre que
pasa hambre..."
Carta
del 8 de febrero:
"¿Recuerdas a aquel hombre del que te hablé?
Raquel y yo hemos decidido acercarnos al muelle una vez y darle algo de pescado
que comer."
Carta
del 15 de febrero:
"...Continuamos visitándole... con la
comida diaria. Tememos, al mismo tiempo, que llegue el día en que no podamos
acercarnos hasta allí y el hombre del muelle se quede sin su pez. Él nos lo
agradece. Sus mejillas empiezan a recuperar color. Le vemos algo más fuerte.
Alguna noche le hemos invitado a casa a cenar con la familia. Es bastante
tímido..."
Carta
del 10 de marzo:
"Raquel y yo hemos decidido comprarle una
caña de pescar. Le pensamos regalar un manual, comprensivo y a todo detalle,
sobre aparejos y técnicas de pesca. Raquel era una aficionada hace algunos años
y se ha comprometido a pasar unos días a la semana para enseñar al hombre del
muelle a pescar. Dicen que el río está lleno de peces. Nosotros creemos que en
poco tiempo sabrá autoabastecerse de pescado. Podrá conseguir comida por su
cuenta y quizá algún dinerillo con la venta de la pesca sobrante."
Carta
del 23 de marzo:
"Surgen los problemas. Al hombre del
muelle de nada le ha servido aprender a pescar para prescindir de nosotros.
Necesita una licencia y no sé qué otros papeles para poder coger peces del río.
Los permisos cuestan un buen dinero y no tiene con qué pagar. Hemos sabido que
la explotación del río es exclusiva del municipio y no se puede pescar allí sin
los dichosos papeles en regla."
Carta
del 25 de marzo:
"Más problemas: la policía local pilló al
hombre del muelle pescando sin licencia y ahora se encuentra retenido. La
fianza (o la multa, que no me he enterado muy bien de qué va la cosa) no es muy
barata que se diga. Vamos a intentar costeársela. La gente del pueblo va
diciendo de él que ha intentado aprovecharse de la comunidad, que es un ladrón
y que le está bien merecido."
Carta
del 29 de abril:
"Otra complicación, y esta parece grave.
¿Te conté que el hombre del muelle salió de prisión y se hizo con los permisos
de pesca necesarios? Pues de nada le sirven: la fábrica de plásticos del
pueblo, río arriba, ha contaminado las aguas y todos los peces del río se han
muerto. No queda ni uno y la visión resulta desoladora. Dicen que no volverá a
haber pesca hasta dentro de diez años o así. La industria pagará una multa
astronómica (de sobra se lo podrá permitir), adquirirá no sé qué filtros para
residuos y seguirá produciendo..." .
Carta
del 30 de abril:
"... El hombre del muelle vuelve a pasar
hambre."
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