domingo, 25 de diciembre de 2022

«White Christmas»: la verdadera historia detrás de la canción

«Sueño con una Navidad blanca», dice la canción que nos hace sentir melancólicos cuando recordamos las lejanas navidades de nuestra infancia: nos parece que la nieve era más blanca, los adornos más festivos y los buenos sentimientos más extendidos.
Originalmente, White Christmas era la queja de un profesional obligado a pasar la Navidad lejos de su familia. Irving Berlin -su autor- cavilaba sobre las blancas Navidades de su infancia mientras se preparaba para pasar la Navidad en la soleada California.
Era el año 1940; y el compositor, triste por estar fuera de casa, escribió la canción que conocemos bien… con una notable diferencia, comenzaba así: “El sol brilla, la hierba es verde, Los naranjos y las palmeras se balancean. Nunca ha habido un día así en Los Ángeles. Pero es 24 de diciembre y anhelo estar en el norte”.
Berlín no tardó mucho en darse cuenta de que la distancia de la familia le provocaba tristeza, pero que sus fans no entenderían que se quejara de no estar en un Hotel de cinco estrellas de Beverly Hills.
Eso hizo que cambiara esas frases y la canción se transformara en un melancólico recuerdo de Navidades pasadas. Un símbolo de una infancia más inocente y más alegre que muchas veces parecemos haber perdido para siempre.
White Christmas fue interpretada por Bing Crosby en diciembre de 1941, logrando un moderado éxito de público. El propio Crosby declaró que la canción le había parecido bonita pero no tan especial como para convertirse en un gran éxito clásico.
Un año después todo había cambiado. Estados Unidos llevaba en guerra ya un año. Muchas familias no habían visto a sus maridos, padres, hijos durante meses; y muchas mujeres veían sillas vacías en la cena de Navidad de ese año.
Al escuchar la melancolía de aquellos que, lejos de casa, no pueden hacer otra cosa que soñar con una Navidad de antaño, era inevitable que pensaran en aquellos soldados del frente, rodeados por los horrores de guerra y en constante peligro para su vida.
En la melancolía de navidades pasadas, muchos vieron a los refugiados de guerra que se habían visto obligados a abandonar sus hogares para salvarse de los bombardeos o para escapar de la persecución racial.
Y así, aquella canción navideña se convirtió en un éxito arrollador: Se cantaba durante las colectas de fondos que se hacían a favor de los refugiados que emigraban a los Estados Unidos. Muchas iglesias y muchas escuelas la enseñaron a los niños, sugiriendo que la cantaran pensando en sus compañeros menos afortunados.
La canción perdió sus connotaciones más bélicas en las últimas décadas, en casi todas partes se hizo la ilusión de que la guerra era un recuerdo del pasado.
Lamentablemente, la historia reciente nos ha demostrado que estas esperanzas no estaban tan bien fundadas. Y nuevamente este año muchas familias se encontrarán lamentando dolorosamente sus Navidades habituales, que ya no están allí.

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