En
1945, un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago creó una revista
cuya misión era la de alertar a todo el mundo sobre los peligros de la energía
nuclear y otras armas de destrucción masiva.
La
primera representación de reloj tuvo lugar en 1947, cuando el cofundador de la
revista, solicitó a una artista llamada Martyl Langdorf, la creación de un
diseño de portada para la revista.
Martyl
optó por la idea de «usar un reloj para simbolizar la urgencia». Su plan fue
repetir la imagen cada mes con un color de fondo distinto. Para ver como
quedaría, dibujó su primer boceto (la parte superior izquierda de un reloj, con
el minutero acercándose a medianoche).
Martyl
pretendía que la imagen del reloj trasmitiera un sentimiento de peligro
inminente, por ese motivo posicionó la aguja a 7 minutos de medianoche. La idea
de mover el minutero vino posteriormente, en 1949, como un modo de dramatizar
la respuesta del magazín a los acontecimientos mundiales.
Aunque
el reloj ya no es la ilustración principal de la portada de la revista, se
mantiene como parte integral del logo del magazín. El Reloj fue completamente
rediseñado en 1989 para hacer hincapié en su carácter global.
Los
movimientos de la manecilla del Reloj, adelante o atrás, sigue reflejando la
percepción del peligro de sucesos catastróficos.
El
Reloj del Juicio final ha ido variando su hora a lo largo de los años,
acercándose o alejándose de la medianoche según los dictados de la política
mundial. Hemos estado a 17 minutos en 1991 tras la firma de los tratados de
reducción de armamento entre la Unión Soviética y EE. UU. y en el otro extremo,
hemos llegado a los dos minutos para medianoche en 1953 tras las pruebas
nucleares llevadas a cabo por las mismas potencias.
En
enero de 2015 el minutero avanzó hasta los tres minutos para medianoche.
En
enero de 2018 se realizó un nuevo ajuste al reloj, llegando a las 23:58, es
decir, a 2 minutos de la medianoche. Ha permanecido a esta hora en 2019.
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