jueves, 21 de noviembre de 2019

En la Presentación de la Virgen María

La niña María -¡qué gracia en su vuelo!-
paloma del cielo, al templo subía
y a Dios ofrecía el más puro don:
sagrario y mansión por él consagrada
y a él reservada en su corazón.
¡Oh blanca azucena!, la Sabiduría
su trono te hacía, dorada patena,
de la gracia llena, llena de hermosura.
Tu luz, Virgen pura, niña inmaculada,
rasgue en alborada nuestra noche oscura.
Tu presentación, princesa María,
de paz y alegría llena el corazón.
De Dios posesión y casa habitada,
eres la morada de la Trinidad.
A su Majestad la gloria le sea dada. Amén.

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