miércoles, 2 de septiembre de 2020

El jardín del rey

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, un Clavel floreciendo y más fresco que nunca. El rey le preguntó:
- ¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y umbrío?
– No lo sé. -contestó la flor- Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías claveles. Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado. En aquel momento me dije: “Intentaré ser Clavel de la mejor manera que pueda” y heme aquí el más hermoso y bello clavel de tu jardín.

Sólo podremos florecer el día que aceptemos que somos lo que somos, que somos únicos y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer.
Cada ser Humano Creación de Dios… es ÚNICO…, aceptémonos como el Padre Celestial nos hizo, con su infinita sabiduría y AMOR.
No busquemos tanto la belleza externa, sino la que reside en nuestro interior, en el Espíritu, en el Alma, en el Corazón.

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