lunes, 31 de agosto de 2020

No tiene precio

Un joven baja del metro de Nueva York vistiendo pantalón vaquero y camiseta. Se para cerca de la entrada… Saca su violín de la caja y comienza a tocar con entusiasmo para la multitud que pasa por ahí, en la “hora punta” del día.
Tocó durante 45 minutos, y fue prácticamente ignorado por todas las personas que pasaron.
Nadie sabía que el músico era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, ejecutando piezas musicales consagradas, con un instrumento rarísimo, un Stradivarius de 1713, estimado en más de 3 millones de dólares.
La experiencia del metro, grabada en video, muestra hombres y mujeres de andar ligero, taza de café en la mano y móvil al oído… Indiferentes al sonido del violín.
Esto es un ejemplo de tantas cosas que pasan por nuestras vidas, que son únicas, singulares y que no le damos importancia, porque no vienen con la “etiqueta de precio”.
Y eso es lo que necesitamos aprender, a valorar aquello que no tiene precio, porque no se compra.
No se compra la amistad, el amor, el afecto. No se compra el cariño, dedicación, abrazos y besos. No se compra el rayo de sol, ni las gotas de lluvia.
Desde hoy, seamos agradecidos a lo que Dios nos ofrece gratuitamente y seamos felices, mientras el día nos sonríe y el sol despliega luz en nuestro corazón apasionado por la vida, y también cuando los nubarrones aparecen en el horizonte de nuestra vida.
DIOS TE BENDIGA HOY, MAÑANA Y SIEMPRE.

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