miércoles, 10 de noviembre de 2021

Árboles de raíces profundas

Durante un tiempo fui vecino de un médico cuyo pasatiempo era plantar árboles en el enorme patio de su casa.
Desde mi ventana veía cómo día a día los plantaba. Lo que más me llamaba la atención era que no regaba los arbolitos. Tanta era mi curiosidad que un día me fui a preguntarle.
- Estimado vecino, me dijo, si riego los arbolitos, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando el agua que diariamente tendría que echarles. Al no regarlos, tardarán más en crecer, pero sus raíces se verán obligadas a profundizar en la tierra en busca del agua y de los nutrientes que se encuentran en las capas más profundas del suelo. Así, los árboles tendrán raíces profundas y serán más resistentes.
Por los avatares de la vida me fui a vivir a otro país. Cuando después de varios años volví a mi antigua casa, vi que mi vecino había cumplido su sueño, tenía un hermoso bosque.
Pronto llegó el rigor del invierno y en un día muy ventoso, cuando todos los árboles de la calle estaban arqueados por el viento, pude notar la solidez de los árboles de mi vecino, que casi ni se movían.
Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, al ser privados de agua, les había beneficiado mucho más, que el confort o un trato mucho más delicado.

“Siempre pedimos que las cosas sean fáciles, pero lo que necesitamos es pedir que en nuestro interior se formen raíces fuertes y profundas; para que cuando las tempestades lleguen sin previo aviso y los vientos helados soplen, seamos capaces de resistir, en vez de ser derrotados y destruidos como lo son los árboles sin raíces profundas”.

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