Por curiosidad, sin pretender ser exhaustivo y exacto
Las notas musicales surgieron en la antigua Grecia, donde Pitágoras descubrió que los sonidos se generan según proporciones matemáticas en cuerdas vibrantes.
En el año 650 d. C., San Isidoro desarrolló un nuevo sistema de escritura musical, utilizando una notación llamada "neumas". Los cantos vocales, que eran la música popular de la época, se escribían en pergamino con el texto, sobre el cual se escribían los neumas, que indicaban el contorno de la melodía. 350 años después, alrededor del año 1000 d.C., el teórico musical italiano Guido D'Arezzo vio que la gente tenía dificultades para aprender cantos a partir de "neumas" y pensó que debía existir un sistema de notación más preciso. Creó un sistema de cuatro líneas (una versión temprana de los de cinco líneas que utilizamos hoy) y organizó las notas en grupos llamados "hexacordios", utilizando las sílabas Ut, Re, Mi, Fa, Sol, La, basadas en un himno religioso. Más tarde, “Ut” fue reemplazado por “Do” por ser más fácil de pronunciar, y se añadió “Si” para completar la escala. Este sistema evolucionó hasta la notación moderna, incluyendo el pentagrama y el temperamento igual, que dividió la octava en 12 partes iguales.
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