sábado, 18 de enero de 2025

Una hermosa historia

Él tiene más de ochenta años e insiste en llevar de la mano a su esposa dondequiera que va. Cuando le pregunté por qué su mujer caminaba como distraída, como si estuviera en otro mundo, él me respondió con ternura:
— Porque tiene Alzheimer.
— ¿No te preocupa que se angustie si la sueltas, o simplemente si te cansas de llevarla? le pregunté intrigado.
Él me miró y, con una sonrisa serena, me dijo:
— Ella no se preocupa… Hace años que ya no sabe quién soy. Ya no me reconoce.
Sorprendido, le dije:
— ¡Qué increíble! Aun así sigues acompañándola, cada día, a pesar de que ella no te reconoce.
El hombre, con una expresión llena de amor y paciencia, me miró directamente a los ojos y respondió:
— Ella no sabe quién soy yo, pero yo sí sé quién es ella. ¡Es el amor de mi vida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario