Anthony de Mello, “El canto del pájaro”
Un hombre
caminaba sosegadamente por los alrededores de una aldea india. Vestía una
túnica simple, llevaba un hatillo a la espalda y calzaba sandalias. De pronto,
alguien le alcanzó corriendo por detrás y le dijo entrecortadamente:
- ¡La
piedra, la piedra! ¡Dame la piedra! Tuve un sueño esta noche y la diosa Visnú
me dijo que encontraría cerca de esta aldea a un hombre que posee la mayor
piedra preciosa del mundo y que yo podría conseguirla.
- Te
refieres a esta, dijo el otro sacando de su hatillo un enorme diamante, la encontré
esta mañana junto al camino. Llévatela si quieres, yo no la necesito.
El hombre
contempló deslumbrado el diamante más grande y hermoso que jamás había visto.
En sus destellos veía todo lo que podría adquirir gracias a él: se haría rico,
cambiaría de casa, tendría sirvientes, compraría el elixir de la eterna
juventud… Cogió el diamante de las manos del caminante y echó a correr. El
hombre lo miró alejarse y se sentó a meditar a la sombra de un árbol junto al
camino.
Al día
siguiente vio venir hacia él al hombre que le había quitado el diamante. Se
acercó a él con la piedra preciosa en la mano, se la entregó y le dijo:
- Dime, a
cambio cuál es la fuerza y el secreto que te permite desprenderte con tanta
facilidad de este diamante.
Fácil, el desapego. Mi hija me robó dos fincas, gracias a no apaguerme a lo material , la sigo Amando, le deseo lo mejor . Se q nada me llevaré el día,q me valla. Así q sin rencor con mucha paz me siento tan feliz!!! propiedadesmgm@gmail.com
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