elegido de Dios para sus grandes designios en el mundo,
predilecto de la Virgen María, Reina de los cielos,
cuyas glorias y amor publicaste y difundiste,
alcánzanos el triunfo de la verdad sobre el error.
Tu, que fuiste columna de la Iglesia,
alcánzanos para ella eficaces y oportunos auxilios,
gran fervor y espíritu apostólico a sus ministros
y piedad y pureza de costumbres al pueblo cristiano.
Oh modelo de santidad y penitencia, hijo fiel y amante de María,
concédenos de Ella que sostenga nuestra debilidad
para no apartarnos en la tierra de las enseñanzas del Evangelio.
Y ya que en la tierra fuiste poderoso en obras y doctrinas,
sea también eficaz en el cielo tu intercesión para alcanzarnos
una santa vida y dichosa muerte. Amén.
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