Es
una historia relatada por Henry J. M. Nouwen. El texto es la adaptación que
hace Wayne W. Dyer de dicha historia en su libro “Tus zonas sagradas”
Dos bebés se encuentran en el vientre
materno, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una
conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu. Éste
le dice a Ego:
- “Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay vida después del nacimiento”.
- “Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay vida después del nacimiento”.
Ego responde:
- “No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de vida después del nacimiento.”
- “No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de vida después del nacimiento.”
Espíritu calla durante un rato, pero
su voz interior no le permite permanecer en silencio durante más tiempo.
- “Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir. También creo que hay una madre.”
- “Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir. También creo que hay una madre.”
- “¡Una madre!” -exclama Ego con una
carcajada-. “¿Cómo puedes ser tan absurdo? Nunca has visto una madre. ¿Por qué
no puedes aceptar que esto es lo único que hay? La idea de una madre es
descabellada. Aquí no hay nadie más que tú y yo. Ésta es tu realidad. Ahora
cógete a ese cordón. Vete a tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay
ninguna madre.”
Espíritu deja, resignado, la
conversación, pero la inquietud puede con él al cabo de poco.
- “Ego” -implora-, “por favor,
escucha, no rechaces mi idea. De alguna forma, pienso que esas constantes
presiones que sentimos los dos, esos movimientos que a veces nos hacen sentir
tan incómodos, esa continua recolocación y ese estrechamiento del entorno que
parece producirse a medida que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante,
y lo experimentaremos muy pronto.”
- “Ahora sé que estás completamente
loco” -replica Ego-, “Lo único que has conocido es la oscuridad. Nunca has
visto luz. ¿Cómo puedes llegar a tener semejante idea? Esos movimientos y
presiones que sientes son tu realidad. Eres un ser individual e independiente.
Éste es tu viaje: oscuridad, presiones y una sensación de estrechamiento a tu
alrededor constituyen la totalidad de la vida. Tendrás que luchar contra eso
mientras vivas. Ahora, aférrate a tu cordón y, por favor, estate quieto.”
Espíritu se relaja durante un rato,
pero al fin no puede contenerse por más tiempo.
- “Ego, tengo una sola cosa más que
decir, y luego no volveré a molestarte.”
- “Adelante” -responde Ego,
impaciente-.
- “Creo que todas estas presiones y
toda esta incomodidad no sólo van a llevarnos a una nueva luz celestial sino
que cuando eso suceda vamos a encontrarnos con la madre cara a cara, y conocer
un éxtasis que superará todo lo que hemos experimentado hasta ahora. A veces, cuando
estoy en silencio y me concentro realmente la llego a escuchar, puedo percibir
su presencia, y escucho su voz cariñosa, llamándome desde arriba.”
- “Estás totalmente loco. Ahora sí que
estoy convencido.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario