jueves, 18 de mayo de 2017

Hágase...

"María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
Hágase. Y la Palabra se hizo carne en la tierra de María.
Hágase. Y en el mundo se hizo espacio al rostro de Dios plasmado en una mujer.
Hágase. Y, en María, lo femenino se convirtió en lugar de encuentro
de comunicación de Dios en el mundo.
Hágase. Y apareció en todo su esplendor la acogida y la entrega,
la sensibilidad para captar el misterio de Dios y la ternura en el ser humano.
Hágase. Y María entabló un diálogo íntimo con la palabra, la guardó en el corazón;
gracias a María la fe echó raíces profundas en la condición humana.
El Padre abre sus manos, y el Verbo vuela a tu arcilla;
y el espíritu de Amor te fecunda con su Vida.
Eres la esclava de Dios, eres Tierra prometida;
eres Nueva Humanidad donde ha llegado el Mesías.
Alégrate, Virgen pura, Vaso de cristal, María,
donde lo humano y divino se hacen al hombre bebida”.

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