viernes, 13 de septiembre de 2019

El billete de cien euros


Un famoso predicador comenzó su sermón enseñando un billete de 100 euros. Y preguntó a los asistentes:
- ¿Quién de ustedes quiere este billete de 100 euros?
Las manos empezaron a alzarse. Les dijo:
- Voy a dar este billete a uno de ustedes, pero antes déjenme hacer esto.
Y empezó a arrugar el billete. Siguió preguntado:
- ¿Todavía lo quieren? La gente levantó las manos.
- ¿Y si hago esto? Dejó caer el billete al suelo y comenzó a pisarlo y ensuciarlo con sus zapatos.
Lo recogió, ahora arrugado y sucio.
- ¿Todavía lo quiere alguien?
Las manos seguían levantándose.
- Amigos, han aprendido una valiosa lección. Hiciera lo que hiciera al billete, ustedes seguían deseándolo porque, a pesar de su aspecto cada vez más feo y sucio, sabían que su valor seguía siendo el mismo. Seguía valiendo 100 euros.

Nosotros somos ese billete. Muchas veces ensuciados y aplastados por nuestras propias decisiones o por las decisiones de los demás. Nos sentimos indignos y sin valor. Pero el valor de nuestras vidas no está en lo que hacemos sino en lo que somos.

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