miércoles, 11 de septiembre de 2019

Déjanos soñar, Señor

                        Martín Luther King

Señor, sueño que llegará un día
en que los hombres se elevarán por encima de sí mismos
y comprenderán que están hechos para vivir juntos en hermandad.
Todavía sueño con aquella Navidad,
que llegará el día en que todos los negros de este país,
todas las personas de color del mundo, serán juzgadas
por el contenido de su personalidad y no por el color de su piel...
y que la hermandad será algo más que unas palabras colocadas al final de un sermón...
Todavía sueño hoy que con esta fe seremos capaces
de transformar los límites de la desesperación.
Con esta fe podremos anticipar el día de paz en la tierra
y de buena voluntad para todos los hombres.
Será un día glorioso: los luceros del alba cantarán unidos
y tus hijos, Señor, exultarán de alegría

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