sábado, 9 de mayo de 2020

Olimpiadas del amor y solidaridad


A través de internet encontramos esta historia que, supuestamente, ocurrió en las Olimpiadas Especiales de Seattle. No hay datos históricos que nos digan que sucediera así, puede ser una de esas llamadas “leyendas urbanas” que expresan el valor de la solidaridad. La historia tiene como referente un hecho acaecido en Estados Unidos. Según los muchachos de la oficina de Olimpiadas Especiales en Washington, el incidente ocurrió en un evento de “track and field” (deportes de pista y campo de juego) en 1976 que tuvo lugar en Spokane, Washington. Un participante se tropezó, y uno o dos de los otros atletas volvieron para ayudarle, culminando la carrera cruzando la línea de meta juntos, pero fueron uno o dos, no todos los participantes del evento. El resto continuó la carrera. Y ahora la historia:
Nueve participantes, todos con discapacidades mentales o físicas, se alinearon para correr la carrera de 100 metros. Al sonar la señal, todos salieron, no exactamente a toda velocidad, pero con la voluntad de dar lo mejor de sí, terminar la carrera y ganar. Sin embargo, un muchacho tropezó, cayó al suelo y comenzó a llorar.
Los otros ocho disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Uno a uno, se detuvieron y dieron la vuelta. Una de las jóvenes, con síndrome de Down, se inclinó, le dio un beso al muchacho y le dijo:
- "Levántate, ahora vas a ganar".
Y los nueve corredores unieron sus manos y caminaron juntos hasta la meta. El estadio entero se puso de pie, los aplausos duraron varios minutos. Y las personas que estaban allí continuaron repitiendo esa historia hasta hoy.
El lema de las Olimpiadas Especiales es “Déjame ganar. Pero si no gano, déjame ser valiente en el intento”

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