sábado, 9 de mayo de 2020

María, lámpara encendida

En ella se realizan las promesas de nuestra salvación;
en Ella se refleja la belleza primera con la que Dios concibió a la humanidad.
En Ella se restablece el coloquio de los Ángeles con el hombre inocente;
en Ella reaparece la integridad virginal que el mundo admira y que no tiene.
En Ella se cumple el misterio soberano de la Encarnación
que glorifica a Dios y trae la paz a la tierra.
En Ella, el silencio profundo del alma perfecta y abierta hacia el infinito,
se transforma en amor, en palabra, en vida, se hace Cristo.
En Ella, toda piedad, gentileza, soberanía y poesía es viva;
en Ella el dolor se hace tan acerbo
que ningún otro corazón de madre puede igualarlo.
En Ella, tanto la fe como la esperanza,
la fortaleza y la bondad, la humildad y la gracia
con esa estela de realismo y misterio tienen expresiones sobrehumanas.
En Ella cual cirio encendido, se irradia a Cristo y su Espíritu.

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