jueves, 3 de mayo de 2018

María Inmaculada, mujer eucarística

Juan Pablo II ante la Imagen de la Inmaculada en la Plaza de España de Roma (8-12-2004)

¡Virgen Inmaculada!
Una vez más estamos aquí para rendirte homenaje
Tu intacta belleza espiritual
es para nosotros fuente viva de confianza y de esperanza.
Tenerte como Madre, Virgen Santa,
nos afianza en el camino de la vida
como prenda de eterna salvación.
Por ello a ti, oh María, recurrimos confiados.
Ayúdanos a construir un mundo
en el que la vida del hombre
se vea siempre amada y defendida;
toda forma de violencia, desterrada;
la paz, por todos tenazmente buscada.
¡Virgen Inmaculada!,
concédenos celebrar y adorar
con renovada fe y ardiente amor
el santo misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Bajo tu magisterio, oh Mujer eucarística,
enséñanos a conmemorar las maravillosas obras
que Dios no deja de realizar en el corazón de los hombres.
Con materno desvelo, Virgen María,
guía siempre nuestros pasos por los caminos del bien. Amén.

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