martes, 1 de mayo de 2018

La elección de vivir

Jerry era el tipo de persona que te encantaría odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, el respondía “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”. Era un gerente especial porque tenía varias camareras que lo habían seguido de restaurante en restaurante; la razón era por la actitud siempre positiva de. Jerry. Era un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Jerry estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación.
Este estilo de Jerry me causó curiosidad, así que un día fui a buscarlo y le pregunté:
- ¿No lo entiendo? No es posible ser una persona positiva todo el tiempo… ¿Cómo lo haces?
Jerry respondió:
- “Cada mañana me despierto, saludo a Dios con una oración, le doy gracias por permitirme estar vivo un día más y me digo a mi mismo, Jerry, tienes dos opciones hoy, puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que viene alguien a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida. “
- “Si… claro… pero no es tan fácil”, protesté.
- “Si lo es, dijo, todo en la vida es acerca de qué elijas. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o mal humor. En resumen: “TU ELIGES COMO VIVIR LA VIDA”. DIOS nos concedió ese Don”.
Reflexioné en lo que me dijo Jerry. Poco tiempo después, dejé la industria de restaurantes para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Jerry cuando tenía que hacer una elección en la vida y cómo reaccionar ante ella.
Varios años más tarde, me enteré que Jerry hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante. Dejó la puerta de atrás abierta una mañana y fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes se asustaron y le dispararon.
Con mucha suerte, Jerry fue encontrado pronto y llevado urgentemente a una clínica. Después de 18 horas de cirugía y semanas de rehabilitación intensiva, Jerry fue dado de alta, aunque con fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con Jerry seis meses después del accidente y cuando le pregunté como estaba, me respondió:
- “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo”.
Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó:
- “Lo primero que me vino a la mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el suelo recordé que tenía dos opciones: “Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir.
- ¿No sentiste miedo?, le pregunté.
Jerry continuó:
- “Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que me iba a poner bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de médicos y enfermeras, realmente me asusté… podía leer en sus ojos ‘es hombre muerto’. Supe entonces que debía poner en marcha una acción.
- ¿Qué hiciste?, pregunté.
- “Bueno… primero le di gracias a DIOS porque hasta ahora me había dejado vivir y le dije, “quiero seguir viviendo, pero que se haga tu voluntad, no la mía”. Después uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundamente grité ¡¡Sí..!!, a las balas… Mientras reí les dije: “Estoy escogiendo vivir… opérenme como si estuviera vivo, no muerto y no se preocupen DIOS decide el resto.”
Jerry vivió sin lugar a duda gracias a DIOS, EL les dio maestría a los médicos para no fallar en la operación… y la asombrosa actitud y decisión de Jerry fue crucial.

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