sábado, 31 de diciembre de 2022

Oración al final del Año

Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de ti.
Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar
y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los afectos más sinceros,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal empleado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal realizado,
y perdón por vivir sin entusiasmo y frivolidad.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón Señor del tiempo y la Eternidad.
En los próximas horas iniciaremos un año nuevo,
y detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar.
Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad, conciliación y la sabiduría;
quiero vivir cada día del nuevo año con optimismo y bondad,
llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Señor, mis oídos a toda falsedad y mis labios a la mentira,
que no pronuncie palabras egoístas, mordaces o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno
que mi espíritu se llene de tu bendición.
Cólmame de bondad y de alegría para que,
cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí
encuentren en mi vida un poquito de tu presencia.
Danos un año feliz y enséñanos a ser mejores personas
cada día hasta encontrarnos en tu presencia. Amén.

El árbol de manzanas

Hace muchos años existió un árbol de manzanas donde un niño pequeño solía jugar. Él le tenía un gran amor, pues podía treparlo, le daba sombra y alimento. Pero, pasó del tiempo, el pequeño creció y nunca volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día, el muchacho regresó y escuchó que el árbol le decía:
– Estoy muy triste, juega conmigo.
– Ya no soy el mismo niño que solía jugar en el árbol, le respondió el muchacho. Ahora quiero juguetes y necesito dinero para comprarlos.
– Lo siento -dijo el árbol-. No tengo dinero, pero puedes tomar mis manzanas y venderlas. De esta manera tendrás dinero para tus juguetes.
El muchacho se sintió muy feliz, cortó las manzanas, las vendió y obtuvo dinero. Entonces, el árbol fue feliz de nuevo. Pero el muchacho no volvió después de vender las manzanas, por lo que el árbol volvió a estar triste. Tiempo después, el muchacho -ahora todo un hombre- regresó y el árbol se alegró de verlo. Le dijo:
– ¿Vienes a jugar conmigo?
– No tengo tiempo para jugar -le contestó- debo trabajar para mi familia, pues necesito una casa para mi esposa e hijos. ¿Podrías ayudarme?
– No tengo una casa para ti, respondió el árbol, pero puedes cortar mis ramas y construir una con mi madera
El hombre cortó todas las ramas del árbol y, a pesar del sacrificio, esto hizo feliz al árbol. Sin embargo, después de haber construido su casa, el hombre no volvió y el árbol volvió a sentirse triste y solitario.
Un cálido día de verano el hombre regresó y el árbol preguntó con alegría:
– ¿Jugarás conmigo?
– No. Estoy triste pues me estoy volviendo viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Podrías darme uno?
El árbol contestó:
– No tengo un bote, pero puedes usar mi tronco para construir uno y así puedas navegar y ser feliz.
El hombre cortó el tronco y construyó su bote donde navegó durante largo tiempo. Después de muchos años, finalmente regresó con el árbol, pero este, preocupado, le dijo:
– Lo siento, ya no tengo nada que darte. No puedo darte sombra, ni manzanas, ni madera.
El hombre respondió:
– Ya no tengo dientes para morder ni fuerza para escalar. También estoy viejo.
– Realmente no puedo darte nada -dijo el árbol con tristeza en sus palabras-. Lo único que me queda son mis raíces.
– No necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar -contestó el hombre-. Las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse después de tantos años.
El hombre se sentó junto a las raíces del árbol, y el árbol volvió a ser feliz.
Moraleja: Esta podría ser la historia de todos nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos jóvenes, amamos a papá y mamá, y jugamos con ellos. Cuando crecemos, solemos olvidarlos y solo nos acordamos de ellos cuando necesitamos algo o tenemos problemas. Pero no importa lo que nos agobie, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Quizás hayas pensado que el muchacho de la historia fue cruel contra el árbol, pero así somos muchos de nosotros. Valoremos a nuestros padres mientras los tenemos a nuestro lado, y si ya no están en este mundo, haz que la calidez de su amor viva siempre en tu corazón

domingo, 25 de diciembre de 2022

Navidad actual (canción)

Si tienes tristeza, alégrate: la Navidad es gozo.
Si tienes enemigos reconcíliate: la Navidad es paz.
Si tienes amigos, búscalos: la Navidad es encuentro.
Si hay pobres a tu lado: ayúdalos, la Navidad es don.
La Navidad es gozo, la Navidad es paz,
la Navidad encuentro, encuentro en Navidad.
Si tienes soberbia, sepúltala: la Navidad es humildad.
Si tienes compromisos, cúmplelos: la Navidad es justicia.
Si tienes pecados, conviértete: la Navidad es gracia.
Si tienes tinieblas, ilumínalas: la Navidad es luz.
La Navidad es gozo, la Navidad es paz,
la Navidad encuentro, encuentro en Navidad.
Si tienes errores, ponte a pensar: la Navidad es verdad.
Si tienes odio, olvídalo: la Navidad es amor.
La Navidad es gozo, la Navidad es paz,
la Navidad encuentro, encuentro en Navidad.

A los pobres… feliz Navidad.
A los niños… feliz Navidad.
A los padres… feliz Navidad.
A los hijos… feliz Navidad.
A los enfermos… feliz Navidad.
A los amigos… feliz Navidad.
A los tristes… feliz Navidad.
A los que están solos… feliz Navidad.
A los que están lejos… feliz Navidad.
A los vecinos… , a todos ¡¡Feliz Navidad!!

«White Christmas»: la verdadera historia detrás de la canción

«Sueño con una Navidad blanca», dice la canción que nos hace sentir melancólicos cuando recordamos las lejanas navidades de nuestra infancia: nos parece que la nieve era más blanca, los adornos más festivos y los buenos sentimientos más extendidos.
Originalmente, White Christmas era la queja de un profesional obligado a pasar la Navidad lejos de su familia. Irving Berlin -su autor- cavilaba sobre las blancas Navidades de su infancia mientras se preparaba para pasar la Navidad en la soleada California.
Era el año 1940; y el compositor, triste por estar fuera de casa, escribió la canción que conocemos bien… con una notable diferencia, comenzaba así: “El sol brilla, la hierba es verde, Los naranjos y las palmeras se balancean. Nunca ha habido un día así en Los Ángeles. Pero es 24 de diciembre y anhelo estar en el norte”.
Berlín no tardó mucho en darse cuenta de que la distancia de la familia le provocaba tristeza, pero que sus fans no entenderían que se quejara de no estar en un Hotel de cinco estrellas de Beverly Hills.
Eso hizo que cambiara esas frases y la canción se transformara en un melancólico recuerdo de Navidades pasadas. Un símbolo de una infancia más inocente y más alegre que muchas veces parecemos haber perdido para siempre.
White Christmas fue interpretada por Bing Crosby en diciembre de 1941, logrando un moderado éxito de público. El propio Crosby declaró que la canción le había parecido bonita pero no tan especial como para convertirse en un gran éxito clásico.
Un año después todo había cambiado. Estados Unidos llevaba en guerra ya un año. Muchas familias no habían visto a sus maridos, padres, hijos durante meses; y muchas mujeres veían sillas vacías en la cena de Navidad de ese año.
Al escuchar la melancolía de aquellos que, lejos de casa, no pueden hacer otra cosa que soñar con una Navidad de antaño, era inevitable que pensaran en aquellos soldados del frente, rodeados por los horrores de guerra y en constante peligro para su vida.
En la melancolía de navidades pasadas, muchos vieron a los refugiados de guerra que se habían visto obligados a abandonar sus hogares para salvarse de los bombardeos o para escapar de la persecución racial.
Y así, aquella canción navideña se convirtió en un éxito arrollador: Se cantaba durante las colectas de fondos que se hacían a favor de los refugiados que emigraban a los Estados Unidos. Muchas iglesias y muchas escuelas la enseñaron a los niños, sugiriendo que la cantaran pensando en sus compañeros menos afortunados.
La canción perdió sus connotaciones más bélicas en las últimas décadas, en casi todas partes se hizo la ilusión de que la guerra era un recuerdo del pasado.
Lamentablemente, la historia reciente nos ha demostrado que estas esperanzas no estaban tan bien fundadas. Y nuevamente este año muchas familias se encontrarán lamentando dolorosamente sus Navidades habituales, que ya no están allí.

jueves, 22 de diciembre de 2022

Oración de Adviento a Santa María de Belén

María de Belén, madre de Jesús,
Ante ti nuestro corazón…
Enséñale a crecer en amor y amistad.
María de Belén, madre de Jesús,
Ante ti nuestras manos…
Enséñales a construir una nueva Navidad.
María de Belén, Madre de Jesús,
Ante ti nuestra fe…
Enséñale a ser sincera y comprometida.
María de Belén, madre de Jesús,
Ante ti nuestros miedos y temores…
Enséñanos a ser valientes en la vida.
María de Belén, madre de Jesús,
Ante ti nuestros caprichos y egoísmos
Enséñanos a ser generosos y solidarios.
María de Belén, madre de Jesús,
Ante ti nuestra navidad llena de regalos…
Enséñanos a compartir con generosidad

El millonario y el anciano pobre

En una noche fría, un multimillonario se encontró afuera con un anciano pobre.
Él le preguntó: "¿No tienes frío ahí afuera?, ¿Ni siquiera llevas un abrigo?".
El anciano respondió: "No tengo abrigo, pero estoy acostumbrado".
El multimillonario respondió: "Espérame. Iré a casa y te traeré un abrigo.
El pobre estaba tan feliz y dijo que lo esperaría.
El multimillonario llegó a su casa y allí atendió al teléfono y se olvidó del pobre.
A la mañana siguiente se acordó del pobre anciano y salió a buscarlo pero lo encontró muerto a causa del frío.
El pobre anciano dejó una nota que decía: "Cuando no tenía ropa de abrigo, tenía la fuerza mental para combatir el frío, pero cuando me prometiste ayudarme, me aferré a tu promesa y eso mató mi poder mental".

Moraleja: No prometas nada si no puedes cumplir tu promesa. Puede que no sea necesario para ti, pero podría serlo todo para otra persona

martes, 20 de diciembre de 2022

¡Abre tu puerta!

Señor: Tú llegas a nuestro mundo
y nos invitas a abrir la puerta de nuestro corazón
a todos los hombres y mujeres del mundo.
Tú ya nos dijiste que eres Tú quien viene
cuando alguien llama a nuestra puerta.
Tu palabra es ésta: “He aquí que estoy a la puerta y llamo.
Si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré y cenaré con él y él conmigo”.
Señor: que sepamos escuchar tu voz,
esa voz que nos llega por nuestros hermanos.
¡Que abramos la puerta para acogerte!

Cachorros en venta

El dueño de un negocio colocó este cartel: "Cachorritos en Venta"
A los niños les atraen esta clase de anuncios y no pasó mucho tiempo para que uno entrara en la tienda y preguntara:
- ¿Cuál es el precio de los perritos?
- Entre 30 € y 50 €, contestó el dueño.
El niño sacó de su bolsillo unas pocas monedas:
- Sólo tengo 2.35... € ¿Puedo verlos?
El hombre sonrió y silbó. De la trastienda, salió su perra corriendo seguida por cinco cachorritos. Uno de ellos no corría como los demás. El niño inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba.
- ¿Qué le pasa a ese perrito? -preguntó.
El hombre le explicó que al nacer, el veterinario dijo que tenía la cadera defectuosa y que cojearía el resto de su vida.
El niño se entristeció mucho y exclamó:
- ¡Ese perrito es el que quiero comprar!
El hombre replicó:
- No, tú no vas a comprar ese cachorro, si realmente lo quieres, yo te lo regalo.
El niño se disgustó y, mirando directo a los ojos del hombre, le dijo:
- Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré todo. Ahora, le doy los 2.35 €, y 50 céntimos cada mes, hasta que complete el pago.
El hombre contestó:
- Tienes que pensarlo antes de comprarlo porque nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros.
El niño se inclinó y se levantó el pantalón para mostrar su pierna izquierda inutilizada, sostenida con un aparato metálico. Miró de nuevo al hombre y le dijo:
- Bueno, yo tampoco puedo correr muy bien y el perrito necesitará a alguien que lo entienda.
Al hombre se le hizo un nudo en la garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas... tomó aire, sonrió y dijo:
- Hijo, sólo espero que cada uno de estos cachorritos llegue a tener un dueño como tú.

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie, te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo, es aquel que llega cuando los demás te han dejado.

domingo, 18 de diciembre de 2022

A María, madre de la esperanza

              Ecclesia in Europa, 125

María, Madre de la esperanza, ¡camina con nosotros!
Enséñanos a proclamar al Dios vivo;
ayúdanos a dar testimonio de Jesús, el único Salvador;
haznos serviciales con el prójimo,
acogedores de los pobres, artífices de justicia,
constructores apasionados de un mundo más justo;
intercede por nosotros que actuamos en la historia
convencidos de que el designio del Padre se cumplirá.
Aurora de un mundo nuevo,
¡muéstrate Madre de la esperanza y vela por nosotros!
Vela por la Iglesia en Europa:
que sea trasparencia del Evangelio;
que sea auténtico lugar de comunión;
que viva su misión de anunciar, celebrar y servir
el Evangelio de la esperanza
para la paz y la alegría de todos.
Reina de la Paz, ¡protege la humanidad del tercer milenio!
Vela por todos los cristianos:
que prosigan confiados por la vía de la unidad,
como fermento para la concordia del Continente.
Vela por los jóvenes, esperanza del mañana:
que respondan generosamente a la llamada de Jesús;
Vela por los responsables de las naciones:
que se empeñen en construir una casa común,
en la que se respeten la dignidad y los derechos de todos.
María, ¡danos a Jesús! ¡Haz que lo sigamos y amemos!
Él es la esperanza de la Iglesia y de la humanidad.
Él vive con nosotros, entre nosotros, en su Iglesia.
Contigo decimos « Ven, Señor Jesús » (Ap 22,20):
Que la esperanza de la gloria
infundida por Él en nuestros corazones
dé frutos de justicia y de paz!

¿Feliz Navidad, Felices Fiestas?

- ¡Feliz Navidad!
- ¿En qué mundo vives? Se dice "felices fiestas".
- ¿Ah sí? ¿Por qué, Jorge?
- Porque en todo el mundo se celebran muchas fiestas, no sólo navidad. Hay Januká, Kwanzaa, fin de año. Son muchas culturas y hay que respetarlas.
- Ah, vaya. Entonces, ¿todos ellos también dicen "felices fiestas"?
- Pues no lo sé, pero el respeto tiene que empezar por alguien.
- Ah, ok. Gracias por el consejo, Persona.
- ¿Por qué me llamas "persona"? Me llamo Jorge.
- Lo sé, Persona. Pero en este mundo hay muchas personas, y debemos empezar a respetarlas a todas. Entonces, empiezo contigo, Persona.
- Pero esa es mi identidad. ¡Me llamo Jorge!
- Y yo, por mi identidad como cristiano, la fiesta que celebro se llama Navidad. ¿Ves que no es divertido cuando tratan de alterar tu identidad? ¡Feliz Navidad, Jorge!

sábado, 17 de diciembre de 2022

Oración para el buen humor

           Santo Tomás Moro

Señor, dame una buena digestión o cualquier cosa que digerir.
Dame la salud del cuerpo 
y el buen humor necesario para mantenerla.
Dame, Señor, un alma sencilla
que sepa atesorar todo lo que es bueno
y no se asuste a la vista del mal, sino que más bien
encuentre el modo de volver a poner las cosas en su sitio.
Dame un alma que no conozca el aburrimiento,
las quejas, los suspiros, los lamentos,
y no permitas que me enfade excesivamente
por aquello que tanto daña y que se llama "yo".
Dame, Señor, el sentido del buen humor.
Concédeme la gracia de comprender una broma
para descubrir en la vida un poco de alegría
y hacer partícipe de ella a los demás.

El zapatero pobre

Había una vez un zapatero que se quejaba a Dios continuamente de su extrema pobreza.
Un día bajó el Señor a la tierra en forma de mendigo, se acercó a su casa y le dijo:
- Buen hombre, hace tiempo que no como y estoy muy cansado, aunque no tengo ni una moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando.
El zapatero le respondió:
- ¡Yo también soy pobre y ya estoy cansado de que todo el mundo viene a pedir y nadie viene a dar!
- Yo puedo darte lo que tu quieras le contestó el Señor.
- ¿Dinero inclusive?, le preguntó el zapatero.
- El Señor le respondió: Yo puedo darte 10 millones de euros, pero a cambio de tus piernas
- ¿Para qué quiero yo 10 millones de euros si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?, dijo el zapatero
- Entonces el Señor replicó: Esta bien, te podría dar 100 millones de euros a cambio de tus brazos".
- El zapatero respondió: ¿Para qué quiero yo 100 millones de euros si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos?
- Entonces el Señor le dijo: En este caso, te puedo dar 1.000 millones de euros a cambio de tus ojos.
- A lo que el zapatero respondió asustado: ¿Para qué me sirven 1000 millones de euros si no voy a ver el amanecer, ni a mi familia y amigos, ni todas las cosas que me rodean?
Entonces el Señor le dijo:
- Ah, hijo mío, ya ves qué fortuna tienes y no te das cuenta.

viernes, 16 de diciembre de 2022

Salmo 84: Nuestra salvación está cerca

Señor, has sido bueno con tu tierra,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
Restáuranos, Dios Salvador nuestro;
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
La fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

Salir con otra mujer

Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Había comenzado a salir con otra mujer, aunque debo reconocer que, en realidad, fue idea de mi esposa.
- Sabes que la amas -me dijo un día tomándome por sorpresa-. La vida es muy corta, dedícale tiempo.
- Pero yo te amo a ti -contesté.
- Lo sé. Pero también la amas a ella.
La otra mujer a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi madre, pero las exigencias de mi trabajo y mis hijos hacían que sólo lo hiciera ocasionalmente. Esa noche la llamé para invitarla a cenar e ir al cine.
- ¿Qué te ocurre? ¿Estas bien?, me preguntó.
Mi madre es el tipo de mujer a la que una llamada por la noche o una invitación por sorpresa es indicio de malas noticias.
- Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo, le respondí. Los dos solos ¿qué opinas?
- Se lo pensó un momento y respondió: Me gustaría muchísimo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla después de mi trabajo estaba nervioso, pero a la vez muy feliz... Cuando llegué a su casa vi que ella también estaba muy emocionada. Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo, se había rizado el pelo y llevaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas. Su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.
- Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se mostraron muy emocionadas, -me comentó mientras subía a mi coche-. No podrán esperar a mañana para que les cuente sobre nuestra velada.
Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero sí muy acogedor, mi madre se agarró a mi brazo como si fuera la Primera Dama de la Nación. Cuando nos sentamos tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras. Después de unos minutos, levanté la vista; mi madre sólo me miraba. Una sonrisa nostálgica se le dibujaba en los labios.
- Era yo quien te leía el menú cuando eras pequeño ¿Recuerdas?
- Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolverte el favor, respondí.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación, nada extraordinario, sólo ponernos al día de nuestras cosas. Hablamos tanto que se nos pasó la hora del cine.
- Saldré contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar, -dijo mi madre, la besé y acepté la invitación-.
- ¿Cómo estuvo la cita? -quiso saber mi esposa cuando volví a casa aquella noche.
- Muy agradable, mucho más de lo que imaginé.
Días más tarde mi madre murió de un infarto. Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, la nota decía: “La cena está pagada por anticipado, estoy segura de no poder ir, pero lo dejé pagado para ti y tu esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mí. ¡Te amo!
En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo "TE AMO" y de darles a nuestros seres queridos el tiempo y el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que Dios y tu Familia, dales tiempo, porque ellos no pueden esperar. Si vive tu madre, disfrútala... si no..., recuérdala...

“Dios te puede perdonar, pero el Tiempo nunca”

jueves, 15 de diciembre de 2022

Frutos de conversión

Concédenos, Señor, dar los frutos que pide la conversión
para que podamos recibir tu reino que se acerca.
Abaja los montes y las colinas de nuestro orgullo
y levanta los valles de nuestros desánimos y de nuestras cobardías.
Destruye los muros del odio que dividen a las naciones
y allana los caminos de la concordia entre los hombres.
Prepara, Señor, en nuestros corazones,
un camino para tu Palabra que ha de venir, así tu gloria
se manifestará al mundo por medio de nosotros.

Zanahoria, huevo o café

Una hija se quejaba a su padre sobre su vida y cómo las cosas le resultaban muy difíciles. No sabía qué hacer para seguir adelante y estaba apunto de darse por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un plato. Sacó los huevos y los colocó en otro. Coló el café y lo puso en un tazón. Mirando a su hija le dijo:
- Querida hija, ¿qué ves?
- Zanahorias, huevos y café, fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Confusa, la hija preguntó:
- ¿Qué significa esto, papa?
Él le explicó que los tres elementos habían pasado la misma adversidad: ¡agua hirviendo!, pero habían reaccionado de forma diferente. La zanahoria llegó al agua siendo fuerte y dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua siendo frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
- ¿Cuál de estos tres eres tú?, preguntó a su hija, cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando una dificultad o problema llega a tu vida, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, posees un espíritu fluido, pero después de la adversidad y el dolor te tocan te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero... ¿estás amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. ¡Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor! Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor... ¡tú reaccionas mejor! y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

domingo, 11 de diciembre de 2022

A abrir camino me llamas

     Pachi Loidi

No hay caminos en mi vida, Señor;
apenas senderos que hoy abro y mañana desaparecen.
Yo vivo en encrucijada y mi brújula, Señor, no marca el norte.
Yo corro cansado hacia la meta y el polvo del camino
se me agarra a cada paso, como la oscuridad a la noche.
Yo voy a galope caminando, y a tientas busco un rastro,
y sigo unas pisadas. Y me digo: ¿Dónde me lleva el camino?
¿Eres quien ha extendido a lo largo de mi vida un camino?
¿Dónde me lleva? Si Tú lo has trazado quiero saber la meta.
Señor, Tú sales al paso en mi camino para marcar mi rumbo.
Es tu voz, hecha llamada, quien me indica, palmo a palmo,
mi ruta por el llano o la montaña escarpada.
Es tu voz, hecha llamada, quien me arranca
de mi vida fácil y segura, de los míos y de lo mío.
Es tu voz, hecha llamada, quien me lanza a ser apoyo, y servicio,
y comprensión, y alegría, y ayuda... de los otros.
Señor, yo busco tu camino (sólo uno), y me fío de tu Palabra.
Dame fuerza y tesón a cada paso para caminar contigo.
Dame un grupo de amigos decididos, prontos a la marcha.
Tú, que eres Camino, da luz verde a mi vida
pues a abrir camino Tú me llamas

El zapatero

En un país perdido entre montañas hay un pueblecito que no es ni grande ni chico. No hace mucho que al zapatero le sucedió algo muy curioso. Resulta que una mañana, mientras rezaba, recibió la visita de un misterioso personaje que le dijo:
- Juan, tu vida le parece agradable al Señor Jesús y hoy te visitará.
El zapatero, muy contento, empezó por barrer y arreglar su tienda, sin dejar de lado el trabajo de ese día. Se afeitó y se arregló con detalle y puso algo más de lo normal en la cazuela de sopa.
De repente se abrió la puerta y entró en la tienda una mujer con muy mala reputación en el pueblo, que venía con ganas de hablar con alguien. El zapatero la atendió con paciencia, pero pensaba: ‘¡Ay de mí, si viene Jesús en este momento y me encuentra hablando con esta mujer, no podré recibirlo como deseo!’ Después de charlar un rato con la mujer, ésta se marchó muy contenta y Juan se quedó solo y siguió con su trabajo.
Su imaginación no paraba de preguntarse ‘¿cómo será Jesús?, ¿será como el cuadro de mi habitación?, ¿o quizás como el gran Cristo que hay en la parroquia?
Mientras pensaba en todo esto entró en la tienda una pobre mujer con su hijo, necesitados de todo y especialmente de amor. El zapatero les atendió lo mejor que pudo, les dio unas manzanas y ambos salieron de allí con un par de zapatos nuevos.
Estaba siendo un día muy movido para el zapatero y parecía que no había sitio para Jesús, pues otra vez se abrió la puerta de la tienda y entró un vagabundo mal vestido y medio borracho.
- ¿No tendrás un poco de agua… ardiente, hermano? -le dijo a Juan riéndose a carcajadas- estoy cansado de beber vino.
- Pasa, pasa -le dijo el zapatero- te daré agua fresca para que te laves la cara y un plato de sopa caliente.
Compartieron la comida y un buen rato de charla amistosa. El vagabundo dejó la casa del zapatero con ganas de tomarse la vida de otra manera.
Pasaron las horas y se hizo de noche. El zapatero cerró su tienda y se sintió triste, pues Jesús no había venido. Se sentó en su rincón de oración y se quejó:
- Señor, ¿Cómo es que no has venido? Yo te he esperado durante todo el día.
Cual no sería su sorpresa cuando oyó una voz en su corazón que le decía:
- Amigo, tres veces te he visitado hoy, y las tres me has atendido con mucho cariño y amor. Cada vez que alguien entraba en tu tienda era yo el que te visitaba.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Himno de Adviento a la Virgen

Ruega por nosotros, Madre de la Iglesia.
Virgen del Adviento, esperanza nuestra,
de Jesús la aurora, del cielo la puerta.
Madre de los hombres, de la mar estrella,
llévanos a Cristo, danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,
del Señor la esclava, del mundo la reina.
Alza nuestros ojos hacia tu belleza,
guía nuestros pasos a la vida eterna.

"El tonto del barrio"

Se cuenta que en una ciudad del interior un grupo de personas se divertía con "el tonto" del barrio; un hombre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de pequeños trabajos y de limosnas. Casi a diario llamaban "al tonto " al bar en que se reunían y le daban a escoger entre dos monedas: una grande, de cien pesos y otra pequeña, de quinientos pesos. Él siempre escogía la más grande y menos valiosa, lo cual era motivo de risas para todos.
Cierto día, alguien que observó aquello, conmovido, esperó a que los demás se distrajeran y lo llevó aparte para explicarle que la moneda más grande valía menos...
- Ya lo sé -respondió él-, vale cinco veces menos. Pero el día en que yo escoja la otra el juego se acaba y no voy a ganar más mi moneda.

Esta historia podría acabar aquí, como una nota curiosa o como un chiste, tal vez. Pero se pueden obtener algunas conclusiones: La primera: "quien parece tonto no siempre lo es". La segunda: "¿quiénes son realmente los tontos en estos casos?" La tercera: "una ambición desmedida puede terminar acabando con tu fuente de ingresos".
Pero la conclusión más interesante es "que podemos estar bien sin importar lo que los demás piensen de nosotros". Y que, a veces, el hombre verdaderamente inteligente es el que aparenta ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente.

viernes, 9 de diciembre de 2022

Señor de la vida y del amor

Señor de la vida y el amor,
que no se termine la solidaridad.
que la próxima Navidad sea un tiempo
para aprender a conjugar el verbo «compartir».
Que cada día haya más personas
capaces de espabilar su corazón,
para contemplar el sufrimiento de los demás
y abrir las manos generosas para la ayuda.
Señor, que nuestros pies nunca se cansen
de recorrer el camino que lleva a la casa del dolor,
para llenarla de alegría y esperanza.
Señor de la vida y el amor, necesitamos personas
que se entreguen sin esperar nada a cambio.
Señor, gracias de verdad porque mirando a nuestro alrededor
observamos mucha gente buena que quiere a los demás,
que sueña con un mundo mejor y se esfuerza por construirlo.

Los tres leones

La siguiente historia tiene mucho que ver con nuestra forma de ver la vida; ver las dificultades con temor, con impaciencia, con debilidad; en fin, leámosla para que aprendamos de ella:
En la selva vivían tres leones. Un día el mono, representante elegido por los animales, convocó a una reunión para pedirles tomar una decisión:
─ Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí:
─ Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. No queremos luchar entre nosotros porque somos muy amigos. Necesitamos saber cuál será el elegido, pero ¿cómo descubrirlo?
Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los tres leones.
─ Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que los tres vais a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será elegido nuestro Rey.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero, también se rindió. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, cómo elegirían un rey. En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
─ ¡Yo sé quien debe ser el rey!
Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
─ ¿Cómo?, preguntaron todos.
─ Es simple, dijo el águila. Yo volaba cerca de ellos y cuando volvían derrotados de su escalada a la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña. El primer león dijo: ¡Montaña, me has vencido! El segundo león dijo: ¡Montaña, me has vencido! El tercer león dijo: ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Porque ya has llegado a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo. La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: Él es rey de sí mismo, está preparado para ser rey de los demás.
Los animales aplaudieron entusiasmados al tercer león que fue coronado Rey de los animales.

Moraleja: Muchas veces solemos ver los problemas como montañas invencibles; creemos que todo es imposible, que no somos capaces, que si fallamos no tenemos salida.

jueves, 8 de diciembre de 2022

María, tu madre, nuestra madre

Padre Bueno, dame la fe de la Virgen María
para que yo también pueda decir «sí» a todo lo que me pides.
Ayúdame a confiar en ti y a seguir tú camino.
Que no me borre de ser tu amigo en los momentos difíciles,
Cuando más cuesta ser cristiano
porque hay que esforzarse en ser bueno.
Que siempre siga el ejemplo de María,
Madre tuya y madre nuestra.
Padre Bueno, quiero aprender a decir que se haga tu voluntad.
Enséñame cada día
a parecerme un poco más a María, tu Madre;
Siempre dispuesta a cuidar de su hijo Jesús
Y a ser la madre buena de los discípulos de su hijo.

Totalmente pagado (Dedicado a las madres)

Una madre y su hijo preadolescente tuvieron una terrible pelea.
Mas tarde cogió una hoja de papel y fue escribiendo unas cuantas cosas. Después, lleno de rabia y muy enfadado, se la llevó a su madre que estaba preparando la comida en la cocina. Después de secarse las manos y quitarse el delantal, leyó lo que decía la nota:
Por cortar el césped: 10 €, por limpiar mi cuarto: 2 € , por ir a la tienda a comprar: 3 €, por cuidar a mi hermano: 5 €, por sacar la basura toda la semana: 5 €, por recoger las hojas del jardín: 10 €, por sacar buenas notas: 10 € ... Me debes en total: 45 €
La madre lo leyó con interés mientras el niño aguardaba expectante. Después cogió el lapicero y en el reverso de la misma hoja escribió:
Por llevarte nueve meses en mi barriga: NADA. Por tantas noches de desvelos, cuidarte y rezar por ti: NADA. Por quedarme toda la noche sin dormir junto a tu cama y preocupada porque estabas enfermo: NADA. Por comida, ropa y educación: NADA. Por la alegría y el amor que hay en nuestra familia: NADA. Por cogerte de la mano y darte apoyo: NADA. Por preocuparme cada día por tu futuro: NADA. Por las noches en vela esperando que llegases a casa: NADA. Por los campamentos de verano que tuve que pagar sin poder comprarme ropa para mi: NADA. Por las veces que deje de salir con mis amigas para ayudarte: NADA. Por las veces que escuché pacientemente tus problemas, darte consejos y ayudarte: NADA ...Costo de todo mi amor: NADA
Cuando el niño terminó de leer lo que había escrito su madre, tenía los ojitos llenos de lágrimas. La miró tiernamente a los ojos y le dijo:
- "Te quiero mucho, mamá".
Luego tomó el lapicero y escribió en el papel con letras grandes: "totalmente pagado".

Nunca entenderás lo mucho que tus padres han hecho y hacen por ti hasta que tú también seas padre o madre. Dales más y pídeles menos. Recuerda lo mucho que puedes ofrecerles aunque no sea dinero. Cuando somos jóvenes, muchas veces, no sabemos apreciar el valor que tiene un padre, una madre; pero siempre llega el día en el que nos damos cuenta que nuestra madre y nuestro padre es lo más grande que tenemos en la vida.

martes, 6 de diciembre de 2022

Oración de Adviento

Señor, Jesús, en este tiempo de Adviento,
ponemos en ti nuestra confianza.
Fortalece nuestra esperanza para saber descubrirte
ya presente entre nosotros.
Descubrirte en la gente buena
que pasa por la vida haciendo el bien.
Despiértanos de nuestros sueños
y levántanos de nuestro egoísmo.
Prepara nuestros corazones
para que se conviertan en la casa amable y humana
en la que Tú puedas nacer.
Te esperamos y salimos a tu encuentro.
Cuando llegues, llenos de alegría
te daremos el mejor de nuestros abrazos.
Señor, que este tiempo de Adviento
nos ayude a vivir centrados en Jesús.

Pato o águila... tú decides

Rodrigo estaba haciendo fila para ir al aeropuerto. Cuando un taxista se acercó, lo primero que notó fue que el taxi estaba limpio y brillante. El chófer bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones bien planchados, el taxista salió del auto dio la vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi. Le alcanzó un cartón plastificado y le dijo: yo soy Willy, su chófer. Mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión.
Rodrigo leyó la tarjeta: Misión de Willy: “Llevar a mis clientes a su destino de la manera más rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amistoso”.
Rodrigo quedó impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior, ¡impecable!
Mientras se colocaba el cinturón Willy le dijo, “Le gustaría un café? Tengo unos termos con café normal y descafeinado”. Rodrigo bromeando le dijo: “No, preferiría un refresco” Willy sonrío y dijo: “No hay problema tengo una nevara con refrescos de Cola normal y ‘0’, agua y zumo de naranja”. Casi tartamudeando Rodrigo le dijo: “Tomaré la Cola ‘0’.
Pasándole su bebida, Willy le dijo, “Si desea usted algo para leer, tengo el periódico de hoy y algunas revistas…”
Y como si esto no fuera demasiado, Willy le dijo que tenía puesto el aire acondicionado y preguntó si la temperatura estaba bien para él.
Luego le informó de la mejor ruta a su destino a esa hora del día. También le dijo que estaría contento de conversar con él o, si prefería lo dejaría permanecería en silencio.
- “¿Dime Willy, -le preguntó asombrado Rodrigo- siempre has atendido a tus clientes así?”
Willy sonrió a través del espejo retrovisor.
- “No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos dos años. Mis primeros cinco años conduciendo los dedique a quejarme igual que el resto de los taxistas. Un día escuché en la radio a un sabio hablar del desarrollo personal. El acababa de escribir un libro titulado “Tú lo obtendrás cuando creas en ello”. Dyer decía que, si tú te levantas por la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás, rara vez no sería así. El decía: Deja de quejarte. Sé diferente de tu competencia. No seas un pato. Sé un águila. Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se elevan por encima del grupo”.
- “Esto me llegó hasta dentro, dijo Willy, eso era para mí. Me pasaba el tiempo quejándome, así que decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Mire a los otros taxis y sus chóferes… los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amistosos y los clientes no estaban contentos. Y decidí hacer algunos cambios. Uno para empezar. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios”.
- “Se nota que con los cambios te ha ido bien”, le dijo Rodrigo.
- “Si, seguro que sí”, le dijo Willy, mi primer año de águila duplique mis ingresos respecto al año anterior. Este año posiblemente los cuadruplique. Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Habitualmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes me reservan a través de mi móvil o dejan mensajes en el contestador. Si yo no puedo servirlos consigo un amigo taxista águila de confianza para que haga el servicio”.
Willy era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal.
Esta historia la he contado a muchos taxistas, y solamente dos lo pusieron en práctica. Cuando voy a su ciudad, los llamo a ellos. Los demás taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugiero.
Willy el taxista, tomó otra decisión: quiso dejar de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las águilas.

No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, eres maestro, un servidor público, ejecutivo, empleado o profesional, ¿Cómo te comportas? ¿Te dedicas a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los otros?
Recuerda: es tú decisión y cada vez tienes menos tiempo para tomarla.

domingo, 4 de diciembre de 2022

Convierte mis sentidos, Señor

     Benjamín González Buelta, sj

No amanezcas, Señor, que todavía mis ojos
no aprendieron a verte en medio de la noche.
No me hables, Señor, que todavía mis oídos
no logran escucharte en los ruidos de la vida.
No me abraces, Señor, que todavía mi cuerpo
no percibe tu piel en los saludos y la brisa.
No me endulces, Señor, que todavía mi garganta
no saborea tu ternura en medio de lo amargo.
No me perfumes, Señor, que todavía mi olfato
no huele tu presencia en el olor de la miseria.
¡Bautiza mis sentidos con el lento discurrir
de tu gracia encarnada fluyendo por mi cuerpo!

Ser feliz

– ¿Cuándo conseguiré ser feliz? –preguntó la mujer insatisfecha a la más anciana del Valle.
– Cuando te canses, le respondió esta sin pensárselo, mientras seguía arando su huerto.
La mujer la miró muy sorprendida, sin comprender sus palabras.
– Cuando te canses de preocuparte por el mañana, cuando te canses de compararte con otros -prosiguió la anciana sonriéndole con simpatía.
Cuando te canses de recordar lo que pasó, lo que se fue de tu vida y lo que pudo haber sido. Cuando te canses de querer ser diferente, de mirar con lupa lo que te falta.
Cuando te canses de resistirte, de batallar contigo misma y empieces a seguir los deseos de tu alma para dejar de sentirte frustrada -asintió.
Igual que la Semilla se abre paso con fuerza a través de la tierra, cuando te canses nacerá en tu interior una decisión inquebrantable: la de elegir ser feliz por encima de cualquier otra posibilidad, como la semilla elige la vida.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Himno de Adviento

De luz nueva se viste la tierra,
porque el Sol que del cielo ha venido
en el seno feliz de la Virgen
de su carne se ha revestido.
El amor hizo nuevas las cosas,
el Espíritu ha descendido
y la sombra del que todo puede
en la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su fruto
y de bodas se anuncia alegría,
el Señor que en los cielos habita
se hizo carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso,
a su Hijo y Espíritu Santo,
que en su gracia y su amor nos bendijo
y a su reino nos ha destinado. Amén.

Entrevista a Dios

Cuando un famoso periodistas murió, llegó al cielo. Cuando lo recibieron, lo primero que hizo, fue pedir que le concediera una entrevista con Dios. Después de un tiempo, lo llevaron ante él. Y le dijeron que solo se le permitiría dos preguntas.
-- "Hijo mío, me han dicho que querías verme y preguntar algo. Elígelas con sabiduría." Dijo Dios.
El periodista, pensó un poco y preguntó:
--"Señor... Toda mi vida, siempre quise saber: ¿Qué es lo que más le sorprende a usted de la humanidad?
Dios, se acarició la barba y respondió.
--"Que se aburren de ser niños y quieren crecer rápido, para después desear ser niños otra vez. Que desperdician la salud para hacer dinero y luego pierden el dinero para intentar recuperar la salud. Que ansían el futuro y se olvidan del presente, y así no viven ni el presente ni el futuro. Que viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubieran vivido."
El periodista se quedó un rato en silencio y luego dijo:
-- Padre, ¿Cuáles son las lecciones de la vida que quisieras que tus hijos aprendiéramos?
Con una sonrisa Dios respondió:
--"Que aprendan a que no pueden hacer que nadie los ame sino sólo dejarse amar. Que lo más valioso que tenemos en la vida no es lo que tenemos sino a quien tenemos. Que una persona rica no es aquella que tiene más sino quien necesita menos. Y que el dinero puede comprar todo menos la felicidad.
Que el físico atrae, pero la personalidad enamora. Que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haberlo perdido. Y que quien hace mal, algún día recibirá su merecido.
Por lo tanto, para ser feliz, hay que hacer feliz a alguien; si quieres recibir, da un poco de ti; rodéate de buenas personas, y sé una de ellas. Nunca arruines tú presente por un pasado que no tiene futuro.
Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Y que aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa: ‘estoy bien’.
Porque hay muchos hijos míos que no entienden la vida. El ser humano, nacer no pide, vivir no sabe, y morir no quiere. No se dan cuenta de que el más valioso tesoro que tenemos es el tiempo.
Al morir nada de lo material te llevas, por eso el tiempo es el tesoro más valioso que tenemos, ya que es limitado. Podemos producir cada día más dinero, pero no más tiempo.
Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar. Nuestro tiempo es la verdadera riqueza de nuestra vida. Por eso el mejor regalo que le puedes dar a alguien es tu tiempo. Dáselo a tu hijos, a tus amigos, a tu pareja, a tu familia. Es el bien más valioso que tenemos y nunca sabrás cuanto de él te queda."
Al irse, el periodista, lo miró con respeto, y dijo:
-- ¡Me hubiese gustado haber tenido esta entrevista, cuando aún estaba vivo, no habría desperdiciado mi tiempo!
A lo que Dios desde lejos, le dijo:
--"Aún te queda tiempo, aprovéchalo, esto solo ha sido un sueño"

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Himno a san Andrés

En conocer a Jesús tú fuiste, Andrés, el primero,
Juan te señaló al Cordero, tú le seguiste a la cruz.
Como un reguero de luz, a Cristo evangelizando,
tu vida se fue sembrando para cosechar después
gavillas de rica mies, nuevas Iglesias fundando.
De Cristo amigo cercano, predicas desde tu cruz.
"Queremos ver a Jesús", llévanos tú de la mano,
como llevaste a tu hermano de sangre y de santidad,
conduce en la caridad a las Iglesias de oriente,
llévalas hasta la fuente por caminos de unidad.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

Toma mi mano

"No hay mayor pobreza que la soledad". (Madre Teresa de Calcuta)

Hay una hermosa historia de una enfermera que hablaba con un cansado joven que estaba junto a la cama de uno de sus pacientes.
Inclinándose y hablándole alto al anciano paciente, le dijo: “Su hijo está aquí”.
Con gran esfuerzo, abrió sus cansados ojos, luego lentamente los volvió a cerrar.
El joven apretó la envejecida mano con la suya y se sentó junto a la cama. Toda la noche estuvo sentado allí, tomando la mano del anciano y susurrándole palabras de ánimo.
Para cuando amaneció, el paciente había muerto. El personal del hospital llenó la habitación para apagar equipos y remover agujas.
La enfermera se puso al lado del joven y le ofreció sus condolencias, pero él la interrumpió.
- ¿Quién era ese hombre?, preguntó a la enfermera.
- ¡Pensé que era su padre!, contestó la asombrada enfermera
- No, él no era mi padre, contestó él. Nunca lo había visto en mi vida.
- Entonces, ¿por qué no dijo nada cuando le traje a verle?
- Me di cuenta de que necesitaba a su hijo y que su hijo no estaba aquí, explicó el hombre. Y ya que estaba muy enfermo como para reconocer que yo no era su hijo, supe que me necesitaba, y me quedé a su lado.

martes, 29 de noviembre de 2022

Himno para el Tiempo de Adviento

1-Es el tiempo del adviento, tiempo de la esperanza,
con alegría venimos a tu altar.
Isaías nos anuncia, la venida del Mesías,
una esperanza para todos los tiempos.

Reunidos como Iglesia en la esperanza,
nuestra esperanza está en ti Señor.
Reunidos como Iglesia en la esperanza,
nuestra esperanza está en ti Señor.

2-Juan Bautista el precursor, sus palabras nos invitan,
que preparemos el camino al Señor.
Y en María es que se cumple, la gran obra redentora,
con ella inicia la espera de la Iglesia.



La hermosa historia de Latif

Latif era el pordiosero más pobre de la aldea, dormía en el zaguán de una casa abandonada. Sin embargo, era considerado el hombre más sabio del pueblo. Una mañana el rey apareció en la plaza, hasta que tropezó con Latif y sus súbditos le hablaron de él.
El rey, divertido, se acercó al mendigo y le dijo:
– Si me contestas una pregunta te doy esta moneda de oro.
– ¿Cuál es tu pregunta?
Y el rey se sintió desafiado, entonces se despachó con una cuestión que hacía días lo angustiaba y que no podía resolver.
La respuesta de Latif fue justa y creativa. El rey se sorprendió, dejó su moneda a los pies del mendigo. Al día siguiente el rey volvió y le hizo otra pregunta y otra vez Latif la respondió rápida y sabiamente.
– Latif, te necesito, le dijo el rey. Te pido que vengas a palacio y seas mi asesor. Te prometo que no te faltará nada, juró el rey.
Lafit aceptó la propuesta del rey. Durante las siguientes semanas las consultas del rey se hicieron habituales. Esto desencadenó los celos de todos los cortesanos.
Un día todos los demás asesores pidieron audiencia al rey y le dijeron.
– Tu amigo Latif, como tú le llamas, está conspirando para derrocarte.
– No puede ser, no lo creo -dijo el rey.
– Puedes comprobarlo con tus propios ojos.
El rey se sintió defraudado y dolido. Debía confirmar esas versiones. Esa tarde a las cinco, aguardaba oculto en el recodo de una escalera.
Desde allí vio cómo Latif llegaba a la puerta, miraba hacia los lados y con la llave que colgaba de su cuello abría la puerta de madera y se escabullía dentro del cuarto.
– ¿Lo has vito? -gritaron los cortesanos.
Seguido de su guardia personal el monarca llamó a la puerta.
– ¿Quién es?, dijo Latif desde adentro.
– Soy yo, el rey, dijo el soberano..., ábreme .
Latif abrió la puerta. No había nadie, salvo Latif. Ninguna puerta, o ventana, ninguna puerta secreta, ningún mueble que permitiera ocultar a alguien. Solo había en el suelo un plato de madera desgastado, en un rincón una vara de caminante y en el centro del cuarto una túnica raída colgando de un gancho en el techo.
– ¿Estás conspirando contra mí Latif?
– ¿Cómo se te ocurre, majestad -contestó Latif- De ninguna forma, ¿por qué lo haría?
– Pues, ¿por qué vienes aquí cada tarde en secreto? ¿Qué es lo que buscas si no te ves con nadie? ¿Para qué vienes a este cuchitril a escondidas?
Latif sonrió y se acercó a la túnica raída que pendía del techo. La acarició y le dijo al rey:
– Hace seis meses cuando llegué a tu castillo, lo único que tenía eran esta túnica, este plato y esta vara de madera, dijo Latif. Ahora me siento tan cómodo con la ropa que visto, es tan confortable la cama en la que duermo, es tan halagador el respeto que me das y tan fascinante el poder que regala mi lugar a tu lado… que vengo cada día para estar seguro de una sola cosa... no olvidar nunca “QUIÉN SOY Y DE DÓNDE VINE”.

domingo, 27 de noviembre de 2022

Plegaria Ven pronto, Señor

Ven, Señor, te esperamos.
Te esperamos de pie, vestidos y calzados,
pues nos tienes en vilo sobre el día y la hora,
como quien teme la llegada del ladrón.
¿Vendrás pronto, Señor?
El mundo está impaciente por librarse del diluvio,
que lleva tantos años anegando la tierra.
Ven con fuerza, te lo pedimos.
Apresúrate y ven, Señor, a gritar por las plazas
que somos hombres y mujeres, y no bestias;
nacidas de la misma carne, de la misma sangre;
que formamos un pueblo, un solo pueblo;
que nos salvamos juntos y nos morimos juntos;
que los explotadores se envilecen a sí mismos…
Ven y condúcenos hacia la vida clara para todos,
especialmente para todas,
la aurora de los corazones generosos y las manos abiertas,
la luz de la justicia, del amor y de la fe. ¡¡Ven, Señor Jesús!!

El buen agricultor

Había un agricultor que cultivaba maíz de excelente calidad. Todos los años ganaba el premio al mejor maíz cultivado.
Un año, un periodista lo entrevistó y aprendió algo interesante sobre cómo lo cultivaba. El reportero descubrió que el agricultor compartía su semilla de maíz con sus vecinos.
– ¿Cómo puede compartir su mejor semilla de maíz con sus vecinos cuando compiten con el maíz cada año? preguntó el reportero.
– ¿Por qué no voy a hacerlo, señor?, dijo el granjero, ¿No lo sabe usted? El viento recoge el polen del maíz en maduración y lo lleva de un campo a otro. Si mis vecinos cultivan maíz inferior, la polinización cruzada perjudicará la calidad de mi maíz. Si quiero cultivar un buen maíz, debo ayudar a mis vecinos a cultivar un buen maíz.

Lo mismo ocurre con nuestras vidas ... Aquellos que quieren vivir bien y con sentido deben ayudar a enriquecer la vida de los demás, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y aquellos que eligen ser felices deben ayudar a otros a encontrar la felicidad, porque el bienestar de cada uno está ligado al bienestar de todos...

sábado, 26 de noviembre de 2022

Salmo 91: Alabanza del Dios creador

Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores, serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos.
El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.

El maravilloso poder de los cuentos

Leticia fue mi alumna en la escuela en un pueblo de la Sierra. Tenía 11 años. Once años conociendo las carencias y la mugre de la vida. Siempre con la misma ropa, heredada de una prima o vecina. Once años batallando con los bichos de día y de noche. Con una nariz que escurría como una vela. Con el pelo largo y sucio sirviendo de tobogán a los piojos. Aun así, era de las primeras en llegar a la escuela. Tal vez iba para soñar que era lo que no; aunque tuviera que soportar el rechazo y el asco de los demás.
A la hora del trabajo en equipo nadie la quería. No le dieron la oportunidad para demostrar lo inteligente que era: el rechazo de sus compañeros fue lo que Leticia conoció.
Otros niños semejantes a Leticia eran aceptados por el resto de niños, pero no ocurría lo mismo con Leticia y las niñas. A mí sólo se me ocurría hacer recomendaciones que nunca fueron atendidas.
En ese tiempo me preguntaba: ¿de qué sirve leer cuentos a esos niños que no han comido?; ¿serviría de algo alimentarlos con fantasías? Yo creía que sí, pero no sabía hasta dónde. Constantemente les brindaba relatos, sobre todo en la mágica hora de lecturas, dos veces por semana.
Un día conté "La Cenicienta" y cuando llegué a la parte en que el hada madrina transformó a la jovencita andrajosa en una bella señorita de vestido vaporoso y zapatillas de cristal, Leticia aplaudió eufórica el cambio realizado. Había una súplica en su rostro que provocó la burla de los que no tenían ni capacidad ni la misma necesidad de soñar.
Esta vez hubo recomendaciones y regaños.
En otra ocasión, pregunté a mis alumnos: ¿qué querían ser cuando sean mayores?
Y el cofre de sus deseos se abrió ante mí: uno quería ser astronauta, aunque al pueblo ni el autobús llegaba; otros querían ser maestros, artistas o soldados.
Cuando le tocó el turno a Leticia, se levantó y con voz firme dijo:
- ¡Yo quiero ser doctora!
Una carcajada insolente se escuchó en el salón.
Apenada, se deslizó en su silla invocando al hada madrina que no llegó.
Mi labor en esa escuela terminó con el año escolar. La vida siguió su curso.
Después de quince años, regresé por esos lugares, con mi nombramiento de maestro.
Entonces encontré algunas respuestas y surgieron otras preguntas.
Las buenas noticias me llegaron en el autobús, antes de llegar al barco donde trasbordan los pasajeros que van al otro poblado. Una señorita vestida de blanco se dirigió a mí:
– ¡Usted es el maestro Víctor Manuel!..., usted fue mi maestro! -me dijo- sorprendida y sonriente. El que podía encantar serpientes con las historias que contaba.
– Sí, ciertamente soy yo, contesté halagado.
– ¿No me recuerda, maestro? -preguntó y continuó diciendo con la misma voz firme de otro tiempo -soy Leticia... y soy doctora...
Mis recuerdos se atropellaban para reconstruir la imagen de aquella chiquilla que en otro tiempo nadie quería tener cerca.
Se bajó del autobús dejando, como La Cenicienta, la huella de sus zapatillas en el estribo... Y a mi con mil preguntas. Todavía alcanzó a decirme:
– Trabajo en Parral... búsqueme en la clínica tal... Y se fue …
Un día fui a la clínica que me dijo y no la encontré. No la conocían ni la enfermera ni el conserje. ¡Era demasiada belleza para ser verdad! "Los cuentos son bellos pero no dejan de ser cuentos", me lamentaba. Arrepentido de haber ido, y casi derrotado, encontré a la directora de la clínica y hablé con ella. Lo que me dijo, revivió mi fe en la gente y en la literatura:
– La doctora Leticia trabajaba aquí -me contó-. Es muy humana y tiene mucho amor por los pacientes, sobre todo con los más necesitados.
– Ésa es la persona que yo busco, le dije emocionado.
– Pero ya no está con nosotros -dijo la directora.
– ¿Qué le ha pasado? -pregunté ansioso.
– La doctora Leticia solicitó una beca para especializarse y la ganó... ahora está en Italia.
Leticia sigue aprendiendo más y enseñando sus secretos para luchar. Yo sigo queriendo saber hasta dónde llega el poder de los cuentos; ¿cuándo empezó el despegue de los sueños de Leticia respecto al resto de sus compañeros?; ¿dónde radica la fortaleza de las mujeres que superan cualquier expectativa?
Ya no quiero ser el maestro de Leticia: Ahora quiero aprender. Quiero que me enseñe cómo evoluciona una oruga hasta convertirse en ángel y, sobre todo, quiero descubrir cuál fue la varita mágica que la convirtió en la Princesa del Cuento.

viernes, 25 de noviembre de 2022

Himno de perdón

Por el dolor creyente que brota del pecado;
por haberte querido de todo corazón;
por haberte, Dios mío, tantas veces negado,
tantas veces pedido, de rodillas, perdón.
Por haberte perdido, por haberte encontrado.
Porque es como un desierto nevado mi oración;
porque es como la hiedra sobre un árbol cortado
el recuerdo que brota cargado de ilusión.
Porque es como la hiedra, déjame que te abrace,
primero amargamente, lleno de flor después,
y que a mi viejo tronco poco a poco me enlace,
y que mi vieja sombra se derrame a tus pies.
¡Porque es como la rama donde la savia nace,
mi corazón, Dios mío, sueña que tú lo ves! Amén.

El demonio y los tres monjes

El demonio se apareció a tres monjes y les dijo:
- Si os diera potestad para cambiar algo del pasado, ¿qué cambiaríais?
El primero de ellos, con un gran fervor apostólico respondió:
- Impediría que hicieras caer a Adán y Eva en el pecado para que la humanidad no pudiera apartarse de Dios.
El segundo, un hombre lleno de misericordia, le dijo:
- Impediría que tú mismo te apartases de Dios y te condenaras eternamente.
El tercero de ellos era el más simple y, en vez de responder al tentador, se puso de rodillas, hizo la señal de la cruz y oró diciendo:
- Señor, libérame de la tentación de lo que pudo ser y no fue.
El diablo, dando un grito estentóreo y estremeciéndose de dolor se esfumó. Los otros dos, sorprendidos, le dijeron:
- Hermano, ¿por qué has reaccionado así?
Él les respondió:
- Primero: NUNCA debemos dialogar con el enemigo. Segundo: NADIE en el mundo tiene poder para cambiar el pasado. Tercero: el INTERÉS de Satanás no era probar nuestra virtud, sino atraparnos en el pasado, para que descuidemos el presente, el único tiempo en el que Dios nos da su gracia y podemos cooperar con ella para cumplir su voluntad.

De todos los demonios, el que más atrapa a los hombres y les impide ser felices es el de "lo que pudo ser y no fue". El pasado queda a la Misericordia de Dios y el futuro a su Providencia. Solo el presente está en nuestras manos. "Vive hoy"…


martes, 22 de noviembre de 2022

A María en la fiesta de los músicos

María, Tú que eres toda corazón
y supiste hacerte eco de la música de Dios,
pon tu ternura materna en cada una de nuestras palabras y gestos,
para que seamos motivo de un encuentro de hermanos y amigos.
Que cada acorde que salga de nuestras manos
y cada cadencia que dibujen nuestras voces
sean el reflejo de la melodía de Dios de la Vida.
Que cada canción que brote de nuestros labios
sea una alabanza armoniosa para nuestro Dios
y un anuncio misionero de la Buena Noticia
de aquel que nos ama con locura.
Ayúdanos a afinar nuestra vida en clave de Amor
y que nuestro día a día siga siempre el compás de tu Corazón.

Los músicos de Bremen

          Hermanos Grimm

Había una vez un campesino que tenía un asno. Durante mucho tiempo le había servido para llevar los sacos de trigo al molino, pero el asno se empezó a hacer viejo e inservible y el amo pensó en deshacerse de él.
El asno no era tonto, y como sabía de las intenciones de su amo se escapó rumbo a Bremen para tratar de hacer carrera como músico, ya que el animal tocaba el laúd. n su camino se tropezó con un perro cazador que jadeaba agotado.
- ¿Todo bien amigo?
- Sí, sí tranquilo. Intentaba escaparme de mi amo, que quiere matarme porque soy viejo y ya no le sirvo para ir de caza.
- ¿Por qué no te vienes conmigo? Voy camino de Bremen, donde pienso ganarme la vida como músico. Juntos podríamos formar una banda… tu podrías tocar los timbales. ¿Qué te parece?
El asno convenció al perro y continuaron su camino juntos. Al poco, se encontraron con un gato con mala cara.
- ¿Qué te pasa minino? - preguntó el asno
- Que no tengo adónde ir. Mi ama ha tratado de ahogarme porque estoy viejo y me paso el día echado junto al fuego.
- ¿Y por qué no te unes a nosotros? Vamos a Bremen, a formar una banda de música.

El gato dijo que no sabía mucho de música, pero como no se le ocurría nada mejor aceptó y se unió al asno y al perro. Más adelante dieron con un gallo que gritaba con todas sus fuerzas.
- ¿Por qué gritas gallo? -dijo el asno
- Porque mi granjero va a echarme a la cazuela esta noche. Por eso grito mientras estoy vivo.
- Anda, no malgastes tu tiempo y vente con nosotros. Vamos a Bremen y tienes buena voz así que eres perfecto para nuestra banda de música.
Continuaron caminando los cuatro animales todo lo que pudieron pero no llegaron esa misma noche a Bremen. No sabían dónde pasar la noche cuando vieron luz en una casa al otro lado del bosque y decidieron acercarse. Vieron a un grupo de ladrones a punto de darse un gran festín de comida y con el hambre que tenían decidieron que tenían que hacer algo para echar de la casa a los ladrones.
El asno se colocó junto a la ventana, el perro se subió encima del asno, el gato encima del perro y el gallo encima de la cabeza del gato. Así, unos encima de otros, empezaron a rebuznar, ladrar, maullar y cantar con toda su alma. Armaron tal estruendo que los ladrones huyeron creyendo que se trataba de algún fantasma.
Los animales cenaron hasta que ya no pudieron más y se echaron a dormir. El asno eligió el estiércol, el perro se fue detrás de la puerta, el gato prefirió las cenizas del hogar y el gallo se puso encima de una viga.
A media noche uno de los ladrones, viendo a lo lejos que la casa parecía en calma se armó de valor y decidió volver.
Pero cuando llegó la casa estaba a oscuras, confundió los ojos del gato con las brasas del hogar, acercó una cerilla y el gato le arañó la cara, fue hacia la puerta y le mordió el perro en la pierna, salió corriendo fuera de la casa, pisó el estercolero y el asno le dio una coz y justo en ese momento el gallo empezó a cantar desde la viga ¡¡Kirikíi!!
El ladrón corrió todo lo rápido que pudieron sus pies y cuando llegó contó a sus compañeros:
- ¡En la casa hay una bruja que me ha arañado la cara, detrás de la puerta un hombre con un cuchillo que me lo ha clavado en la pierna, y fuera un monstruo que me ha golpeado con un terrible mazo!! Y encima del tejado un juez que gritaba ¡Traedme el ladrón aquí!
Tras esto a los ladrones ni se les ocurrió volver a pisar esa casa y los músicos de Bremen todavía siguen allí.

lunes, 21 de noviembre de 2022

La niña María

La niña María -¡qué gracia es su vuelo!-,
paloma del cielo, al templo subía
y a Dios ofrecía el más puro don:
sagrario y mansión por él consagrada
y a él reservada en su corazón…
¡Oh blanca azucena!,
la Sabiduría su trono te hacía,
dorada patena, de la gracia llena,
llena de hermosura.
Tu luz, Virgen pura, niña inmaculada,
rasgue en alborada nuestra noche oscura.
Tu presentación, princesa María,
de paz y alegría llena el corazón.
De Dios posesión y casa habitada,
eres la morada de la Trinidad.
A su Majestad la gloria sea dada. Amén.

Entradas para el circo



La misma Katharine Hepburn cuenta esta emotiva historia de su infancia.
Una vez cuando era adolescente, mi padre y yo estábamos haciendo fila para comprar entradas para el circo.
Al final solo había otra familia entre nosotros y el mostrador de entradas
Eran ocho niños todos probablemente menores de 12 años. De la forma en que estaban vestidos, se podía decir que no tenían mucho dinero, pero su ropa era limpia, muy limpia.
Los niños eran bien educados, todos ellos parados en la cola, de dos en dos detrás de sus padres, tomados de la mano. Estaban emocionados por los payasos, los animales, y todos los actos que verían esa noche. Sería un día importante en sus vidas. El padre y la madre estaban a la cabeza de la manada de pie orgullosos de sus hijos.
La madre estaba sosteniendo la mano de su marido. Él estaba sonriendo y disfrutando viendo a su familia feliz.
La señora de la taquilla le preguntó al hombre cuántas entradas quería.
El respondió con orgullo, "Me gustaría comprar ocho entradas para niños y dos para adultos, para poder disfrutar con mi familia en el circo. "
La señora de la taquilla le dijo el precio.
La esposa soltó su mano de su marido, el labio del hombre comenzó a temblar. Entonces se inclinó un poco más cerca y preguntó:
- ¿Cuánto ha dicho usted?
La señora de la taquilla volvió a decir el precio.
El hombre no tenía suficiente dinero. Pero…, cómo iba a decir a sus ocho hijos que no tenían suficiente dinero para entrar al circo.
Viendo lo que estaba pasando, mi papá metió su mano en su bolsillo, sacó un billete de 20 dólares, y lo dejó caer al suelo. Mi padre se inclinó, recogió el billete, tocó al hombre en el hombro y dijo:
- Disculpe, señor, esto cayó de su bolsillo.
El hombre comprendió lo que había pasado. No estaba pidiendo una limosna, pero sin duda agradeció la ayuda en una situación desesperada, desgarradora y vergonzosa.
Miró directamente a los ojos de mi papá, tomó la mano de mi padre, apretó fuertemente el billete y con el labio tembloroso y una lágrima cayendo de su mejilla, respondió,
- Gracias, gracias a usted, señor. Esto realmente significa mucho para mí y mi familia.
Mi padre y yo volvimos a nuestro coche y volvimos a casa. Los 20 dólares que regaló mi papá eran con los que íbamos a comprar nuestras propias entradas. Aunque no pude ver el circo esa noche, ambos sentimos una alegría dentro que fue mucho mayor que ver el circo. Ese día aprendí el verdadero valor de dar. 

domingo, 20 de noviembre de 2022

Señor Jesús

       Pedro Casaldáliga

Mi Fuerza y mi Fracaso eres Tú.
Mi Herencia y mi Pobreza.
Tú, mi Justicia, Jesús.
Mi Guerra y mi Paz.
¡Mi libre Libertad!
Mi Muerte y Vida,
Tú, Palabra de mis gritos,
Silencio de mi espera,
Testigo de mis sueños.
¡Cruz de mi cruz!
Causa de mi Amargura,
Perdón de mi egoísmo,
Crimen de mi proceso,
Juez de mi pobre llanto,
Razón de mi esperanza, ¡Tú!
Mi Tierra Prometida eres Tú...
La Pascua de mi Pascua.
¡Nuestra Gloria por siempre, Señor Jesús!

El caballero de la armadura

Érase una vez un terrateniente que deseaba convertirse en caballero.
Quería servir a su rey y ser el más noble y más leal caballero que jamás hubiera tenido. El día de su investidura, abrumado por el honor, hizo un voto solemne. Prometió no arrodillarse ni levantar sus brazos en homenaje a nadie más que a su rey.
Y se le encomendó la guardia de una ciudad en la frontera del reino. Cada día vigilaba la entrada enfundado en su armadura.
Pasó el tiempo. Un día, desde su puesto de guardia vio pasar una campesina con su carro lleno de verduras y frutas. Éste volcó y todo se derramó por el suelo.
Nuestro caballero, para no romper su promesa, no se movió.
Otro día pasaba un señor que tenía sólo una pierna y su muleta se rompió.
- "Buen caballero, ayúdeme a levantarme".
Pero el caballero no dobló las rodillas ni levantó las manos para ayudarle.
Pasaron los años y nuestro caballero ya anciano recibió la visita de su nieto que le dijo:
- "Abuelo cógeme en tus brazos y llévame a la feria".
Pero no se agachó para no quebrantar su promesa.
Finalmente, el rey vino a visitar la ciudad y saludar al caballero que estaba rígido guardando la entrada. El rey observó que estaba llorando.
- Eres uno de mis más nobles caballeros, ¿por qué lloras?
- Majestad, hice promesa de no inclinarme ni levantar mis brazos en homenaje más que para usted, pero ahora soy incapaz de cumplir mi promesa. El paso de los años ha producido su efecto y hasta las junturas de la armadura se han oxidado. Ya no puedo levantar los brazos ni doblar las rodillas.
El rey, como un buen padre, le dijo:
- "Si te hubieras arrodillado para ayudar a todos los que pasaban y hubieras levantado tus brazos para abrazar a todos que acudían a ti, hoy, podrías haber cumplido tu promesa dándome el homenaje que juraste no rendir más que a tu rey.

sábado, 19 de noviembre de 2022

Himno de agradecimiento

Gracias, Señor, por la aurora;
gracias, por el nuevo día;
gracias, por la Eucaristía;
gracias, por nuestra Señora:
Y gracias, por cada hora
de nuestro andar peregrino.
Gracias, por el don divino
de tu paz y de tu amor,
la alegría y el dolor,
al compartir tu camino.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

¿El punto o el papel?

Estábamos en clase de Religión comentando las palabras de Jesús en el Evangelio: "no juzgueis y no seréis juzgados".
- Eso está muy bien profe. Pero después en la vida diaria me resulta muy difícil no criticar y juzgar a los demás. 
- Es que por muy bien que nos caigan no dejamos de ver sus defectos. Y enseguida los aireamos ante los demás.
- Parece fácil cumplir las palabras de Jesús, pero luego la realidad me dice que no es así.
Alcé las manos y mostré una hoja de papel con una marca de lápiz que hice en el centro. Y pregunté a mis estudiantes:
- ¿Qué veis aquí?
Casi al unísono todos respondieron:
- ¡Un punto!
Todos se fijaron en la marca, y nadie reparó en la misma hoja de papel a pesar de tener mayor área en blanco.
- Así actuamos en nuestra vida -dijo el profesor-. Nos fijamos en un pequeño error de los demás e ignoramos el área más grande de sus aciertos. 

Aprende a ver, en los demás, el área blanca de sus aciertos y olvida la pequeña marca que dejaron sus errores.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Salmo 32

Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo, 
acompañando vuestra música con aclamaciones:
que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.

Errores y equivocaciones

Cuando Thomas Alva Edison tenía 67 años de edad, un terrible incendio en su fábrica, arrasó con toda una vida llena de investigaciones, años de trabajo, miles de experimentos y horas de desvelos. Todas sus investigaciones se perdieron en tan solo unos minutos.
Después del siniestro, Edison, se quedó mucho tiempo mirando las ruinas, y cuando su esposa y trabajadores trataron de consolarlo, les dijo:
- No se preocupen. Todo está bien. Acabo de ver que se quemaron 67 años de errores y equivocaciones. Ahora tenemos la oportunidad de empezar de nuevo.
Y así fue. El anciano inventor resultó más prolífico a partir de ese momento.

Aprende a salir airoso de sus problemas. No te quedes llorando tus desgracias, busca siempre el lado positivo de las cosas, y no esperes que lleguen incendios a tu vida. Tu mismo puedes quemar tus errores y arrasar con tus equivocaciones.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Himno de alabanza

En esta luz del nuevo día que me concedes, oh Señor,
dame mi parte de alegría y haz que consiga ser mejor.
Dichoso yo, si al fin del día un odio menos llevo en mí,
si una luz más mis pasos guía y si un error más yo extinguí.
Que cada tumbo en el sendero me vaya haciendo conocer
cada pedrusco traicionero que mi ojo ruin no supo ver.
Que ame a los seres este día, que a todo trance ame la luz,
que ame mi gozo y mi agonía, que ame el amor y ame la cruz. Amén.

No descuides lo esencial

        Tradición Hindú

Cuentan que una mujer muy pobre, con un niño en brazos, pasó delante de una caverna y escuchó una voz misteriosa que desde dentro le decía:
"Entra y toma todo lo que desees, pero ten presente que solo tienes tres minutos. Después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Aprovecha la oportunidad que te doy"
La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y las joyas, dejó al niño en el suelo y empezó a juntar ansiosamente todo lo que podía en su delantal.
Agotados los tres minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, corrió fuera de la caverna, y la puerta se cerró.
Recordó, entonces, que el niño se había quedado dentro; pero la puerta ya estaba cerrada para siempre.
La riqueza le duró poco; pero la desesperación, toda la vida.

Recordemos siempre que la vida en este mundo pasa rápido, no agotemos nuestro tiempo en vanalidades descuidando lo esencial. Es decir, no descuides a quien realmente amas.

martes, 15 de noviembre de 2022

A tiempo

              José Mª Rodríguez Olaizola SJ

A tiempo y a destiempo,
en cualquier lugar, a cualquier hora,
con el viento de espalda o un huracán a la contra;
alegre o afligido, sereno o exaltado,
descansado o exhausto, lleva el Amor por bandera.
No cejes en el intento de compartir la justicia.
No acomodes la Palabra en nombre de la prudencia,
no adulteres la esperanza, proclama la Vida plena
de quien con su voz nos llama y con su historia nos llena.
No niegues que eres apóstol, no olvides que eres pro
portador de una noticia que ha de atravesar la guerra,
que ha de romper las paredes y ha de fecundar la tierra.

La sencillez

Un campesino inculto, de edad avanzada, llegó a las puertas de un monasterio. Cuando le abrieron, dijo:
- Amigos monjes, soy un hombre con mucha fe. Quiero recibir enseñanzas.
Los monjes hablaron entre sí, y al comprobar la incultura del recién llegado, pensaron que no estaba capacitado para recibir enseñanzas, pero como parecía un hombre de fe, le dieron una oportunidad:
- Mira buen hombre, te vas a hacer cargo de barrer todos los días el monasterio. Puedes quedarte aquí tendrás sustento y alojamiento.
Meses después, los monjes comenzaron a ver que cada día el campesino se encontraba más tranquilo. Reflejaba verdadero sosiego, tanto así que, extrañados, le preguntaron:
- Buen hombre, parece que en estos meses has tenido una gran evolución espiritual. ¿Estás practicando algún método especial?
Y el hombre contestó:
- Hermanos, lo único que hago con mucha lucidez y amor, es barrer el monasterio. Pero cuando lo hago, entiendo que también estoy barriendo de mí los rencores, los engaños, la codicia y el odio. Y cada día soy más feliz.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Himno de alabanza (Laudes)

Es domingo; una luz nueva resucita la mañana
con su mirada inocente, llena de gozo y de gracia.
Es domingo; la alegría del mensaje de la Pascua
es la noticia que llega siempre y que nunca se gasta.
Es domingo; la pureza no solo la tierra baña
que ha penetrado en la vida por las ventanas del alma.
Es domingo; la presencia de Cristo llena la casa:
la Iglesia, misterio y fiesta, por él y en él convocada.
Es domingo; «este es el día que hizo el Señor»,
es la Pascua, día de la creación nueva y siempre renovada.
Es domingo; de su hoguera brilla toda la semana
y vence oscuras tinieblas en jornadas de esperanza.
Es domingo; un canto nuevo toda la tierra le canta
al Padre, al Hijo, al Espíritu, único Dios que nos salva. Amén.

Predicar con el ejemplo

Hubo cierta vez una reunión muy importante en el fondo del mar. Era la reunión de los cangrejos. La había convocado uno de los más viejos para tomar, así lo pensaba él, una decisión muy importante.
Acudieron pues cangrejos de todos los mares, desde los que llegaban de mares pequeños y aguas tranquilas, hasta los que procedían de los océanos más agitados. Aún aquellos que vivían en ríos contaminados mandaron a su delegado.
La reunión se abrió puntualmente. El viejo cangrejo tomó la palabra y dijo:
- Amigos míos, hemos venido haciendo algo que se ha constituido en un mal ejemplo para el resto del mundo. Es una costumbre que tenemos que cambiar.
Muy preocupados, todos lo miraban con curiosidad. Un joven cangrejo de río no pudo reprimir la curiosidad, y preguntó:
- ¿Y cuál es esa costumbre? ¿Y por qué crees que es un mal ejemplo para los demás seres de la creación?.
El anciano cangrejo respiró profundo. Muy preocupado tomó de nuevo la palabra y continuó:
- Os lo diré sin rodeos. Debemos de dejar de caminar hacia atrás. Todos nos ponen de ejemplo negativo y hablan de nosotros como atrasados.
Un cangrejo colorado que venía de muy lejos, dándose cuenta de lo serio del problema, preguntó:
- ¿Y qué propones para remediar el nocivo ejemplo que damos?
El anciano cangrejo tomó de nuevo la palabra:
- Seré realista. Para nosotros ya es muy difícil cambiar. Pero para los cangrejos niños será más fácil. Yo propongo que sus madres les enseñen a caminar hacia adelante.
Los cangrejos se emocionaron con la sinceridad con que les había hablado, y secundaron con entusiasmo la moción.
De esta forma quedó instituido que todos los cangrejos que nacieran de ese momento en adelante, sus madres les enseñarían a caminar hacia adelante.
Cada uno volvió a su hogar. Y las madres empezaron a enseñar a sus pequeñuelos. Guiaron con amor sus patitas, primero una hacia adelante, luego la otra. Una y otra vez insistieron en la nueva forma de avanzar.
Los pequeños intentaron seguir las instrucciones, aunque les costaba mucho trabajo. Pero con esfuerzo trataron de hacerlo.
Sin embargo, sucedió algo curioso. Sus mamás les decían cómo debían caminar, pero ellas mismas y todos los demás cangrejos a su alrededor continuaban caminando hacia atrás como siempre.
- ¿Cómo es que ellas hacen una cosa y nos enseñan otra? -dijo un cangrejito muy estudioso cuando las mamás no estaban presentes.
Los demás estuvieron de acuerdo.
Algunos pensaban que era una broma que les querían jugar, otros aducían que debía ser más fácil caminar hacia atrás, puesto que así lo hacían los demás.
En vista de la rebelión, hubo de convocarse a una nueva junta de cangrejos.
- La ley que hemos propuesto no funciona -admitió el anciano cangrejo que siempre decía la verdad.
Y agregó:
- Y no funciona porque no hemos predicado con el ejemplo, y lo cierto es que no podemos pedir a los demás que hagan lo que nosotros no hacemos.
La historia dice que esa es la razón por la que los cangrejos siguen caminando hacia atrás.

Las palabras convencen, pero los ejemplos arrastran. Los demás prestarán más atención a lo que hacemos que a lo que decimos. Y esta es una gran verdad que debemos aprender: "Predicar con el ejemplo"

sábado, 12 de noviembre de 2022

Himno de alabanza (Rezo de Laudes)

Crece la luz bajo tu hermosa mano, Padre celeste,
y suben los hombres matutinos
al encuentro de Cristo Primogénito.
Él hizo amanecer en tu presencia
y enalteció la aurora
cuando no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
Él es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es la luz profunda,
el soplo vivo que hace posible el mundo
y anima, en nuestros labios jubilosos,
el himno que cantamos.
He aquí la nueva luz que asciende
y busca su cuerpo misterioso;
he aquí, en el ancho sol de la mañana,
el signo de su gloria.
Y tú que nos lo entregas cada día,
revélanos al Hijo, potencia de tu diestra
y Primogénito de toda criatura. Amén.

La oruga y el saltamontes

Hubo una vez una pequeña oruga que se dirigía a lo alto de una montaña. En el camino se encontró con un saltamontes que con mucha curiosidad le preguntó:
- ¿Hacia dónde vas?
La pequeña oruga, sin dejar de caminar, le contestó:
- Anoche tuve un sueño, en el que desde la cima de esa montaña podría ver todo el valle. Y voy a comprobar si eso es cierto.
Al escuchar eso, el saltamontes le dijo a la oruga:
- ¿¡Estás loca!? Es imposible que tú, siendo tan solo una pequeña oruga, puedas llegar hasta la cima de esa montaña. Para ti cada piedra será como una montaña, cada charco un gran mar y cada tronco una muralla impenetrable.
Sin embargo, la oruga, no hizo caso a esas palabras, y siguió caminando. En su ascenso, se encontró con otros animales: topos, tortugas, arañas, ranas... Todas con la misma intención: "Advertirle y decirle que su sueño era imposible, y pedirle que desistiera". Sin embargo, la oruga seguía caminando.
Cuando ya estaba sin fuerzas y muy cansada, construyó en un último esfuerzo un lugar donde pasar la noche y descansar. Se dijo así misma: "Mañana estaré mejor". Se puso a descansar, y allí mismo murió.

Todos los animales iban a ver los restos del animal más loco que jamás haya existido. Su tumba era un recordatorio y una advertencia para otros animales intrépidos y atrevidos como la oruga.
Una mañana, en que el sol resplandecía, todos los animales se habían reunido alrededor de su tumba, cuando de un momento a otro vieron que la coraza dura donde estaba la oruga comenzó a quebrarse y un par de ojos y una antena salían de ella.
- ¡Esa no puede ser la oruga!, decían.
Entre tanto, y ante el asombro de todos, comenzaron a salir dos alas de colores como los del arco iris, y todos exclamaron a una sola voz:
- ¡Ohhh! ¡Es una mariposa!
Y en efecto, la oruga se había transformado en una hermosa mariposa que sintiéndose libre, voló y voló hasta cumplir su sueño de subir a la cima montaña; y desde allí pudo comprobar que, en efecto, podía ver todo el valle. ¡Qué hermoso, la oruga cumplió su sueño! El sueño por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

¿Cuál es el sueño que persigues? ¿Serías capaz de morir a tu antigua vida para emprender una nueva? Aprende de la oruga: No escuches a ese tipo de personas, persigue tus sueños, evita la compañía de curiosos saltamontes y rodéate de personas llenas de fe y esperanza, de aquellos que estén siempre dispuestos a darte ánimos. Y, es más, llénate de fe y confianza tu mismo sabiendo que si Dios te dio ese sueño, Él mismo proveerá la fuerza y las herramientas para hacerlos realidad.

lunes, 7 de noviembre de 2022

Dios de vida

       José María Rodríguez Olaizola SJ

Eres un Dios de vida, no de muerte o violencia
no de guerra, ni de indiferencia.
La vida en germen, que crece, invisible;
la vida recién nacida, con todo por escribir;
la vida capaz de admirarse
con ojos de niño al descubrir el mundo;
la vida bulliciosa del joven que explora
la edad de las posibilidades;
la vida encarnada de quien ya ha elegido,
y conoce la tierra que pisa;
la vida otoñal, que conjuga
sabiduría y cansancio, memorias y afectos,
viejos anhelos y aún nuevas ilusiones.
La vida que se encamina a un nuevo mañana.
La Vida prometida, eterna, contigo.

El burro y la lluvia

Hace mucho tiempo, al rey se le ocurrió ir a pescar. Viendo unas pequeñas nubes a lo lejos, decidió llamar al pronosticador del tiempo.
Después de hacer unos cálculos, olfatear el aire y seguir el camino de las hormigas, se presentó ante él monarca y le dijo:
- Vaya usted tranquilo majestad, no lloverá ni una gota.
Contento, hizo los preparativos y con dos pajes y tres guardias, montados a caballos, se dirigieron al río. En el camino, encontró a un campesino, montado en un burro. Al ver este al rey, haciendo una reverencia y con voz tímida y humilde le dijo:
- Mi señor, es mejor que busque refugio pronto, porque va a llover muchísimo.
El rey, lo miró con arrogancia, mientras pensaba: ‘Que puede saber este pobre hombre que ni siquiera tiene un buen caballo, comparándolo con mi pronosticador que es un gran conocedor de las ciencias, un especialista, muy bien pagado’.
Y haciendo caso omiso, siguió su camino, mientras el pobre hombre meneaba la cabeza.
Cuando estaba a punto de llegar al río, comenzó a lloviznar, luego a llover con más intensidad, hasta que se convirtió en una lluvia torrencial.
Su Majestad, sus pajes y sus guardias, estaban empapados hasta los huesos y no encontraron refugio en ningún lugar.
Volvieron como pudieron al palacio. Apenas entró, llamó al pronosticador y lo echó del palacio, del reino y hasta de las comarcas cercanas. Y mandó llamar, al campesino.
Llegó este, medio asustado y se presentó ante el rey. El monarca, sin tantas vueltas le ofreció el puesto. Pero este le dijo:
- Mi señor, me honra, pero yo no sé nada de esto. Lo que pasa es, que cuando mi burro tiene las orejas levantadas, hay un hermoso día de sol, cuando una se le cae, es que va a haber mal tiempo, pero si tiene las dos orejas caídas es que va a llover mucho."
El rey como buen estadista, contrató al burro.
Así comenzó la costumbre de contratar burros como asesores. Y desde entonces, tienen los puestos mejor pagados.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Himno de alabanza

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche y estrenamos la aurora;
saludamos el gozo de la luz que nos llega
resucitada y resucitadora.
Tu mano acerca el fuego a la tierra sombría,
y el rostro de las cosas se alegra en tu presencia;
silabeas el alba igual que una palabra;
tu pronuncias el mar como sentencia.
Regresa, desde el sueño, el hombre a su memoria,
acude a su trabajo, madruga a sus dolores;
le confías la tierra, y a la tarde la encuentras
rica de pan y amarga de sudores.
Y tú te regocijas, oh Dios, y tu prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas;
y estáis de cuerpo entero los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.
¡Bendita la mañana que trae la noticia
de tu presencia joven, en gloria y poderío,
la serena certeza con que el día proclama
que el sepulcro de Cristo está vacío! Amén

Conversación en el vientre materno

Conversaban dos gemelos en el vientre materno y uno dijo:
- ¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estamos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. No, no es posible. Esto es todo lo que hay. En este oscuro y agradable lugar se está muy a gusto. Además ¿cómo sería esa vida?
- No lo sé. Pero seguramente habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. Y ¿comer por la boca? ¡Eso es ridículo! ¡Siempre nos hemos alimentado por el cordón umbilical!
- Pero yo creo que debe haber algo.
- Además, nadie ha vuelto del más allá después del parto. El parto es el final de la vida.
Pero no conseguía convencer a su gemelo. Después de un largo silencio, entre titubeos, le dijo:
- Te diré algo más, creo que hay una madre.
- ¿Quién te ha metido semejante idea en la cabeza? -le espetó furioso su hermano-. Yo nunca he visto a mama y tú tampoco. ¿Y dónde crees tú que estará ella?
- ¿Dónde? En todo nuestro alrededor. En ella y a través de ella es como vivimos.
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, y no creo que exista. Este lugar es todo lo que tenemos y aquí se está muy bien y yo no quiero ir a ninguna otra parte.
- ¿No sientes, a veces, una cierta presión? Yo creo que esta incómoda presión es porque tenemos que estar listos para salir de aquí a otro lugar más hermoso y entonces veremos a nuestra madre cara a cara. ¿No crees que la operación salida será maravillosa? ¿Sabes?… Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella.

sábado, 5 de noviembre de 2022

Volvernos pequeños

      Seve Lázaro, sj

Que la vida, Señor, nos vuelva pequeños, frágiles, vulnerables.
Que se lleve como agua del río nuestros secretos orgullos,
nuestras grandes ambiciones.
Que nos conmuevan, como de niños,
las palabras y gestos de ternura, los sucesos y gritos del dolor
Desandemos ya los pasos que nos llevaron equivocadamente
a creernos reyes empinados
sobre todos los valles y escenarios de este mundo.
¡Cuántos desengaños, traiciones y magulladuras en nuestro corazón!
Oh Dios, vuélvenos, como en la infancia, la atención hacia la fantasía,
hacia los secretos del universo, hacia las cosas anodinas.
Y entre risas, juegos y silencios
perder sin más nuestro tiempo, y ganar, al fin, nuestra vida.

Kafka y la muñeca viajera

A los 40 años Franz Kafka (1883-1924) que nunca se casó ni tuvo hijos, paseaba por el parque de Berlín cuando conoció a una niña que lloraba porque había perdido su muñeca favorita. Ella y Kafka buscaron la muñeca sin éxito. Kafka le dijo que volviera al día siguiente para seguir buscándola.
Al día siguiente, cuando todavía no habían encontrado la muñeca, Kafka le dio a la niña una carta "escrita" por la muñeca que decía: "Por favor no llores. Me fui de viaje para ver el mundo, te escribiré contándote mis aventuras."
Así comenzó una historia que continúa hasta el final de la vida de Kafka. En sus encuentros, Kafka le leía las cartas de su muñeca cuidadosamente escritas con aventuras y conversaciones que a la niña le encantaban.
Finalmente, Kafka le trajo la muñeca (compró una) que había vuelto a Berlín.
"No se parece en absoluto a mi muñeca", dijo la niña.
Kafka le pidió que mirara bien la caja de la muñeca y encontró otra carta en la que la muñeca escribía: "Mis viajes me cambiaron"
La niña besó a la nueva muñeca y se la llevó feliz a casa.
Un año después, Kafka murió.
Varios años después, la niña adulta encontró una carta metida en la muñeca. En ella, firmada por Kafka decía: "Todo lo que amas probablemente se perderá, pero al final el amor volverá de otra manera".

viernes, 4 de noviembre de 2022

Oración al Creador

           Papa Francisco

Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno, sin hambre,
sin pobreza, sin violencia, sin guerras.

Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas.

Esto es ser inteligente

A los 19 años de edad un hombre entró a la prisión acusado de infiltrarse en la inteligencia de los Estados Unidos y apoderarse de muchos de los secretos del país. Por su astucia, fue apodado "el zorro".
Su padre es un anciano que vivía solo. Quiere plantar tomates dentro de su jardín, pero no puede con el trabajo por la edad que tiene. Le envía a su hijo preso un mensaje que dice:
“Mi querido hijo, no sabes cuánto deseo que estuvieras conmigo para ayudarme a arar el jardín y plantar tomates. Ahora no tengo a nadie que me ayude".
Después de unos cuantos días, el padre recibió una carta de su hijo diciendo:
"Querido padre, por favor no toques el jardín porque escondí algo importante, y cuando salga de la cárcel iré a recogerlo".
De inmediato los servicios de inteligencia y el ejército rodeaban la casa.
Cavaron la tierra metro por metro, removieron todo, pero no encontraron nada y se marcharon de la casa.
A la semana, una nueva carta llegó hasta la casa del anciano padre. Era su hijo desde la prisión: “Querido padre, espero que la tierra haya sido bien removida por los policías, ahora ya puedes sembrar tus tomates y si necesitas algo más, avísame. No puedo estar contigo, pero haré todo para apoyarte como pueda.”

MORALEJA: La inteligencia es subestimada… si usas tu mente, te asombrarás de sus poderes. Y si usas tu inteligencia emocional te vas a asombrar aún más...