jueves, 22 de abril de 2021

El dedo milagroso

Había una vez un hombre vago, joven y sano que no aceptaba ningún trabajo que le ofrecían e iba mendigando de un lado a otro sobreviviendo como podía.
Un día se encontró con un amigo de la infancia y ambos se pusieron a recordar los viejos tiempos.
- ¿A ti qué tal te ha ido en la vida? -preguntó el amigo al mendigo.
- Ya ves, muy mal -respondió este- he tenido muy mala suerte, además estoy enfermo y no puedo trabajar. Nadie me ayuda ni se apiada de mi triste destino.
El amigo se compadeció y le dijo:
- Verás, te contaré un secreto, yo he descubierto que tengo poderes mágicos.
Y dicho esto, tocó con el dedo un ladrillo y lo convirtió en oro.
- Toma, esto es para ti, ahora no pasarás más calamidades, y le entregó el ladrillo de oro al mendigo.
- Te lo agradezco dijo este tristemente meneando la cabeza, pero la vida es tan larga, estoy tan enfermo, pueden ocurrir tantas cosas imprevistas...
El hombre tocó entonces con su dedo una gran piedra y la convirtió nuevamente en oro.
- También esto es para ti, ya nunca más tendrás problemas de dinero por larga que sea tu vida dijo el amigo satisfecho.
- Bueno replicó otra vez con tristeza el mendigo, pero la vida es muy, muy larga, suceden tantas cosas, hay tantas necesidades... En fin...
- ¿Pero se puede saber que más quieres? -preguntó el amigo enfadado.
El mendigo respondió:
- Quiero tu dedo.

Para reflexionar por parte de los que andan buscando milagros; ¿qué buscan en realidad?

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