En las dudas, nos ofreces verdades.
En la violencia, eres paz.
Eres nuestra alegría, Señor.
Apareces cuando más te necesitamos.
Apareces cuando otros amigos nos fallan.
Apareces y, a veces, no te reconocemos.
Apareces y, con tu pan, nos alimentas.
Eres nuestra alegría, Señor.
Nos defiendes a pesar de nuestros errores.
Nos amas a pesar de nuestros olvidos.
Resucitas para que un día,
también nosotros contigo lo hagamos.
Eres nuestra alegría, Señor.
Eres nuestra alegría, Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario