miércoles, 24 de octubre de 2018

El valor del violín

El subastador pensó que perdía su tiempo mostrando ese viejo violín estropeado y arañado, pero aún así, lo mostró.
- ¿Cuánto ofrecen, buena gente?, gritó, ¿Quién hace la primera oferta?
- ¡Un dólar, un dólar!
- ¿Hay alguien que dé más?
- ¡Dos!
- ¿Sólo dos? ¡Dos dólares! ¿Hay alguien que dé tres?
- ¡Tres!
- ¡Tres dólares!... a la una, tres dólares... a las dos...
Ya se iba a vender el violín por tres dólares, pero en ese momento un hombre canoso se puso de pie, se acercó hasta donde estaba el subastador y tomó en sus manos el arco. Limpiando el polvo del viejo violín armonizó sus cuerdas y tocó una melodía muy tierna. Al cesar la música el subastador dijo, en voz muy baja y más bien para sí:
- “¿Cuánto daría yo por tener este viejo violín?”.
 Y tomándolo con más cariño lo volvió a levantar y gritó:
- ¡Cien dólares! ¿Y quién da doscientos? ¡Doscientos! ¿Y quién da trescientos? ¡Trescientos! ¡Trescientos, a la una! ¡Trescientos a las dos! ¡Y trescientos a las tres! “Vendido en trescientos dólares”
Algunos lloraban y los demás aplaudían...
- “No podemos comprender” se decían, ¿Qué ha cambiado su valor?
Alguien que estaba allí dijo que fue "El toque de la mano de un maestro".

Muchas personas sienten que sus vidas están fuera de tono. No saben cómo aprovechar todos los recursos y talentos que disponen. No le encuentran sentido a lo que hacen. Pero un día, cuando menos lo esperan, el Maestro aparece portando su secreto: mirar más allá de las apariencias y conectarse con la verdadera alma de las cosas. “La diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer resolvería los problemas más grandes que hay en el mundo"

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