sábado, 27 de octubre de 2018

El gran jefe

Había una vez un gran jefe que era muy orgulloso. Un día se paseaba por la ciudad y gritaba para quien quisiera oírle:
- "Soy grande. No hay nadie más grande que yo".
Una anciana que lo oyó, se le acercó y le dijo:
- "Yo conozco a uno que es verdaderamente grande".
El gran jefe se sorprendió y enojado le dijo:
- "¿Quéeee? ¿Quién es más grande que yo?
La sabia anciana dijo:
- "Venga a mi casa mañana cuando el sol esté en lo más alto del cielo y yo te lo presentaré".
- "Muy bien, dijo el jefe, mañana veremos quién es más grande".
Al día siguiente, el jefe vestido con sus mejores ropas y joyas fue a visitar a la anciana; mientras se iba repitiendo por el camino:
- "No hay nadie más grande que yo".
Cuando el jefe entró en la casa vio a la anciana sentada y a un niñito gateando junto a ella.
- "¿Dónde está ese gran jefe del que me hablaste ayer?"
La anciana cogió en sus brazos al niño y dijo:
- "Éste es el grande del que te hablé".
Al gran jefe no le agradó este anuncio. Muy enfadado gritó a la anciana:
- "¿Qué es esto? No intentes engañarme. Esto no es más que un bebé."
El niño asustado por el grito súbito y poderoso comenzó a llorar. El jefe se conmovió. No quería asustarle. Arrodillado, se quitó las plumas de águila y halcón que llevaba en el pelo y acarició las mejillas del niño. Sacó la bolsa de las medicinas y las colocó debajo de su nariz. Se quitó finalmente sus collares que hicieron de sonajero a los oídos del niño. Poco a poco el niño dejó de llorar y comenzó a escuchar y mirar.
La anciana sonriendo le dijo:
- "Te das cuenta, incluso tú, el gran jefe, has tenido que dejar de gritar y cuidar al niño. En cada casa, el niño es de verdad grande porque incluso el jefe más grande, como tu, tiene que convertirse en el servidor de un niño. Así lo quiso el Creador. El Creador no te hizo grande para que pudieras presumir de tu grandeza. El Creador te hizo grande para que pudieras ayudar a los que no son tan fuertes como tu".
A partir de aquel día nadie oyó al gran jefe proclamar su grandeza.

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