viernes, 8 de septiembre de 2023

Los sabios ciegos y el elefante

Había seis sabios que no tenían el don de la vista.
Usaban el tacto para conocer los seres y las cosas del mundo. Ninguno de ellos había visto un elefante. Tras saber que su rey tenía uno, le pidieron poder conocerlo. Él accedió a su petición. Los llevó ante el animal. Los sabios se acercaron y lo tocaron.
El primero puso su mano en un colmillo. Por eso pensó que el elefante era liso y agudo como una lanza.
El segundo sabio tocó la cola del elefante. Dijo que era más bien como una cuerda.
El tercero entró en contacto con la trompa. Refirió que era como una serpiente.
El cuarto indicó que los demás estaban en un error. Ya que al tocar la rodilla concluyó que se trataba de algo, parecido a un árbol.
El quinto lo acusó de mentiroso al tocar la oreja. Pues para él, era como un abanico.
Por último, el sexto dijo, después de tocar su lomo, que el elefante era como una fuerte pared rugosa.
Los sabios empezaron a discutir sobre quién tenía la verdad. Dado que todos defendían sus posiciones, pidieron la ayuda de un séptimo sabio, el cual, sí podía ver.
Este les dijo que en realidad todos tenían una parte de razón, pero no toda la verdad. Ninguno se equivoca, pero al mismo tiempo, ninguno acierta. Todas las opiniones son válidas, pero incompletas.

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